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Análisis

La corte del Rey Lebron James

¿Qué hubiera sido de Michael Jordan sin Scottie Pippen? ¿Y de Tim Duncan sin Tony Parker o Manu Ginobili? ¿O de Kobe Bryant sin Shaquille O’Neal primero y Pau Gasol después? Estas preguntas nunca podrán responderse, pero existe una verdad irrefutable tras ellas: en un deporte como el baloncesto, ningún jugador, pese a ser el mejor de todos los tiempos, puede lograr el éxito por sí solo. Ni siquiera el actual ‘rey’ de este deporte ha conseguido alcanzar el ansiado anillo sin ‘escuderos’, por lo que Lebron James, que ha ido ganando en inteligencia con el paso de los años, ha buscado cada vez mejores aliados con el único objetivo de levantar el título Larry O’Brien.

Cleveland Cavaliers: Entregados pero limitados

Lebron debutó en la mejor liga de baloncesto del mundo en la temporada 2003/2004, cuando fue seleccionado en el número uno del draft por Cleveland Cavaliers. La franquicia de Ohio atravesaba una de las peores épocas de su historia y el ‘elegido’ se encontró prácticamente sólo en sus primeros años en los Cavs, donde tuvo como único aliado a Zydrunas Ilgauskas. El pívot lituano, que ya acumulaba varias temporadas en el equipo, fue el soporte en la pintura de unos Cavaliers que estuvieron muy cerca de entrar en Playoffs. El jugador báltico más de 15 puntos y 7 rebotes por partido, el complemento ideal en la pintura de un Lebron James que crecía notablemente en cada partido y ya había sido nombrado como el sucesor de Michael Jordan. También ayudó en menor medida Drew Gooden, que rindió a un nivel similar al de Ilgauskas y que junto al lituano formaron una buena pareja interior pra un equipo en busca de alcanzar la postemporada desde 1998.

Con esa dupla interior y un estratosférico Lebron James, los Cavaliers alcanzaron la final de la NBA en la temporada 2006/2007, pero fueron arrollados por uno de los mejores equipos de la historia de la competición, San Antonio Spurs. ‘El Rey’ era consciente de que necesitaba jugadores a su lado para lograr el título de campeón. Con su carácter tenaz y competitivo, James no se rindió porque quería hacer a su ciudad campeona de la mejor liga de baloncesto del mundo, y en la temporada 2008/2009 llegó a Cleveland Mo Williams, un base anotador con experiencia en la liga. Williams se convirtió rápidamente en el mejor ‘escudero’ de Lebron, promediando cerca de 18 puntos por partido y con grandes porcentajes de lanzamiento. Con este dúo letal, Cleveland Cavaliers firmó la que hasta el momento es la mejor temporada regular de su historia, con un balance de 66 victorias y sólo 16 derrotas.

Sin embargo, cuando la mayoría de las apuestas situaban a los ‘Cavs’ como los grandes favoritos al anillo, los Magic de Dwight Howard se cruzaron en su camino y privaron al ‘rey’ de volver a una final de la NBA. Por este motivo, al año siguiente llegó a Ohio Shaquille O’Neal, uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto que, tras contribuir decisivamente en el ‘three-peat’ de los Lakers a principios del siglo XXI y ayudar a Dwayne Wade a convertirse en campeón en Miami, estaba decidido a dar un último servicio a ‘The King’ y ayudarle a ser campeón. 12 puntos y casi 7 rebotes por partido fueron los números de O’Neal en su única temporada en Cleveland, pero ni su impacto en el juego ni el de Mo Williams, que firmó una temporada similar a la anterior, sirvieron para que los Cavaliers llegaran a la final, perdiendo en semifinales de la Conferencia Este ante Boston Celtics.

Llueven estrellas en Miami Beach

Ni un sólo jugador dominante en la zona ni una pareja formada por un pívot y un base anotador habían funcionado tan bien como para conseguir el anillo, y Lebron James se trasladó a Miami para formar junto a Dwayne Wade y Chris Bosh uno de los tríos más letales de la historia de la NBA. Wade era el auténtico ídolo de la franquicia de Florida, pues había sido el principal culpable de que los Heat se convirtieran por primera vez en su historia en campeones. Letal desde la posición de ‘2’, Dwayne también podía subir el balón y, sobre todo, reclamar la atención de los rivales, dando una mayor libertad a Lebron James. En la pintura, esta labor estaba destinada a Chris Bosh, que en Toronto se había convertido en uno de los mejores de la competición promediando más de 20 puntos y 10 rebotes por encuentro.

James, Wade y Bosh parecían letales y confirmaron sobre la cancha estas expectativas. 26’7 puntos, 7’5 rebotes y 7 asistencias por partido fueron los números del ‘rey’ en su primera temporada en Miami Heat, unos números similares a los promediados en Cleveland pese a contar con mejores compañeros que en Ohio. Estas cifras, sumadas a los 25’5 puntos, 6’4 rebotes y 4’6          asistencias de Dwayne Wade, y los 18’7 puntos y 8’3 rebotes de Chris Bosh convirtieron irremediablemente a la franquicia de Florida en máxima favorita para conquistar el título de la NBA. Tras el primer intento fallido (derrota en la final ante Dallas Mavericks), Lebron James consiguió finalmente el ansiado anillo en su segundo año en Miami, mejorando sus números de la temporada anterior y confirmando con hechos irrefutables que era el ‘Rey’ del baloncesto.

Mientras sus dos ‘escuderos’ fueron bajando ligeramente sus promedios, Lebron fue capaz de mantener sus números para repetir título y entrar entre los mejores de la historia no sólo por sus estadísticas individuales, sino también por el hecho de tener en su palmarés dos anillos de campeón. Pero nada dura eternamente, y la fórmula se agotó en la temporada 2013/2014, cuando San Antonio Spurs derrotó a Miami en la final y evitó el tercer título consecutivo de ‘The King’.

El regreso a casa de LeBron James

El alero de Akron decidió entonces volver a ‘su’ equipo con el único objetivo de darle un título a Cleveland, algo que no sucedía en ninguna de las cuatro grandes ligas estadounidenses desde hacía más de 50 años. Lebron James cambió a Dwayne Wade y Chris Bosh, que se quedaron en Florida, por Kyrie Irving y Kevin Love, dos jugadores más jóvenes y en una trayectoria deportiva ascendente. Y este trío estuvo también muy cerca de dar el golpe a las primeras de cambio, pero las lesiones del base y el ala-pívot y, sobre todo, la irrupción de Stephen Curry y unos Golden State Warriors imparables provocaron que James cumpliera su deseo en su regreso a Ohio.

Sin embargo, el deporte siempre concede nuevas temporadas, y el ‘rey’ extendió su dominio a Cleveland, consiguiendo escribir una nueva página en la historia de la NBA y, sobre todo, en la ciudad de Cleveland, que volvía estar en el centro del mundo deportivo más de 50 años después. ‘The King’ James había encontrado, por segunda vez en su carrera, a unos ‘escuderos’ perfectos para cumplir con su único objetivo: ganar.

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