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Costa a costa

Paco Olmos, el entrenador que no se quedó sentado en el sofá

Badalona, 22 de enero de 2012. El gran partido de Nik Caner-Medley y Rafa Martínez no fue suficiente para que Valencia Basket consiguiese un triunfo en Badalona. Esa derrota dejaba a los taronjas fuera de la Copa del Rey y significaba el fin a la segunda etapa de Paco Olmos en el banquillo valenciano sólo seis meses después de su fichaje. Desde aquel momento hasta la actualidad han pasado algo más de cinco años y el coach español se ha consolidado como una referencia en los banquillos al otro lado del océano Atlántico tras su paso por las ligas de Puerto Rico y México y por la selección boricua y durante estos días se producirá su debut en la Liga de las Américas, la máxima competición de clubes de Latinoamérica.

Han sido y son muchos los entrenadores españoles que han decidido salir de nuestras fronteras. La crisis económica que afectaba a nuestro país en aquellos años también pasó factura al baloncesto español y los diversos problemas económicos de los equipos ACB y la reducción de equipos en las ligas LEB, unidos al buen nombre de los entrenadores españoles en el extranjero, hizo que nombres con un buen currículum como el propio Paco Olmos, Gustavo Aranzana o Sergio Valdeolmillos, entre otros muchos, aterrizasen en Latinoamérica para seguir con sus carreras en los banquillos. “Sentado en el sofá no te llegan las oportunidades de trabajar. La vida me ha dado un giro de 180 grados. En España las ofertas eran cada vez peores”, explicaba Paco Olmos en una entrevista… y así fue.

Año 1: Un nuevo inicio en Puerto Rico

La nueva casa de Paco Olmos a partir de aquel mes de enero de 2013 iba a ser el coliseo Roberto Clemente de la capital boricua San Juan. Allí jugaban los Cangrejeros de Santurce, más bien volvían a la actividad después de varios años fuera de la competición. Con Angelo Medina al mando del equipo, había mucha expectación con la vuelta de la franquicia capitalina, con un pasado exitoso de ocho títulos del BSN y otros seis subcampeonatos en su haber y con jugadores como Carlos Arroyo, JJ Barea, Larry Ayuso o Ricky Sánchez habiendo defendido esa camiseta.

“La liga de Puerto Rico es una importante con jugadores de buen desarrollo. Prometo trabajar al máximo”, explicaba Paco Olmos en la rueda de su presentación en aquel 13 de enero. “Puerto Rico tiene talento a nivel mundial con buen nivel técnico. Quiero intentar organizar un baloncesto con algunas ideas de Europa. Conozco la historia de Santurce. Sé que vienen de un proceso complejo. Tenemos que ser conscientes que estamos organizando el equipo desde cero”.

La ilusión del equipo era alta, aunque el plantel del equipo con el que iniciaron esa temporada no era especialmente de relumbrón, al menos en lo que a nombres del plantel se refiere, salvo jugadores como Alex Galindo, William Orozco o Javy González.. Los primeros partidos resultaron prometedores con dos victorias en los dos primeros duelos de pretemporada ante Mayagüez y Guayama. Para el partido inaugural se habían sumado Wilfredo Pagán y el pívot Leon Williams, pero no fue suficiente para arrancar un triunfo ante los Caciques de Denis Clemente. De los tres primeros partidos, sólo se pudo ganar el tercero ante Vaqueros de Bayamón. A partir de ahí, vino el gran despegue de Cangrejeros. Piratas, Capitanes, Vaqueros, Indios, Mets, de nuevo Indios y Mets y Atléticos, todos fueron cayendo uno tras otro para sumar ocho triunfos al hilo en apenas 11 días con Alex Galindo y Leon Williams llevando la ofensiva del equipo y sobreponiéndose a la celeridad que cada año caracteriza al calendario del BSN, al más puro estilo de NBA pero más comprimido aún si cabe.

El dominicano Edgar Sosa y Ricky Sánchez estaban ya en el equipo y David Jackson sería la siguiente incorporación. La afición de Santurce empezaba a ilusionarse y esto no había hecho nada más que empezar cuando llegaba otra nueva racha del equipo de Paco Olmos. La primera quincena de mayo fue otro camino triunfal, con siete triunfos consecutivos, justo antes de arrancar una gira de visitante de siete partidos fuera de San Juan. El equipo ya estaba encaramado en la parte alta y, aunque su cierre de temporada regular no estuvo tan lleno de victorias tras la lesión en el hombro de Leon Williams. Ni Frank Elegar y el ex-ACB Will McDonald pudieron tapar el rendimiento del pívot y el equipo lo notó. A pesar de caer en sus últimos cuatro partidos de la fase regular, el equipo de Santurce se había convertido en la clara revelación de la temporada y Paco Olmos era el nuevo ídolo de la afición de San Juan.

Los capitalinos concluyeron cuartos con balance de 20 victorias y 16 derrotas, mismo balance que tercero y quinto y a tres triunfos del líder Leones de Ponce. La eliminatoria de la primera fase de los playoffs frente a Mets de Guaynabo, donde Cangrejeros se reforzó con Diego Ciorciari, se planteaba como la más igualada de las cuatro y la serie no decepcionó a nadie. El equipo de Carlos Mario Rivera tenía un gran plantel con jugadores como Larry Ayuso, Christian Dalmau, Jumaine Jones, Jaime Lloreda y Daniel Santiago y los dos equipos regalaron siete partidos para el recuerdo, todos con triunfo local. El séptimo partido acabó con triunfo cangrejero por 92-83 con un gran duelo entre David Jackson y Larry Ayuso.

La semifinal elevaba un poco más el nivel con el campeón de la fase regular, Leones de Ponce, como rival de la serie. Ike Diogu y Mike Harris formaban la mejor pareja de importados del torneo, a la que se añadían piezas como Carlos Rivera, Mike Rosario y “Guayito” Santiago. La serie arrancó con sorpresa y el triunfo de Cangrejeros en Ponce por 74-76 y, pese a la competitividad que mostró el equipo de Paco Olmos, las siguientes cuatro victorias cayeron del lado de Leones por un margen corto, pero que igualmente dio la clasificación a la final tras el quinto partido.

Lo hemos buscado hasta el final, y ahora toca asimilar la decepción de la derrota, pero también el orgullo de un equipo que lo puso todo a través de toda la temporada para volver a ser importante en la liga de Puerto Rico”, explicaba Paco Olmos tras ese quinto partido. “Esto acaba de finalizar, pero yo estoy satisfecho. Tendré las conversaciones con el club y cuando dos se quieren entender, se entienden. Espero que haya una posibilidad de que pueda seguir trabajando aquí”.

Foto: Prensa BSN

El salto a la selección

Habían sido apenas seis meses en la Isla, pero el efecto Paco Olmos empezaba a notarse en la fanaticada de Puerto Rico. Sólo pasaron dos días de la eliminación en semifinales y la sorpresa saltó en forma de nombramiento. Para sorpresa de todos los estamentos del baloncesto boricua, el presidente federativo Carlos Beltrán decidió nombrar a Paco Olmos como nuevo seleccionador de Puerto Rico. La sonrisa del técnico valenciano le delataba en su presentación, la ilusión de aquel entrenador de 43 años ante este reto se notaba desde lejos y Carlos Beltrán también sonreía con esa seguridad que le daba saber que había tomado la decisión correcta en el momento exacto nombrando como seleccionador al entrenador del equipo revelación de la temporada, cuya filosofía del equipo antes que lo individual iba a suponer un soplo de aire fresco a un combinado boricua siempre hambriento de triunfos internacionales.

“Esto es un reto que uno asume con la seguridad de que se puede hacer bien”, afirmaba con convencimiento Olmos durante su presentación. Conozco el entorno, vengo con ansias de trabajar la palabra ‘equipo’. El talento existe, nadie lo puede poner en duda. La semana que viene comenzamos a trabajar por un solo objetivo: querer todos lo mismo. Creo que se mira demasiado la figura de la NBA, pero cuando compites en FIBA, hay que ir con un sentido de equipo importante. Hay que tener un juego colectivo, un juego donde todo el mundo se sienta partícipe al final, generar solidaridad. Eso es lo que vamos a intentar”.

El FIBA Américas 2013 de Caracas con la clasificación al Mundial 2014 esperaba sólo unas pocas semanas después, pero el primer paso fue la Copa Tuto Marchand, que si bien es un torneo amistoso en homenaje al histórico dirigente boricua, en cada edición del torneo siempre se reúnen a las mejores selecciones de Latinoamérica rumbo a la preparación de un gran torneo, como fue el caso del preolímpico de aquel verano de 2013.

Este es el reto más grande que he tenido. Si ya es un reto dirigir al club de una ciudad, ahora hablamos de la pasión de un país donde el baloncesto es el deporte más importante”, explicaba Paco Olmos en una entrevista para EFE el día antes de su debut con el combinado boricua. “Entrenar un año aquí me ha ayudado a comprender la idiosincrasia del jugador de aquí, que tiene un sentido patriótico muy grande”.

El 12 elegido por Paco Olmos arrancó para debutar con la selección de Puerto Rico lo formaban JJ Barea, Carlos Arroyo, Larry Ayuso, Renaldo Balkman, Ricky Sánchez, Alex Galindo, Andrés Rodríguez, John Holland, Ramón Clemente, Ángel Álamo, Richard Chaney y Luis Villafañe. Primero fue la Canadá de Andrew Nicholson y Tristan Thompson (71-78), en la segunda jornada cayó la República Dominicana de Francisco García, Eulis Báez y un “imberbísimo” Karl Towns (78-84), después el equipo de Brasil liderado por Marcelinho Huertas y Alex García (84-81) y en la jornada final la Argentina de Luis Scola y unos jovencitos Campazzo y Laprovíttola sería la derrotada para que Puerto Rico levantase el título de aquel torneo amistoso con un balance invicto (89-81). La era Paco Olmos en la selección boricua arrancaba con muy buen pie, grandes sensaciones y un título, amistoso pero un título al fin y al cabo.

“Fue un partido duro. Hemos tenido un mejor juego colectivo, más pases, y el balón ha fluido mejor”, explicó Paco Olmos tras el triunfo ante Argentina. “Queríamos tener un mejor tercer cuarto, y ahí es que es dimos un pase adelante en el partido. El equipo recuperará energías. Ahora todo el mundo enfocado para Venezuela, que es lo que importa. Es el premio gordo para jugar el Mundial. No nos hemos desenfocado”.

Cuatro días después de la final de la Tuto Marchand, arrancaba el FIBA Américas 2013 en el Poliedro de Caracas. Con cuatro plazas en juego para el Mundial 2014, el torneo ponía en liza a los cinco mejores del Sudamericano 2012 (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela), los cuatro mejores del Centrobasket 2012 (Jamaica, México, Puerto Rico y República Dominicana) y Canadá como representante norteamericano, ya que Estados Unidos estaba clasificado automáticamente para la cita mundialista por su condición de campeón olímpico.

Paco Olmos ya había dotado a la selección de Puerto Rico de un concepto de equipo del que no había dispuesto en torneos anteriores, concepto de equipo que ya había exhibido en la Tuto Marchand y le hizo llegar a la fase de grupos de este preolímpico con el acelerador pisado a fondo. Un gran Renaldo Balkman liquidó a Brasil con un gran último cuarto (72-65), el acierto exterior de Carlos Arroyo y Larry Ayuso dio el triunfo ante Canadá (67-83), muchas rotaciones y una victoria fácil ante Uruguay (93-69) y un triunfo muy peleado ante Jamaica (82-88) fue el balance de Puerto Rico en la primera fase, de nuevo superando a todos sus rivales y terminando el grupo como líder invicto. “Cada partido nos tiene que dar una vivencia y en este caso fue que supimos cerrar el partido más difícil que jugamos hasta el momento”, explicó el entrenador español tras la victoria ante los caribeños.

Los cuatro mejores de cada grupo pasaron a la fase final de grupos, quedando fuera Paraguay y sorprendentemente Brasil y con Argentina y México como colíderes en el otro grupo. En esta segunda fase, un bonito duelo entre Renaldo Balkman y Luis Scola protagonizó el triunfo de Puerto Rico ante Argentina (80-94), el dominicano Jack Michael Martínez frenó a Puerto Rico con 21 puntos y 11 rebotes y les asestó dio su primera derrota del torneo (84-99), un emocionante duelo ante la anfitriona Venezuela que se decantó en la prórroga en uno de los mejores encuentros de las últimas ediciones del torneo (85-86) y una derrota ante México donde los de Sergio Valdeolmillos hicieron valer su rigor defensivo para cerrar la fase (59-66) fue el balance del equipo de Paco Olmos, que terminó en el segundo puesto con balance de 5 victorias y 2 derrotas, al igual que República Dominicana y México, que junto a Argentina completaron los equipos clasificados a España 2014.

“Lo más importante es que se logró el objetivo que era clasificar al Mundial”, explicó Paco Olmos tras el partido ante México. “Fue un gran esfuerzo que hicimos para todo nuestro Puerto Rico, sé que allá están todos muy contentos. Ahora hay que luchar por un segundo objetivo que es conseguir la medalla de oro”.

Con el billete para España ya asegurado, Puerto Rico se enfrentó a las semifinales y superó a la República Dominicana por 67-79 con más facilidades de la esperadas por un mal día ofensivo del equipo de Orlando Antigua y con Carlos Arroyo y JJ Barea liderando al equipo y jugando todos y cada uno de los 40 minutos del encuentro.

El siguiente y último paso en este preolímpico era México, un equipo que paralelamente había sufrido una transformación similar a Puerto Rico de la mano del español Sergio Valdeolmillos y que había hecho de la labor de equipo su razón de ser y la principal causa de sus éxitos, más allá del talento de jugadores como Gustavo Ayón, Lorenzo Mata, Orlando Méndez o Paul Stoll. Igualdad, emoción o paridad son varios de los calificativos que podrían definir a aquella final entre aztecas y boricuas. Arroyo y Barea comandaban a los de la Isla en la primera parte ante un México mucho más ofensivo que en presentaciones anteriores de este mismo torneo, mientras que Jovan Harris y Alex Galindo se erigieron como protagonistas en los últimos minutos, siendo el mayagüezano en un final épico el que tuvo la oportunidad, sólo desde la esquina, para voltear el marcador en el último segundo. Sin embargo, el balón no quiso entrar y el título se fue para México con un marcador final de 79-81, quedando Puerto Rico con una más que meritorio medalla de plata.

La temporada 2013 cerraba para Paco Olmos con un ligero sabor agridulce por haber tenido tan cerca el título del FIBA Américas 2013, aunque el balance global de su primera experiencia en Puerto Rico fue más que positivo: las semifinales del BSN en la vuelta de Cangrejeros de Santurce al torneo, su nombramiento como seleccionador, el título de la Copa Tuto Marchand y la medalla de plata en el FIBA Américas con la clasificación al Mundial del año siguiente… ¡y esto sólo había hecho empezar!

Año 2: De sorpresa a realidad

Después de lo que había supuesto el aterrizaje de Paco Olmos en Puerto Rico durante su primera temporada, lo que estaba más claro era que esta segunda temporada no había ningún tipo de margen para la duda ni la sorpresa. Tras su eliminación en semifinales, el equipo de Santurce se presentaba al BSN 2014 como un equipo candidato y Angelo Medina trabajó para reforzar al equipo y cumplir con esas expectativas de pelear por el título. En apenas unos días, los capitalinos presentaron a tres criollos de primer nivel: Javier Mojica, Andrés Rodríguez y Daniel Santiago, que además iba a compatibilizar labores de asistente.

“El mercado nos dio la oportunidad de conseguir a Andrés y a Javier Mojica y nos solucionó un problema que tuvimos el año pasado de estabilidad en la posición 1 y 2”, explicó Angelo Medina en la presentación de los dos internacionales. “Ellos nos dan esa dimensión del juego europeo del coach. Hoy hacemos este gran anuncio porque no es fácil conseguir dos miembros de la Selección Nacional y presentarlos”.

“Ellos son unos jugadores reconocidos del panorama nacional que tienen mucha participación en la Selección”, explicó Paco Olmos. “Están en un momento dulce de su carrera, un momento de máxima experiencia, de buena veteranía y con mentalidad ganadora. Pueden seguir compitiendo al máximo nivel y son dos jugadores que nos van a ayudar”.

“Es una oportunidad grande para mí porque sé que Santurce ha tenido mucha tradición, ha ganado campeonatos, y quiero seguir en ese camino. Espero ayudar al equipo en todos los aspectos, también como coach ahora, pero más importante como jugador. Estoy muy agradecido y espero que pueda hacer un trabajo tremendo y ganar un campeonato, como siempre, esa es la meta”.

Además esas primeras piezas, Cangrejeros se aseguró la continuidad de hombres claves como David Jackson, Ricky Sánchez, Leon Williams, Javy González, Luis Villafañe o Wilfredo Pagán y también se sumaban piezas como Christian Dalmau y el que fue el fichaje estrella, todo un veterano de guerra como Pete Mickeal, que ya llegó con la temporada arrancada.

“En los 20 y tantos años que llevo en la Liga Superior nunca había contratado a un jugador importado que tuviera esa trayectoria que tiene Mickeal”, explicó Medina en la presentación del alero estadounidense. “Ya está totalmente recuperado y encantado de estar en el mismo equipo de jugadores que él conoce, como Danny Santiago y Andrés Rodríguez”.

El inicio de pretemporada llegó con tres derrotas ante Coamo, Arecibo y Quebradillas, las dos últimas ya con Pete Mickeal en el equipo, y el primer triunfo tuvo que esperar hasta el cuarto encuentro del torneo en casa ante San Germán, con gran actuación de Leon Williams y el acierto exterior de Christian Dalmau, Javier Mojica y Pete Mickeal. Ese primer triunfo no vino solo y Cangrejeros aprovechó una racha de cuatro partidos de local para encadenar cuatro triunfos consecutivos que le dieron un buen impulso en el torneo ya con el mes de abril bien entrado. Los de San Juan no terminaban de encontrar regularidad y alternaron victorias y derrotas durante el mes de mayo, mientras que los problemas físicos de Pete Mickeal primero con el tobillo y más tarde con la rodilla no le permitían ser la referencia ofensiva que se esperaba al inicio del curso y el equipo decidió cambiarlo por James Nunnally y más tarde por David Jackson, que ya fue clave en la temporada anterior y venía de ser MVP del NBB brasileño.

Afición y prensa empezaban a impacientarse y a mostrar sus dudas, pero Angelo Medina se mostraba firme en su intención. “Estamos lidiando aún con el proceso de recuperación de lastimaduras. En estos momentos todo sigue igual. Todavía esto sigue en probatoria pero las señales han sido buenas. Aunque yo hablé de un plan de cinco juegos de observación, lo voy a extender. En esos partidos jugamos para balance de 3-2. No hay cambio por el momento. En mi historial he cambiado muy poco de dirigentes. Hay que tener paciencia. Los dirigentes son parte responsables pero con jugadores probados, tienen que hacer su trabajo también. Por el momento, no hay cambio”.

Tres victorias en los siguientes cuatro partidos en casa le servían para mejorar el récord de triunfos y calmar los ánimos en el Roberto Clemente, especialmente la última de ellas ante Ponce, su verdugo en la semifinal de 2013. “Siempre he pensado que la grandeza de los equipos ganadores son aquellos que se levantan de la derrota y se levantan unidos”, explicaba el propio Paco al inicio de esa seguidilla de partidos en casa.

Que la temporada fue de menos a más queda claro con el desenlace de los últimos partidos, donde consiguieron sacar cinco triunfos de los últimos siete, con un gran mes de junio que conquistaron una mayoría de partidos de visitante. La paliza a Coamo o el importante triunfo en la cancha de Quebradillas tornaban la situación en una amplia sonrisa para encarar los playoffs, el punto fuente de la jornada y donde el objetivo estaba en sobrepasar al menos las semifinales, que fue el límite del año pasado.

Capitanes de Arecibo, con Walter Hodge y Renaldo Balkman al frente, terminaron como líderes de la fase regular con 23 triunfos y 13 derrotas, mientras que el equipo de Paco Olmos tuvo sólo tres victorias menos y se fue hasta el sexto puesto para enfrentarse a Brujos de Guayama en la primera fase.

Los de Guayama llegaban liderados por los estadounidenses Al Thornton y Michael Sweetney, los venezolanos Gregory Vargas y Rafael “Chamo” Pérez y los nacionales “Bimbo” Carmona y Peter John Ramos. Fue una eliminatoria totalmente sorpresiva, ya que se esperaba una serie al séptimo partido similar a la primera del año pasado ante Mets de Guaynabo y fue más rápida de lo esperado. Brujos aprovechó el arranque en casa para sumar el primer triunfo al mando del “Super Ratón” Vargas, pero su racha victoria quedó ahí. Segundo, tercero, cuarto y quinto de la serie cayeron del lado capitalino, volviendo a hacer gala de ese juego de conjunto que tan buena resultados le había dado en la temporada anterior.

El azar volvía a poner a Leones de Ponce como rival de Santurce en las semifinales y la sensación era de presión y a la vez venganza por la eliminación en la temporada anterior. Las caras eran las mismas, Ike Diogu y Mike Harris habían vuelto a ser un dúo letal y la incorporación de Ángel Daniel Vassallo hacía de los ponceños un equipo temible. Los cinco primeros partidos se resolvieron a favor de los equipos locales y por márgenes cortos y el sexto partido decantó la serie del lado de Ponce por segunda temporada consecutiva. Con 27 de Vassallo y con 14 puntos de un dominador Mike Rosario en el último cuarto, los Leones asaltaron Santurce y se hicieron con la serie. Días más tarde, los de Nelson Colón se llevarían el título.

Uno de los hombres de confianza de Paco Olmos en sus inicios en Santurce fue su entrenador asistente Rolando Hourruitiner, ex-jugador internacional de Puerto Rico con 15 temporadas en el BSN y 6 títulos de Liga con Ponce y Santurce y que nos cuenta cómo fueron esas dos temporadas que compartió con el coach valenciano.

Fue una gran experiencia. Cuando vuelve Santurce del receso, Angelo Medina tuvo varios recomendaciones de coaches y se movió y firmó a Paco. Cuando lo cerró, me dijo que quería a alguien de experiencia, que conociera la Liga y que lo conociera a él para que estuviera con Paco. Me gustó la idea. Yo estaba con mis negocios fuera del baloncesto, pero Santurce ha sido muy importante en mi carrera y tengo una gran relación con Angelo Medina, así que acepté. Me hacía ilusión trabajar con alguien nuevo en Puerto Rico que traía una filosofía diferente a lo que se acostumbra aquí y un poquito más parecido a la forma en que yo veo el juego”.

“Los buenos resultados de esos dos años no fueron una sorpresa para todos, porque Angelo (Medina) siempre se ha caracterizado por tener buenos equipos y, independientemente del coach que estuviese, el equipo siempre iba. En este caso, la incertidumbre era más porque Paco era un coach que no conocía la Liga, pero el equipo se hizo con jugadores de alto nivel que en su mayoría se adaptaban al estilo que Paco quería implantar y que Angelo tenía. Se hizo una buena preparación, que eso es algo que aprendí de Paco y que se lo tengo que reconocer: es un tremendo preparador de los equipos en la pretemporada. La buena mezcla de nativos e importados permitió al equipo ser candidato en 2013 y luego en 2014 un año de solidificar, que tuvimos algunas fallas pero también estuvimos cerca. Tuvimos situaciones que no nos beneficiaron, pero no son excusas, porque son parte del deporte”.

El Mundial de la ilusión

Todo el trabajo del año anterior y el salto de calidad que había conseguido la selección de Puerto Rico se ponía a prueba en aquel verano de 2014. El equipo elegido por Paco Olmos presentó muchas novedades con respecto al verano anterior, reservando algunos jugadores para la cita mundialista y realizando varias pruebas con algunos jugadores que buscaban un hueco en los 12 que viajarían a España varias semanas más tarde. Devon Collier, Alexander Franklin, Carlos Rivera, Filiberto Rivera, Carlos “Yao” López, Alejandro Carmona, Javier Mojica, Mike Rosario y Matt López fueron las caras nuevas que acompañaron a JJ Barea, Luis Villafañe y Ramón Clemente.

Islas Vírgenes, Bahamas, El Salvador y el anfitrión México fueron los rivales en la primera fase del torneo celebrado en la ciudad de Nayarit, lugar de nacimiento de Gustavo Ayón. Los boricuas no tuvieron problemas para sacar los triunfos en los tres primeros partidos con JJ Barea y Mike Rosario como a la cabeza y luego cayeron ante los de la Tri, que realizaron un enorme último cuarto para llevarse el triunfo con un gran performance de Jorge Gutiérrez por fuera y Gustavo Ayón en la pintura en el encuentro que cerró la fase de grupos.

Puerto Rico venció en semifinales contra República Dominicana, un equipo quisqueyano muy renovado con respecto al del preolímpico y también con muchas de sus estrellas reservadas para el viaje mundialista a tierras ibéricas. Para la final, un nuevo tropezón con la misma piedra, la México de Sergio Valdeolmillos, cuya defensa maniató a los boricuas en la segunda parte y sumaron el segundo triunfo consecutivo ante los de Paco Olmos en una final, liderados por el gran “Titán de Nayarit”, que aprovechó su mayor experiencia ante los pívots boricuas.

Tras el Centrobasket, todos deseaban que los días pasasen, y pasasen rápido. Ya todos pensaban en el Mundial, en viajar a España y en competir… y más después de conocerse el 12 que defendiera a los boricuas: Carlos Arroyo, JJ Barea, Carlos Rivera, David Huertas, Alex Galindo, Ángel Vassallo, Alexander Franklin, Renaldo Balkman, Ricky Sánchez, Daniel Santiago, Ramón Clemente y Jorge Bryan Díaz.

“Tengo mucha fe y mucha esperanza de una gran actuación de nuestro equipo en el Mundial. Tengo claro que nos obligamos a clasificar. Eso es una realidad. Y la otra ambición va a depender de con quién crucemos”, explicaba Paco Olmos en una entrevista para El Nuevo Día en la previa del Mundial. “Sé de la importancia que tiene la Selección en Puerto Rico. La he vivido en una forma positiva y me imagino cuál será la respuesta cuando no se alcanza un objetivo. No me preocupa mi situación, me preocupa Puerto Rico. Lo que sea bueno para Puerto Rico, sea bueno para Paco Olmos”.

Argentina, Croacia, Filipinas, Grecia y Senegal fueron los rivales de la primera fase, partiendo los tres europeos como grandes favoritos. “En los dos últimos mundiales Puerto Rico no pasó la fase de grupos, esa es la realidad y ese tiene que ser el primer objetivo”, comentaba el coach valenciano en Tirando a Fallar durante los días previos al debut. “Argentina y Grecia siempre están ahí a la hora de la verdad, y Croacia es un equipo llamado a llegar muy lejos en el torneo”.

El 30 de agosto arrancó la cita mundialista en la calurosa Sevilla y el primer mal trago para los boricuas llegó demasiado pronto. Argentina fue un rodillo en el primer cuarto y dejó muy tocado a Puerto Rico ya desde el inicio. JJ Barea estuvo muy sólo en el acierto ofensivo y la primera victoria se fue para los de Julio Lamas por 75-98. Sin tiempo para reflexionar y con apenas 24 horas de diferencia, el segundo mazazo llegó ante un rival que no se esperaba y Senegal les ganó la partida llevándose el partido al terreno físico. La derrota por 82-75 no fue lo peor, sino la pérdida por lesión tanto de Danny Vassallo y Carlos Arroyo, que forzó para el partido ante los africanos y terminó por romperse del todo.

“El de Senegal fue un partido clave porque Carlos Arroyo estaba dando una auténtica exhibición y se nos cayó”, explicaba Olmos semanas después en una entrevista para Solobasket. “El equipo se descompuso porque perdió un baluarte y es más difícil reaccionar. JJ Barea se puso el equipo a la espalda, pero no pudimos conseguirlo”

Con posibilidades matemáticas de clasificación y sin perder aún la esperanza, la siguiente oportunidad de inaugurar el casillero de victorias fue ante Grecia. Los boricuas estuvieron en el partido hasta el descanso y a partir de ahí el acierto de Nikos Zisis y la aparición de un joven Giannis Antetokounmpo fueron más que el gran partido de Renaldo Balkman y JJ Barea y se llevaron el triunfo por 79-90. Cuando todo parecía perdido, llegó la balsámica victoria por 73-77 ante el correoso equipo de Filipinas para dejarlo todo en juego para la última jornada ante Croacia. Sin embargo, el equipo de Jasmin Repesa no dio opciones a los caribeños con un letal Bojan Bogdanovic y se llevó el triunfo por un contundente 103-82.

“Lo primero que faltó y claramente fue tiempo de trabajo”, explicó Paco Olmos tras el Mundial. “Aquí acabó la temporada en julio, tuvimos un Centrobasket al que al final sólo vinieron un par de jugadores que lo que fueron al Mundial más JJ Barea y el equipo junto sólo tuvo no más de 10-12 sesiones. Nos faltó mucha profundidad de equipo, mucha experiencia en competiciones internacionales y no se pudo conseguir el objetivo. Tengo la conciencia tranquila porque se hizo lo máximo, pero creo que fallaron cosas en la preparación, fallaron decisiones de la parte de la Federación y a partir de ahí, una experiencia que te enriquece pero con el sinsabor de no haber conseguido el objetivo”.

Lo peor de las derrotas y la eliminación en la primera ronda no fue la decepción, sino las duras críticas (incluso personales) que recibió Paco Olmos a través de las redes sociales tanto durante el Mundial como después de éste. “Esto es un país donde se dan gran importancia al fanático, el fanático es muy exigente con el equipo y tanto para lo bueno como para lo malo, uno tiene que asumir cuál es la realidad. Es difícil que la gente tenga una visión global cuando entras esa situación y tiene que aceptar que no estás conforme con algunas situaciones que pasaron. Eso lo dejo al lado, fue una buena experiencia y algo que te mejora en tu carrera».

En ese sentido, la gota que colmó el vaso fue lo que ocurrió después de que Paco Olmos rechazase la invitación al programa de radio La Garata, un programa que había sido muy crítico con el valenciano, valorando términos más allá de los deportivos. «El que me busque a mal nunca me encontrará. Me educaron en los valores del respeto y la honestidad bajo la máxima responsabilidad”, se explicaba el coach en su Twitter personal. “Este bonito país disfruta de la controversia y el daño entre las personas. ¿Por qué no hablar para crecer y ser mejores en la vida ayudándonos?. Siempre estoy dispuesto a ayudar y colaborar a los que quieran progresar y poner a nuestro basket donde deseamos».

Tristemente, pasó poco más de un mes y Paco Olmos presentó su dimisión como seleccionador de Puerto Rico con una carta abierta. “Me he dejado el alma y el sueño por llevar adelante el proyecto de la Selección. Cuando acepté el cargo sabía dónde me metía”, explicaba el coach en una parte de esa carta. “Sabía del entusiasmo que despierta este equipo en todo el país. Entendía que aceptar el puesto era dejarme la vida por intentar satisfacer a un pueblo que siente como pocos en el mundo el baloncesto y más si va unido a los intereses de la nación. He trabajado a destajo. Día y noche. Sin vacaciones. Pendiente de cualquier detalle. He hecho muchas tareas que estaban fuera de las obligaciones del seleccionador, pero todo lo hacía desde el compromiso con este país, desde el objetivo de no fallar a una afición increíble. Ser seleccionador nacional ha sido un honor tan grande como la responsabilidad que llevaba aparejado“.

Paco Olmos dejaba la selección de Puerto Rico, con un balance de 16-8 en partido oficial y 8-3 en amistosos, mientras que las dos temporadas en Cangrejeros terminaban con 51 victorias y 44 derrotas.

Paco trajo lo que hacía falta en ese momento, con un poco más de estructura y un poco más de disciplina a la realidad del baloncesto caribeño, que es un poco más rápido, más a la carrera y un poco más desorganizado y aún así ha dado resultado en ocasiones”, nos cuenta Rolando Hourruitiner. “En los últimos años, nos hacía falta algo más que eso y Paco nos trajo algunos detalles que ayudaron a que el equipo recobrara algún tipo de credibilidad. Se logró la copa Tuto Marchand, que no se conseguía aquí desde hace algunos años, y estuvimos a un tiro de Alex Galindo desde la esquina de ganar el oro en Venezuela. Definitivamente, creo que fue una buena oportunidad tanto para él como para los jugadores de ver otro tipo de coaching, de cómo se trabaja a diario, cómo se ganan las prácticas. Siempre es bueno cambiar de vez en cuando la filosofía y cómo se trabaja y esa incursión vino bien para Paco y para el programa nacional”.

Año 3: El último en Santurce

Tras la decepción del Mundial y los intentos de Angelo Medina de vender la franquicia, parecía que la etapa de Paco Olmos en Puerto Rico podía llegar a su fin. Sin embargo, el afamado empresario no encontró las condiciones necesarias para la venta a Arturo Luciano, no optó por el receso para esa temporada y volvió a contar con Paco Olmos para el banquillo.

Fue la pretemporada más corta de todas, sin apenas preparación y sin casi posibilidad de haber reforzado el equipo con tiempo. Apenas dos partidos en la Copa Zeno Gandía sirvieron para engrasar al equipo y los capitalinos tuvieron el mejor arranque con Paco Olmos como entrenador, con seis victorias en los ocho primeros partidos y un equipo que lideraba de nuevo Javier Mojica, Javy González y Alex Galindo y que tenía los refuerzos de Brian Conklin, Douglas Mills y Jordan Glynn.

La bomba de la temporada llegaba desde Turquía y con pasado en la NBA. Los problemas económicos del Galatasaray facilitaron la salida de Carlos Arroyo y su posterior fichaje por Cangrejeros, trece años después de su último partido en el BSN. “Carlos Arroyo es un jugador de impacto y su calidad está más que contrastada”, explicaba Paco Olmos tras conocerse su fichaje. “Cuando llegue, lo acoplaremos, aunque los buenos jugadores se acoplan rápido. Creo que es muy bueno para el BSN recuperar un líder natural como es Carlos Arroyo”.

Y tanto que Carlos Arroyo fue un fichaje de impacto y un líder natural. El salto de calidad que dio Cangrejeros con el de Fajardo fue más que considerable y con las incorporaciones de Kevin Hamilton y Leon Williams, San Juan volvía a ser una fiesta de baloncesto y su equipo protagonizaba la mejor de sus tres temporadas desde que Paco Olmos llegó al banquillo. Los capitalinos terminaron la fase regular en el segundo puesto con 29 victorias y 15 derrotas y a sólo un triunfo del líder Capitanes de Arecibo.

Los playoffs arrancaban con un déjà vu. Mets de Guaynabo, el primer rival de Paco Olmos en una serie de postemporada en el BSN, volvía a cruzarse en el camino de Cangrejeros… pero el resultado sería muy diferente. El trío formado por Carlos Arrroyo, Javier Mojica y Leon Williams fue muy superior al de Larry Ayuso, Tu Holloway y Will Daniels y los de San Juan pasaron a semifinales tras imponerse por 4-1.

El “deja vu” no quedó ahí y Leones de Ponce se volvió a cruzar en semifinales tras haberlos eliminados en la temporada anterior, que se veía muy lejana tras todo lo ocurrido en España con la selección. Con Mike Harris, Mike Rosario y con el jamaicano Adrian Uter en lugar de Ike Diogu, el equipo de Nelson Colón defendía su título y no estaba dispuesto a que Cangrejeros se interpusiese en su camino. La lesión de Carlos Arroyo en el tercer partido dejó cojos a los de Santurce y no sólo en ataque, sino sin ese líder que ordenaba el equipo desde la pista. Los de Paco Olmos evitaron la eliminación en el quinto partido, pero no el sexto fue demasiado. Días más tarde, Leones de Ponce repetiría título haciendo back-to-back en 2014 y 2015 tras llevarse una bonita serie final ante Capitanes de Arecibo.

Año 4: Jefes, Atenienses y Vaqueros

«Sentado en el sofá no te llegan las oportunidades de trabajar”, de nuevo la frase de Paco al inicio de su aventura viene que ni al pelo en este punto del viaje. La ciudad de Torreón, en el estado mexicano de Coahuila, era la sede de Jefes de Fuerza Lagunera, un nuevo equipo que volvía a la LNBP y que había elegido al valenciano como su entrenador.

Paco Olmos tiró de gente de confianza para ese nuevo proyecto como Javier Mojica o, empezada la temporada, sumó al español Pedro Carrillo como asistente. Ilusión y trabajo nunca faltó en el equipo de Jefes, pero el equipo no tenía la suficiente estabilidad ni económica ni organizativa y eso le pasó factura a los resultados deportivos. El equipo terminó la fase regular con 17 triunfos y 23 derrotas, jugando los últimos partidos con muy poca rotación y siendo descalificado con la desquita de 21 puntos por los impagos de unas tasas administrativas, viéndose abocado a la última posición y evidentemente fuera de unos playoffs que se había ganado por méritos deportivos.

“Cuando decidí venir a México, quería conocer este baloncesto y ver si los éxitos del equipo nacional iban unidos a la profesionalización de liga”, nos cuenta el coach valenciano. “Entré en el equipo más pequeño del torneo como era Jefes, donde hay mucha ilusión pero cero estructura. Llegamos a poner al equipo tercero o cuarto cuando luego al final se demostró que no había estructura deportiva ni económica para sostener en la temporada. Quedé muy contento en todo lo deportivo que pasó con Jefes. Intenté ayudar para que, si en un futuro quieren estar, que tengan un poco la idea de cómo puede funcionar un equipo profesional”.

Con el fin del contrato de tres temporadas que tenía Paco Olmos y la venta de Cangrejeros al también empresario Ariel Rodríguez, el entrenador valenciano buscó nuevos horizontes y se convirtió en el entrenador de Atenienses de Manatí para la segunda temporada desde que Felo Rivera llevase el equipo allí desde Quebradillas. Casualmente, el siempre controvertido Felo Rivera fue uno de los personajes públicos que más críticó a Paco Olmos cuando la eliminación del Mundial de España, mientras que privadamente trataba de fichar al entrenador incluso en tiempos en que la franquicia estaba todavía en Quebradillas.

Curiosas contradicciones aparte, el equipo de Manatí se reforzó con Landon Milbourne y el pívot Arnett Moultrie y posteriormente llegaron Ricky Meléndez, Ricky Sánchez y Andrés Rodríguez. Sin embargo, el periplo del español durante apenas tres semanas, ya que dimitió de su cargo con un balance de 2-6 tras tres derrotas consecutivas, la última precisamente en el Roberto Clemente, que había sido su casa durante las tres temporadas anteriores. Para gran parte del resto de la temporada, fue el propio Felo Rivera quien bajó al parqué para ejercer como entrenador del equipo.

El mismo día de la dimisión del valenciano, Iván Flores fue despedido en Vaqueros de Bayamón y apenas un días más tarde Paco Olmos era presentado por el equipo del Rancho. «Los que me conocéis seguro que entenderéis lo que he pasado estos últimos días. No ha sido una situación nada sencilla», explicó Paco Olmos en un comunicado en redes sociales. «Cuando firmo con un equipo mi máxima es siempre cumplir el contrato. Por eso esta vez, la primera en mi carrera que dejo el puesto de entrenador, he tenido que reflexionar mucho antes de tomar la decisión que creo que es la mejor tanto para mí como para Manatí y ahora también, espero, para mí nuevo destino y gran reto en Vaqueros de Bayamón«.

«Marcharme de Manatí ha sido la decisión más difícil de toda mi carrera”, siguió explicando el valenciano. “Que no os quepa la más mínima duda de que así ha sido. Y la he tomado pensando en el equipo y en mí, pero sobre todo buscando el bien común. Siempre estaré muy agradecido a Felo Rivera por haber confiado en mí y ahora por ser tan sensible a la situación de mi salida del equipo. Ahora se me abre la posibilidad de ir a entrenar a los Vaqueros de Bayamón. Y creo que es un proyecto en el que me voy a sentir cómodo desde el principio. Ahora es tiempo de trabajar, esforzarse al máximo, ganar partidos y enderezar la nave Vaquera. Espero que me reciban con el mismo cariño que he sentido en Manatí”.

Olmos llegaba a un equipo que había sido construido para ser un “contender” y partía como uno de los grandes favoritos, con figuras como el dominicano ex-NBA Francisco García, Peter John Ramos o Jeleel Akindele y más tarde llegaría Andy Panko, Clay Tucker o Durand Scott, todos con pasado en la ACB.

Pese a los cambios y al potencial de la plantilla, Paco Olmos no pudo conseguir su primer triunfo con los de Bayamón hasta el tercer partido, de nuevo con el coliseo Roberto Clemente como caprichoso protagonista. Siete victorias seguidas entre finales de marzo y principios de abril fue un gran impulso para el equipo, aunque uno de los puntales del equipo fue el coliseo Rubén Rodríguez, que se hizo inexpugnable y los Vaqueros apenas cedieron un par de partidos desde la llegada del valenciano. Así, los de Bayamón terminaron como líderes de la fase regular con 21 victorias y 15 derrotas, mismo balance que Santurce, dirigido por el experimentado Julio Toro. ¿Sería éste el BSN en que llegaría el título para Paco Olmos? Desde luego, era el que más probabilidades tenía de las cuatro temporadas que llevaba por aquel entonces en Puerto Rico.

Piratas de Quebradillas, con Christian Dalmau, Brian Conklin y Kevin Lisch al mando, fue el primer rival de los playoffs. Aunque los de Mandy Cancel se llevaron el primero de la serie como visitante, Vaqueros apretó el pistón y se llevó los cuatro siguientes para volver a semifinales, la “ronda maldita” de Paco Olmos en los tres cursos previos. La sorpresa del torneo, Santeros de Aguada, era el siguiente rival y también empezaba ganando esa serie, los dos siguientes fueron de Vaqueros. Rigoberto Mendoza, Chane Behanan, Jezreel de Jesús y Dexter Pittman pusieron en muchos aprietos a los de Santurce y la contundente victoria en el cuarto dejaba la serie con 2-2. Sin embargo, los de Bayamón tuvieron a Jeleel Akindele en el quinto y la sorpresa de Jorge Sanabria en el sexto para cerrar el primer billete del ex-taronja a la final, una final donde esperaba el todopoderoso Capitanes de Arecibo.

El nigeriano ex del Fuenlabrada sería uno de los grandes protagonistas del arranque de la serie, liderando el triunfo de Vaqueros en el primero y con una pelea con Walter Hodge en el segundo, donde un gran cierre con Renaldo Balkman sirvió para empatar la serie. 2-1 para Vaqueros, de nuevo el 2-2, todo hasta ahora con victorias locales. En el quinto, aquellos dos tiros libres de David Huertas rompieron esa hegemonía de los locales y dieron a Arecibo un triunfo más anímico que deportivo. Los 12.000 espectadores que acudieron al Petaca Iguina hacían presagiar que la final iba a acabar en el sexto partido y así fue. Hasta seis de los Capitanes estuvieron en dobles figuras y esa labor colectiva de los arecibeños fue más que el gran partido de Andy Panko y Peter John Ramos.

Ese sueño de conquistar el título del BSN volvía a esfumarse por cuarta temporada consecutiva y este 2016 habían estado a sólo un par de triunfos de conseguirlo. Sin embargo, el gran trabajo realizado le valió a Paco Olmos para renovar de cara a la próxima temporada que empezará el próximo 6 de abril.

Año 5: El líder de Monterrey

El convulso y castigado baloncesto mexicano arrancó la temporada 2016-17 sin equipos punteros de temporadas anteriores como Halcones Rojos de Veracruz o los campeones Pioneros de Cancún y era la oportunidad de Fuerza Regia de Monterrey para montar un gran proyecto y salir campeón por primera vez en su historia.

Anuar Ganem, presidente del equipo regiomontano y de la Liga, sumó grandes piezas para el equipo durante este verano, primero con el fichaje de Paco Olmos para el banquillo y después llenando el plantel con jugadores como Carlos Rivera, Ricky Sánchez, Jeleel Akindele, Andy Panko, Héctor Hernández o Juan Anderson Toscano.

“Fuerza Regia es quizá la mejor estructura de club pero les ha faltado un salto para estar al mejor nivel. Monterrey es una importante ciudad y vamos a intentar que los aficionados se acerquen al equipo”, explicaba el coach en una entrevista en Encestando. “El reto es poner lo más arriba posible al Fuerza Regia, es a lo que aspiran los responsables del club y lo asumo. Vamos a intentar hacer un buen equipo ahora, empezar bien el campeonato y luego a pelear lo que se pueda. Ahora mismo no es fácil entrenar en España; en México y Puerto Rico aspiro a lo máximo”.

1, 2, 3, 4, 5… y así hasta 21 victorias consecutivas fueron las que consiguieron los de Paco Olmos en esta LNBP mexicana. El partido número 22 fue contra Soles de Mexicali, equipo que entrena el español Alejandro Martínez y que hasta el año pasado dirigía Iván Déniz y que casualmente tuvo otra gran racha similar en la pasada temporada y llegaron hasta los 24 triunfos. A día de hoy, sigue como líder de la competición y se presenta como el máximo candidato para el título, playoffs mediante.

El siguiente paso del equipo es la Liga de las Américas, la máxima competición de clubes de Latinoamérica, donde Paco Olmos debutará enfrentándose al campeón defensor Guaros de Lara, al campeón chileno Leones de Quilpue y a los panameños de Caballos de Coclé.

“Es una competición que he seguido desde que estoy en México y Puerto Rico”, nos explicaba Paco Olmos días antes de su debut. “Es un torneo que me ilusiona a mí y que ilusiona al equipo. Es una competición de ámbito mundial, aunque sea para el mundo latino. El hecho de jugar como locales también nos hace ilusionarnos y pensar en ser campeones de grupo”.

Desde aquel 22 de enero de 2012 han pasado ya cinco años hasta el día de hoy y la gran pregunta que hay que hacerle a Paco Olmos para cerrar es clara: ¿te alegras de no haberte quedado sentado en el sofá?

Es una realidad. En aquella época apenas había entrenadores españoles de ACB que hubieran salido al exterior”, cuenta Paco Olmos. “Se dio esa situación y creo que tuve mucha fortuna de entrar en la estructura de Angelo Medina, que aparte de un gran empresario, entendía mucho el mundo del deporte. A partir de ahí, han ido pasando temporadas, hemos ido consiguiendo objetivos y hemos llevado a los equipos más arriba de cuando llegamos. La distancia con la familia se hace difícil, pero en la situación profesional, estoy agradecido de poder haber entrenado en equipos más importantes y ahora damos un paso más y estamos preparados para ganar títulos”.

¡Paco, nosotros también nos alegramos de que decidieras no quedarte sentado en el sofá!

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