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Perfiles

Dennis Rodman: El último guerrero (I)

Nos acercamos a la carrera de Dennis Rodman, el último gran defensor de la historia de la NBA.

Getty Images

Un sórdido romance con Madonna, un accidentado matrimonio con Carmen Electra, Violentos altercados dentro y fuera de la cancha, más de 70 visitas de la policía a su domicilio en un año,acudir a la presentación de su biografía vestido de novia, rotundas declaraciones salidas de tono y una interminable lista de polémicas, rodean la peculiar carrera de Dennis Keith Rodman, el último gran defensor de la historia de la NBA.

Para alguien que no conozca a Dennis Rodman, resulta muy difícil de asimilar el hecho de que alguien que no ha sido precisamente un modelo de conducta, haya ingresado en el “Hall of fame” y tenga su camiseta retirada. Hoy, pretendo arrojar algo de luz sobre éste aspecto, para intentar convencer a los más escépticos de que “El gusano” fue uno de los grandes y mereció éste reconocimiento y otros más por derecho propio.

Cuando me plantee escribir este artículo, me propuse hablar de las virtudes del jugador, ciñendo el relato a lo estrictamente deportivo, pero estando inmerso en la fase de documentación, mi fascinación por la personalidad de Rodman creció de manera exponencial, según fui descubriendo peculiares circunstancias de su vida que desconocía por completo y que de manera directa o indirecta, han influido tanto en su persona que deben ser contadas para una mejor comprensión de sus acciones.

Era un error grave intentar entender o justificar a Dennis Rodman, simplemente había que disfrutar viendo a éste fenómeno irrepetible.

Abandonado por su padre a la temprana edad de 3 años, Dennis se crió en un suburbio de Dallas llamado Oak Cliff, considerada como una de las zonas más peligrosas de la época. Philander Rodman, su padre, ex piloto de aviones de combate y veterano de Vietnam, abandonó a su familia para instalarse en Manila, donde ha reconocido tener unos 28 hijos, aunque el propio Rodman asegura que tiene unos 40 hermanos.

Su madre, Shirley Rodman, nunca tuvo muchos reparos en reconocer su predilección por sus dos hijas Debra y Kim, en detrimento de Dennis, el cual si sentía mucho apego por su madre.  La violencia de los suburbios unido a criarse con tres mujeres, tuvo un gran impacto en su personalidad, que se tornaba tan introvertida en sus relaciones con los demás que incluso hizo sospechar a su madre que era homosexual, puesse mostraba especialmente retraído con las mujeres.  Probablemente el hecho de crecer en el seno de una familia desestructurada, sólo compuesta por mujeres y sin ninguna figura paterna, le estuviese pasando factura emocionalmente.

Aunque jugaba al baloncesto desde temprana edad, perdió las esperanzas cuando con 16 años, únicamente medía 1.75m y tenía un cuerpo bastante enclenque. Mientrassus hermanas triunfaban en el baloncesto (ambas llegaron a ser All-American), él fracasaba por sus limitaciones físicas y era cortado en sus equipos del instituto de básquet y fútbol americano. La desesperación se apoderaba de él y decidió buscar un empleo, llegando a trabajar como conserje nocturno en el Aeropuerto internacional de Dallas, donde tendría su primer encontronazo con la ley, al ser arrestado por robar unos relojes en una de las tiendas del aeropuerto. Muy en la línea de la personalidad de Dennis, los relojes eran para regalárselos a unos amigos. Fue arrestado y obligado a recuperarlos y devolverlos para que fuesen retirados los cargos. Su accidentada vida ya repercutía por entonces bastante en su comportamiento, dando pequeñas pinceladas de lo que iba a llegar a ser.

Pero su vida iba a dar un giro inesperado cuando al cumplir los 17 años, dio un tremendo estirón y creció 27 centímetros convirtiéndose en un esbelto y musculoso atleta con un físico prometedor. Esto le hizo replantearse su carrera baloncestística y le animó a probar suerte en el equipo de la universidad de Gainesville (Texas). Consiguió entrar en el equipo y promediar unos números más que notables (17.6 puntos y 13.3 rebotes por partido), pero no le gustó y se fue. Sus malas notas propiciadas por su escaso interés por los estudios, sumado a sus dificultades para mantener la disciplina, acabaron con su efímero periplo universitario, que apenas duró un semestre.Regresó a su casa, que por aquel entonces ya era la calle, pues su madre hacía tiempo que le había prohibido la entrada en la suya. Con 22 años, Dennis lavaba coches en un concesionario de Oldsmobile y dormía en la calle con sus amigos.Dennisnunca abandonó el baloncesto y continuó jugando en la calle, donde pronto comenzó a forjar su carácter duro y luchador.

Las capacidades potenciales demostradas por Dennis en su pequeña etapa universitaria, no pasaron desapercibidas para los avispados ojeadores de la Southeastern Oklahoma State University, que se patearon las calles de Dallas hasta dar con aquel jugador callejero del que todos hablaban en el barrio. No fue fácil, pues no tenía ningún domicilio reconocido, pero finalmente lo encontraron y le ofrecieron una beca para jugar al baloncesto en su universidad. Rodman aceptó la oferta de inmediato, pues el hecho de disponer de cama y comida, mejoraba bastante su situación actual.

La universidad formaba parte de una de las divisiones inferiores de la liga universitaria (NAIA), y al contrario que su primera universidad (Gainesville), si estaban dispuestos a hacer la vista gorda con los malos resultados académicos de Dennis. La principal diferencia era que su antigua universidad era pública y no se podía permitir perder tiempo en formar futuras estrellas del deporte, mientras que en Oklahoma ya tenían cierta costumbre en ello.Su rendimiento deportivo, pronto justificó que no le expulsaran por sus notas, pues a pesar de ser la primera vez que jugaba al baloncesto de manera relativamente organizada, promedió 26 puntos y 13 rebotes durante su primer año. Durante las dos siguientes temporadas, lideró la NAIA en rebotes con 15.9 y 17.8 rebotes por partido.

Estando colaborando enuno de los campamentos temáticos de verano que organizaba la universidad, Dennis conoce a un chico blanco tremendamente introvertido. El joven Bryne Rich, se había visto envuelto en un accidente de caza en el que de manera fortuita había matado a su mejor amigo. Pronto entablan amistad, pero cuando Bryne invitó a su amigo Dennis a su casa, su típica familia blanca de granja de Oklahoma, no veía con buenos ojos la amistad de su hijo con un joven afroamericano. El tiempo pasó y los prejuicios raciales de los Rich, fueron sustituidos por un agradecimiento desmesurado al ver como su hijo Bryne se recuperaba de todos sus traumas gracias a su inseparable amigo. A pesar de todos sus problemas, la generosa familia Rich adoptó a Dennis en 1982, dándole por fin el núcleo de estabilidad que nunca había tenido. Rodman siempre consideró a los Rich como “su familia sustituta”. El gueto de Dallas fue sustituido por campos de cultivo y animales…

Al final de su tercer año en la universidad, participó en el campus previo al draft d la NBA, en el que demostró su valía siendo nombrado mejor jugador del evento. El carácter atlético y duro del juego de Rodman llamó poderosamente la atención de Chuck Daly, que por aquel entonces peinaba los flecos de un plan que pretendía transformar a los Pistons de Detroit en un equipo con aspiraciones.

Los Pistons eran un equipo que conseguían llegar a playoffs pero eran eliminados en las primeras rondas, con lo cual era preceptivo un cambio de rumbo en la marcha del equipo. La plantilla debía adquirir un carácter ganador basado en la dureza de su juego. Tenían que ser duros en ataque y en defensa, siendo lo más expeditivos posible dentro de lo que permitiera el reglamento, estando siempre caminando sobre la delgada línea que separa la contundencia de la violencia. En muy poco tiempo, ya eran conocidos como los “Bad Boys”, pues el carácter poco educado, molesto y competitivo de sus jugadores, les precedía en sus partidos. Inmerso en semejante atmósfera de agresividad, Rodman se encontró desde un primer momento como pez en el agua, y pronto empezó a ser mentorizado en el arte del “trabajo sucio” por todo un consumado especialista como Billy Laimbeer.

Aunque cualquiera de los jugadores de los Pistons era para hacerle pocas bromas (Ricky Mahorn, Joe Dumars, Adrian Duntley, Mark Aguirre, Isaiah Thomas, John Salley, etc) el auténtico “Bad Boy” por excelencia era Laimbeer. Siendo hijo de un adinerado presidente de una empresa de venta de diamantes, Laimbeer aseguraba que jugaba únicamente por placer, pues no necesitaba el dinero. Esta circunstancia respaldaba poderosamente la personalidad agresiva y provocadora que le caracterizaba, pues realmente tenía poco que perder.

Era un jugador extremadamente molesto, que intentaba continuamente sacar de quicio a sus adversarios a base de contactos físicos desproporcionados y provocaciones verbales continuas. El pívot era un auténtico maestro en lo que yo he denominado “Trash Flopping”, que no era ni más ni menos que provocar constantemente a sus rivales hasta que éstos respondían de alguna manera, y acto seguido, tirarse al suelo al menor contacto y así provocar faltas en ataque. Esas “habilidades” tan especiales le sirvieron para tener peleas con muchos jugadores, siendo las más sonadas con Jordan, Bird, Ewing o Barkley.

Pero Laimbeer también tenía buenas cualidades entre las cuales destacaba una impresionante habilidad para posicionarse a la hora de coger los rebotes, y cerrar a sus rivales el acceso a la lucha por los mismos. Rodman supo combinar su portentoso físico con las enseñanzas de Laimber y se convirtió en un auténtico depredador de los rebotes, así como un defensor temible. La principal aportación de Rodman al equipo consistía en anular a sus rivales, ya fueran grandes o pequeños. Su tenacidad defensiva no entendía de alturas y le permitía abarcar rangos de acción tan dispares como Spud Web, Michael Jordan o Karl Malone.

Cuando los Pistons tenían a Rodman en la pista, era como si atacaran 4 y defendieran 6. La escasa aportación ofensiva del jugador, era suplida con creces por su inquebrantable voluntad de luchar por cada balón como si no hubiera mañana. Rodman reinventó una versión personalizada de la dureza de los Pistons y la elevó a la enésima potencia. Pero el impacto del juego de Rodman trascendía mucho más allá de lo que registraban las estadísticas. Los tremendos y eficaces bloqueos en ataque y el desgaste físico y psicológico que provocaba en sus rivales, generaba una cantidad de espacios que eran aprovechados por sus compañeros. El factor “Gusano” comenzó a ser un molesto hándicap para todos los equipos que se enfrentaban a ellos, un problema con difícil solución, pues nadie estaba preparado para contrarrestar a un jugador de semejantes características.

Su intensidad defensiva pronto fue sufrida por muchos jugadores de la liga, convirtiéndose en pieza clave en el juego de los Pistons. Ese mismo año, el equipo fue eliminado por los Celtics en finales de conferencia en una eliminatoria de una dureza difícil de creer para los que no la hayan visto. Rodman se dio a conocer públicamente con una increíble defensa sobre Larry Bird, que propició una bajada sustancial en los promedios del ala-pívot de los Celtics.El 10 de los Pistons, había afirmado previamente que Bird estaba sobrevalorado por el hecho de ser blanco.

Al año siguiente, los promedios de Rodman aumentaron de manera notable a 11.6 puntos y 8.7 rebotes por encuentro en escasos 26 minutos de juego. Cuanto más avanzaba su carrera, mas se daba cuenta de que debía olvidarse de anotar muchos puntos y centrarse en defender como un perro de presa y coger todos los rebotes que pudiera, así, a lo largo de la temporada su promedio anotador descendía de manera proporcional al aumento de su promedio reboteador y su intensidad defensiva.

La popularidad del jugador no paraba de crecer entre los aficionados de Detroit y del resto de la liga, a la vez que su importancia en el equipo se hacía más grande. Aquella aceptación colectiva tan repentina era música para los oídos del tímido y retraído niño que aguardaba detrás de aquel grandullón con cara de pocos amigos. Rodman habría hecho lo que fuese para encajar en el grupo, al igual que cualquier niño marginal busca la aceptación de una banda, y lo hizo. El trabajo sucio en los Pistons tenía un nombre, “el gusano”.

Los Pistons continuaron con su formato de juego basado en la contundencia física y psicológica, dando aún una vuelta de tuerca más a la intensidad. Acabaron la temporada regular con 54 victorias, lo que en aquel momento se convirtió en récord de la franquicia. La sed de venganza por las eliminación del pasado años, era lo que impulsaba aquel juego rocoso e incómodo, más propio de un playground que de un pabellón.Todo iba según el plan de Chuck Daly, pero en 2ª ronda les esperaba el primer escollo importante, los Bulls de Michael Jordan.

Así fue como en las semifinales de conferencia, en otra épica batalla librada con dureza y con un bestial cerco y batida realizado por parte de los “Bad Boys”hacia la figura de Michael Jordan, Rodman se convirtió en la pesadilla del 23 de los Bulls, volviendo a mostrar su capacidad para defender a cualquier jugador, fueran cuales fueran sus características. Las pocas veces que Jordan conseguía deshacerse de su par, era castigado con dureza extrema por las ayudas del resto del equipo, llegando a turnarse entre ellos para hacerle faltas y así evitar ser eliminados por acumulación de las mismas. Los Pistons eran los más duros de la liga y dejaban constancia en cada jugada. Dennis Rodman se consagraba ante los atentos ojos del mundo como un defensor implacable que no se arrugaba ante nada ni nadie.

Detroit se deshacía de Michael Jordan y los Bulls en 5 partidos, y avanzaron hacia la final en busca de los Lakers de Magic Johnson y compañía. Rodman cada vez adquiría más protagonismo en el juego de su equipo y comenzaba a ser temido por sus rivales. El propio Magic sufrió en sus carnes la contundencia de la defensa del gusano y de los Pistons, sufriendo lo indecible para ganar las finales por un apretado 4-3. Incluso con Isaiah Thomas lesionado por un fuerte esguince de tobillo, los “Bad Boys” con su mejor defensor a la cabeza, se defendieron como un gato panza arriba y estuvieron a punto de dar la campanada. Durante el sexto partido, Rodman tuvo en sus manos la canasta ganadora para su equipo, pero falló bajo canasta a falta de 5 segundos, el tiro que les hubiese dado el campeonato. Este mazazo moral resonó en su cabeza y se transformó en una imperiosa necesidad de enfocar su juego completamente hacia la defensa. Lo de anotar era mejor dejarlo para otros, pero si ya antes era un defensor extremadamente duro, creo que nadie estaba preparado para ver en lo que se iba a convertir a partir de entonces.

Dennis Rodman: El último guerrero (II)

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