La NCAA es una competición apasionante, una liga en la que una gran cantidad de equipos luchan por un único sueño: ser campeones nacionales y levantar el trofeo del March Madness, disputado entre los meses de marzo y abril. Una de las características más especiales que tiene esta competición es que los jugadores tienen un tiempo limitado para residir en sus equipos universitarios (cuatro cursos como máximo), por lo que estos deben ingeniárselas para estar siempre en la cumbre mediante su reclutamiento de jóvenes. Este proceso será el último en el que el jugador tiene decisión propia hasta su, presumiblemente, segundo contrato en la NBA. Por ello una acertada elección es imprescindible.
Una vez presentada esta magnífica competición, deberíamos tener muy en cuenta una serie de nombres sobre los que hay que tener un ojo encima durante lo que resta de campaña. Jugadores, entrenadores y equipos que tienen, en estos meses, un tiempo para definir su futuro a corto y largo plazo. Sin más dilación, comencemos.
Jugadores
Al fin y al cabo, los mayores protagonistas de cara al espectador, los que te hacen levantarte del asiento y de los que la afición suele enamorarse, odiar o incluso idolatrar. Muchos son los jugadores que merecen una mención especial, entre los que podemos destacar a Jayson Tatum (Duke), Ivan Rabb (California), Lonzo Ball (UCLA), la pareja Fox-Monk (Kentucky) o Lauri Markannen (Arizona).
Markelle Fultz (Washington)
Si hay un jugador que ha destacado por encima del resto y ha acaparado todos los focos es este fantástico base-escolta de los Huskies. El combo-guard de Washington hace del baloncesto una minucia cada vez que sale a la cancha, reduciéndolo todo con una sencillez pasmosa. Posee unas capacidades físicas que le otorgan una gran superioridad respecto a sus contrarios, consiguiendo dominar en la gran mayoría de sus partidos.
En lo que queda de temporada deberá demostrar que este dominio puede ejercerlo también ante jugadores y equipos de gran calibre. Tendrá diferentes fechas clave para mostrar a todo el mundo que, al igual que Simmons (Philadelphia 76ers) el año pasado, puede ser el indiscutible número 1 del Draft. Entre ellas destacamos las tres siguientes:
- 1 de febrero vs USC.
- 18 de febrero vs Arizona.
- 1 de marzo @ UCLA.
Josh Jackson (Kansas)
Si existe una joven promesa que ha asombrado a los scouts, a parte de Fultz, ese ha sido Jackson. El jugador de Kansas llegaba a la NCAA con la vitola de ser el mejor talento de la clase. Si bien el base de Washington le ha ganado la partida en lo que llevamos de temporada, este escolta-alero nacido en Michigan ha eliminado muchas de las dudas que se tenían sobre él.
Pese a que sus problemas en el tiro desde la larga distancia están más que presentes, ha mostrado un juego muy completo. Tanto es así que Jackson ocupa el Top 3 dentro de su equipo en puntos, rebotes, asistencias, tapones y robos. Sin duda, un espectáculo dentro de la pista.
Para lo que resta de temporada tendrá que pulir dos puntos fundamentales: conseguir mejorar su lanzamiento exterior y ratificar su liderazgo, algo que le sitúa en una gran posición respecto a su comparación con otro ex de Kansas, Andrew Wiggins (aunque este tiene mayor talento natural). Algunas fechas clave en lo que queda de temporada:
- 16 de enero @ Iowa State.
- 28 de enero @ Kentucky.
- 1 de febrero vs Baylor.
Caleb Swanigan (Purdue)
Puede que sea el nombre más sorprendente en esta pequeña lista o por lo menos el más desconocido. Swanigan es un interior en etapa sophomore que eligió a los Boilmakers tras descomprometerse con la Michigan State de Tom Izzo. Esta temporada ha sido la de su explosión y está demostrando un dominio interior mayor al de ningún otro jugador.
Swanigan no dispone de un físico determinante como el de Fultz o Jackson, pero sí posee una inteligencia que le permite ir un paso por delante de sus rivales. Además, cuenta con un repertorio ofensivo muy peculiar, capaz de hacer de todo en la pista y echarse el equipo a la espalda cuando más lo necesitan, algo que demuestra su liderazgo en los momentos calientes.
Nacido en Indiana, es junto a Josh Hart (Villanova) uno de los mayores aspirantes a ganar el premio al jugador del año en la NCAA. Ha tenido actuaciones realmente increíbles dentro de un año en el que ha conseguido dobles-dobles en al menos el 80% de sus partidos, cuatro de ellos con al menos 20 puntos y 20 rebotes. Algunas de las fechas clave que tiene por delante para conseguir proclamarse como el mejor talento del año son:
- 24 de enero @ Michigan State.
- 9 de febrero @ Indiana.
- 28 de febrero vs Indiana.
Harry Giles (Duke)
Gran parte de los focos esta temporada están apuntando directamente a la figura de Harry Giles, pívot de los Duke Blue Devils. El jugador ha sufrido un calvario de lesiones hasta la fecha y hay muchas dudas de cara a su futuro profesional más próximo. Sus capacidades físicas, no obstante, le deberían permitir dominar la NCAA. Solo falta ver cómo le han afectado tantos problemas.
Giles es un jugador que domina el rebote a un nivel impresionante, con una fluidez increíble para su tamaño y una potencia que muchos interiores desearían. Las principales dudas giran entorno a su desarrollo ofensivo, pues la necesidad de un tiro de media distancia eficiente de cara a su futuro profesional se antoja imprescindible.
Si consigue desplegar todo su potencial estamos ante uno de los jugadores más impresionantes de toda la NCAA, un tipo que puede dominar absolutamente las zonas en los partidos. De este modo, algunas fechas muy importantes para poder comprobar de primera mano su rendimiento son:
- 23 de enero vs North Carolina State.
- 15 de febrero @ Virginia.
- 4 de marzo @ North Carolina.
Entrenadores
Ellos son los máximos responsables de sus victorias y derrotas, los que se llevan los méritos pero sobre todo los fracasos. Los entrenadores, sobretodo en la NCAA, tienen la oportunidad de crear un legado en sus equipos si hacen las cosas bien, pero siempre hay momentos complicados y es ahí donde los grandes entrenadores saben encontrar las soluciones que de verdad los hacen grandes. Esta temporada destacan tres nombres por las complicaciones que han sufrido.
Tom Izzo (Michigan State)
El entrenador de los Spartans tiene una importante tarea de aquí al final de temporada: debe conseguir que Michigan State vuelva a ser un conjunto serio y temible, algo que sin duda no es a día de hoy. Izzo deberá ajustar su sistema con la vuelta de su mejor jugador, Miles Bridges, a las pistas. El equipo necesita depender menos de su ala-pívot estrella y para ello deben distribuir mucho mejor las responsabilidades.
Posiblemente, entre las soluciones que Izzo estaría planteándose encontramos una mayor dosis de protagonismo para Nick Ward, un jugador que ha ido ganando peso en las rotaciones conforme ha avanzado la temporada, demostrando que tiene nivel para ser determinante en estos Spartans. También la inclusión de Winston en el quinteto titular, desplazando a Lourawls Nairn Jr. al banquillo, un movimiento que dotaría al equipo de mayor estabilidad en los mandos gracias a la capacidad para organizar el juego que tiene el freshman.
En lo que llevamos de temporada el conjunto de Michigan State no ha logrado vencer a ningún rival serio, pues han caído ante Arizona, Kentucky, Baylor, Duke y por sorpresa ante Northeastern. Por delante quedan rivales importantes en su particular lucha por la Big Ten. Equipos como Wisconsin, Purdue o Indiana, pondrán a prueba al entrenador y sus habilidades.
Shaka Smart (Texas)
El actual entrenador de Texas es una de las grandes promesas de los banquillos, una figura de la que se espera mucho al igual que otros ‘ex-universitarios’ como Stevens o Hoiberg, actuales entrenadores NBA (con mejor o peor resultado). En su segunda temporada al frente de los Longhorns está viendo como las cosas empiezan a ponerse complicadas. Su puesto no parece peligrar pero la necesidad de mejora es evidente.
Con un equipo lleno de talento, pero poco experimentado por la marcha de sus jugadores más importantes y veteranos, los Texas Longhorns deberán mejorar sus porcentajes desde la larga distancia, permitiendo así que no les cierren la zona y puedan desarrollar más fácilmente su juego fuera-dentro con Roach y Davis (jugador que debe mejorar mucho sus porcentajes en general) y hacer de Allen una presencia aún mayor en la pintura.
El conjunto dirigido por Smart debería contar a día de hoy con un récord positivo y unas sensaciones aún mejores, pero hasta el momento la inseguridad inunda Texas. El equipo no ha logrado vencer a ningún rival de cierto nivel a excepción de Alabama y se avecinan tiempos difíciles en el la liga regular de la Big 12, pues rivales como Kansas, Baylor, West Virginia o Iowa State se presentan como unos contrincantes muy duros de roer.
Kevin Ollie (Connecticut)
Si hay un equipo que está decepcionando a propios y extraños esos son los Huskies. El conjunto dirigido por Ollie cuenta con un récord negativo y está transmitiendo unas sensaciones aún peores. No han conseguido ganar hasta la fecha a ningún rival de cierto nivel a excepción de Syracuse (y fue gracias a dos tiros libres a falta de tres segundos).
UConn ha perdido a dos piezas importantísimas como Terry Larrier y Alterique Gilbert, por lo que deberá compensar este rendimiento con una mayor implicación del resto de jugadores. Para ello el juego interior debe mostrarse más dominante y tanto Brimah como Enoch, Durham y Facey deben imponerse más en la pintura. Una mejor selección de tiro por parte de sus exteriores (en concreto Purvis) permitiría al conjunto de Ollie ser más eficiente y por tanto obtener mejores resultados.
De este modo, el futuro del entrenador estará directamente relacionado a cómo evolucione la temporada, pues cualquier derrota podría ser la última. Equipos como Memphis, Cincinnati o SMU pueden ser los detonadores de un cese que ha comenzado a sonar tras la catastrófica temporada de Connecticut.
Equipos
Al fin y al cabo son los más reconocibles de la competición, todo aficionado medio a la NCAA conoce grandes universidades como Duke, Kentucky o North Carolina. Esta temporada hay tres conjuntos que están destacando por encima del resto, con un alto grado de expectación hasta el final de la temporada. Mención especial para Kansas Jayhawks y Creighton Bluejays.
Villanova Wildcats
El conjunto dirigido por Jay Wright está mostrando un nivel espectacular. Parecen intratables en lo que llevamos de campaña, sin conocer todavía el amargo sabor de la derrota hasta la pasada madrugada ante Butler. Y no será por no haberse medido a equipos de gran nivel. Delante han tenido a Purdue, Notre Dame y Creighton, conjuntos que siempre complican las cosas a los rivales más temidos.
Los Wildcats son un conjunto que juega como tal, muy ordenado y eficaz, capaz de sobreponerse a enormes bajas esta temporada (Arcidiacono, Ochefu o Spellman) mostrando un juego muy grupal aunque con un claro referente, Josh Hart. Este escolta-alero es posiblemente el mayor aspirante a ganar el premio al jugador del año por su increíble rendimiento, siendo capaz de hacer prácticamente de todo sobre la pista.
Junto a su estrella Hart, han destacado tres hombres: Jalen Brunson, Kris Jenkins y Mikal Bridges. Por detrás de ellos aparece un banquillo equilibrado donde todo el mundo aporta y que goza de versatilidad para jugar en distintas posiciones, algo de lo que no todos los equipos pueden presumir.
Son los máximos aspirantes al torneo de la NCAA, con capacidad para lograr un repeat, algo que deberán demostrar en los próximos meses ante rivales tan duros como los Butler Bulldogs, Xavier Musketeers o Virginia Cavaliers (marcad este partido en el calendario porque puede ser una delicia).
UCLA Bruins
La gran sorpresa de la temporada. Nadie esperaba que el equipo de UCLA desplegara un nivel tan grande en el inicio de un nuevo proyecto. El conjunto de Steve Alford es uno de los más imponentes de toda la NCAA y un serio candidata a luchar por el titulo, algo que en los últimos años parecía una locura.
Gran culpa de este éxito lo tienen dos jugadores cuyo rendimiento ha sido excelso: Lonzo Ball y T.J. Leaf. Este fantástico dúo ha otorgado a los Bruins unas referencias claras sobre las que fundamentar su juego, sobre todo en ataque, donde muestran unos porcentajes impresionantes.
Tras sus dos estrellas se presenta un equipo sólido, con muy buena mano desde el triple, para consolidar uno de los ataques más dominantes de la competición. Si algún día las cosas no van bien, siempre sale uno de los Alford, Holiday o Hamilton para romper los esquemas y otorgar a UCLA el empujón que necesita.
De este modo han llegado a 2017 con una sola derrota a manos de un triple en el último segundo por parte de Dillon Brooks (Oregon), lo que les ha privado de mantenerse invictos. Esto tiene incluso más mérito que otros invictos debido a que se ha enfrentado a grandes rivales como Kentucky Wildcats, Texas A&M Aggies u Ohio State. Sus enfrentamientos contra Arizona, Oregón, USC y Washington (duelo Ball-Fultz) deben estar en el calendario de cualquier aficionado a esta competición.
Baylor Bears
Probablemente, la mayor sorpresa de la temporada. Los Bears han sabido reconstruirse sin necesidad de hacer grandes recruits después de sufrir bajas tan importantes como las de Thaurean Prince (Atlanta Hawks) o Rico Gathers (NFL).
Pese a ello, Baylor ha sacado a relucir su juego sobrio pero efectivo, con una rotación amplia y que domina las zonas de la NCAA. Su referencia absoluta, Johnathan Motley, ha ido mejorando temporada a temporada hasta el punto de erigirse como uno de los mejores jugadores de la competición.
Acompañando a este magnífico jugador encontramos a Al Freeman y a dos de las sorpresas de esta temporada: Manu Lecomte, un base que ofrece un orden total al juego de los Bears y que llegó vía transfer desde Miami (FL), y Jo Lual-Acuil Jr., un gigante que en su primer curso en las pistas ha sorprendido por su poderío físico y su imposición en los tableros.
El equipo de Scott Drew ha ganado a equipos importantes como los Oregon Ducks, Michigan State Spartans, Louisville Cardinals o Xavier Musketeers, consiguiendo importantes victorias hasta el punto de mantenerse invicto en la temporada. Por delante tendrán grandes encuentros ante Kansas Jayhawks y West Virginia Mountanieers en su particular lucha por la división. Solo el tiempo nos dirá si este equipo es capaz de aspirar a la Final Four o simplemente son producto de una buena racha inicial.
Sin duda, nos espera un final de temporada muy movido en la NCAA. La paulatina llegada de los torneos de conferencia y nacionales traerán consigo los mejores momentos de la temporada en esta competición. Después de este pequeño adelanto y ‘declaración de intenciones’ en forma de artículo no quedará hueco alguno para las excusas para perderse una de las competiciones más interesantes del baloncesto americano.
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