La Liga Endesa ya conoce a todos sus integrantes para el próximo curso. La cita celebrada en el Madrid Arena iba a decidir quién acompañaba a Leyma Coruña en el tan ansiado ascenso a la máxima competición de baloncesto nacional. Un evento marcado por la incertidumbre de la sede las semanas anteriores y por la lluvia una vez llegó el deseado sábado 8 de Junio, pero que prometía tres partidos de altísimo nivel entre los cuatro mejores equipos disponibles en la extinta LEB Oro.
A las 16:00 del sábado abría las puertas el evento. Una hora y media después el teórico favorito y anfitrión, Movistar Estudiantes, se enfrentaba a Tizona en la primera semifinal. Ambos equipos llegaban a la Final Four tras decidir sus respectivas eliminatorias en cinco partidos. El equipo de Diego Ocampo acostumbraba a ofrecer un juego muy coral con muchos jugadores capaces de firmar dobles dígitos en anotación. Pero el acierto estudiantil disipó las opciones del cuadro visitante muy pronto.
Nada pudo hacer la pareja de bases formada por Saint-Supéry y Caio Pacheco para aupar a su equipo, que quizá pecó de inexperiencia. Movistar Estudiantes sumó 19 puntos de Francis Alonso, 16 de Toms Leimanis, 14 de Sergio Rodríguez, que había ofrecido esta gran versión pocas veces durante el curso, y 11 de Alec Wintering. Además, Murphy y Larsen, los interiores titulares, también valoraron en dobles figuras. Un partido que el equipo local encarriló desde el primer cuarto pese a la superioridad en el rebote de Tizona Burgos. 86-62 como resultado final. El plato fuerte del día vendría justo después.
Los equipos que conformaban la otra semifinal, San Pablo Burgos y Força Lleida, habían resuelto sus eliminatorias sin ceder ni un partido a sus respectivos rivales. Los burgaleses llegaban al pabellón con diez victorias consecutivas entre liga regular y cuartos de final. Pero Lleida llevaba doce en cadena y 23 en los últimos 25. Unas cifras arrolladoras marcadas por una defensa inquebrantable, un ataque rápido y un acierto exterior creciente. Dos amenazas durísimas para un Estudiantes que quería confirmar el ascenso en su casa.
El choque fue un intercambio de golpes brutal, con una ligera ventaja para los pupilos de Jota Cuspinera que el conjunto catalán no permitió extender. Una primera parte en la que aparecieron Edin Atic, Ignacio Rosa o Dusan Ristic por parte de San Pablo Burgos (con alguna pincelada de Speight), aunque en la segunda mitad los efectivos en forma se redujeron a los tres protagonistas principales del segundo clasificado en la fase regular: Gonzalo Corbalán con 19 puntos y 70% en tiros de campo, Siim-Sander Vene con doce puntos y tres triples y Luke Fischer con doce puntos y cinco rebotes. Estos tres debían sobrepasar el bloque de Força Lleida, que seguía pico y pala desde la sombra con el talento de Jaume Lobo (18 puntos) como atractivo principal.
El tercer cuarto finalizó con empate en el marcador. Y en esos escenarios de máxima igualdad el equipo de Gerard Encuentra (descalificado por doble técnica se mueve como pez en el agua). Apareció la línea interior: doble-doble de Cameron Krutwig (12-10) y diez puntos de Simeunovic. Con la experiencia de Hasbrouck y Matulionis (13 puntos) y las piernas del siempre combativo Rafa Villar para robar el último balón, el equipo catalán se colocaba tres puntos por encima. Un resbalón de Gonzalo Corbalán en la última jugada decantó la balanza para los de burdeos. La afición de San Pablo Burgos aplaudió el buen hacer de su equipo, que murió en la orilla ante el equipo más en forma de la temporada. Jota Cuspinera no supo qué más hacer o mover para revertir la dinámica. Victoria por la mínima de Lleida, 77-80.
Alrededor de 800 personas, de acuerdo con la propia afición de Lleida, hicieron temblar el Madrid Arena. Estaban en la final por el ascenso a la Liga Endesa casi veinte años después. Y el domingo llegaría más gente. La Demencia estudiantil debía hacerse oír ante una marea de camisetas color burdeos que tintaba el pabellón de una forma preciosa. Después de un brutal recibimiento por parte de la afición de Força Lleida a su equipo y un ambiente de final y nervios en los aledaños del pabellón para la hinchada estudiantil, el último partido de la historia de la LEB Oro estaba listo para comenzar.
“Ya está aquí el día” enuncia el tifo local. Una ocasión perfecta para volver a la ACB. Pero la puesta en escena de los ilerdenses fue casi imposible de emular. Un ataque fluido y en movimiento constante coronado por un fantástico acierto en el triple. Gerard Encuentra cambió la pareja interior titular, Kur Kuath y Javi Vega salieron de inicio y firmaron siete de los diez primeros puntos de su equipo. 0-14 de inicio y nueve minutos hasta la primera canasta en juego de Movistar Estudiantes. Destrozados por el bloqueo directo y el acierto desde el 6,75m, tampoco les sirvió la defensa en zona propuesta en dos jugadas por Pedro Rivero.
Nada cambió en el segundo parcial. 10-25 en el primero y 11-27 en este. Una diferencia de 31 puntos al descanso, la segunda más alta de la temporada en la LEB Oro. Nada funcionó en Estudiantes con la excepción de Johnny Dee (que se había perdido el primer partido por paternidad), autor de 25 puntos y siete triples y Fran Cáffaro, con doce puntos y cinco rebotes. La frustración provocó la expulsión de Leimanis al inicio de la segunda parte y, pese a ganar los últimos periodos, nada pudo hacer el equipo local para doblegar a un Força Lleida inmaculado. Nunca paró de animar su afición, más de cien personas en la grada de animación se dejaron la garganta, pero nada podía contrarrestar a los catalanes.
La final fue la confirmación para colocar el momento de forma de un equipo como el factor más importante, o casi, en este tipo de citas. 11 de valoración Diogo Brito, 14 Rafa Villar, 12 Krutwig, 11 Hasbrouck, 17 Simeunovic y se quedaron al borde de los dobles dígitos Vega y Matulionis. La definición de equipo bien engrasado. Todo enmarcado por una defensa que volvió a ser capital para el conjunto que mejor lo ha hecho durante toda la campaña, dejó al anfitrión en 70 puntos por los 85 anotados. Pero por encima de todo sobresalió el pívot sursudanés Kur Kuath. Había sido el ancla defensiva desde el día uno y en la final aprovechó su capacidad para jugar por encima del aro como baza con la que acribillar a los interiores locales. 16 puntos y 8 rebotes para el coronado MVP de la Final Four.
ICG Força Lleida se quitó con el paso del tiempo la condición de tapado. Fue un rodillo tras un inicio dubitativo y se ha confirmado como el mejor equipo tras Leyma Coruña. Arropado por una afición espectacular incluso a más de 400 kilómetros de su inexpugnable feudo, el Barris Nord. Fue una fiesta ilerdense en Madrid. Pudo debutar Marvin Ogunsipe, lesionado durante toda la temporada. Otro proyecto labrado a través de la paciencia que obtiene su recompensa. Esas pancartas de “Estamos a tres, dos un… partidos de ser ACB” ponen fin. Ahora, Gerard Encuentra tiene su sonado banquillo en la Liga Endesa mediante un ascenso. Un desenlace poético y el inicio a una nueva aventura. Cinco equipos catalanes formarán parte de la máxima categoría del baloncesto español el curso que viene. Toda una hazaña para su baloncesto.
Ahora comienza el todavía más difícil. Está por saber quién continuará el curso siguiente. Por el momento, Krutwig trabaja en obtener pasaporte croata después de renovar hace unas semanas, según la información de La Manyana, y Gerard Solé habló de un presupuesto similar al de Baxi Manresa para el equipo burdeos. Pronto comenzarán a confirmarse los primeros movimientos para el club. Broche final a la LEB Oro para siempre. El curso que viene, siete de los ocho últimos descendidos de la Liga Endesa buscarán asaltar una plaza de ascenso desde la nueva Primera FEB. Un dato brutal que certifica lo repetido una y mil veces: “La P**a LEB Oro es una jungla”, y cada vez más frondosa.
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