El fichaje de Zoran Dragic (Liubliana; 22 de junio de 1989) por Bilbao Basket ha vuelto a poner sobre el foco a uno de los nombres más interesantes del baloncesto esloveno. Con una amplia trayectoria en el baloncesto europeo y pedigrí NBA, Zoran Dragic vuelve a una liga que conoce de sobra, previo paso por Unicaja y Baskonia, donde ganó la Liga Endesa. Quizá, el mayor remordimiento de su carrera haya sido no poder disputar por lesión el Eurobasket de 2019, donde Eslovenia, dirigida por Igor Kokoskov, se alzó con el título. Prepelic, Doncic, Randolph, Cancar… una generación de jugadores inolvidable donde faltaba uno de sus grandes nombres pero no apellidos, Dragic, en este caso Goran, fue nombrado MVP de ese Eurobasket y alcanzó, quizá, el momento cúlmen de su carrera. Un jugadorazo con una trayectoria más que contrastada en la NBA. Además, si tu hermano es nombrado mejor jugador del torneo más prestigioso en Europa poco, o nada, puedes hacer para no quedarte con la etiqueta del “hermano de”. En este artículo se pretende poner en valor todo lo que ha conseguido el bueno de Zoran, que no es simplemente el hermano de uno de los mayores baloncestistas europeos de la época, sino que es un jugador muy talentoso que ha pasado bajo el radar para gran parte del público.
A veces la vida entre hermanos no es fácil, pero ese nunca fue el caso de Goran y Zoran Dragic. A pesar de lo que alguno pueda creer, su relación es totalmente opuesta a la que tienen los hermanos Ponitka. Ambos se criaron en Liubliana, ciudad de fútbol y hockey. A pesar de esto, ellos crecieron dentro en un entorno baloncestístico y eran inseparables. ¿Qué probabilidad hay que en una ciudad de menos de 300.000 habitantes salgan dos hermanos que lleguen a jugar en la NBA? Pues los hijos de Marinko y Mojca lo consiguieron. Además, lo hicieron juntos, tanto en Phoenix como en Miami, aunque alguno jugara más que el otro. Aunque en España nos han mal acostumbrado los Gasol y los Hernangómez, es una hazaña a la altura de muy pocos.
Lo cierto es que Zoran Dragic tiene una gran trayectoria baloncestística y a sus 35 años todavía no ha dicho su última palabra. Ahora, es un jugador veterano que busca acabar su carrera compitiendo al mayor nivel posible, pero hace 20 años sólo era un jóven jugador tratando de hacerse paso en el basket europeo en las filas del KD Ilirija. En el 2005, daría un paso más en su carrera para fichar por el Geoplin Slovan, club aún fuera del radar para muchos, pero donde han jugado míticos jugadores Mirza Begic, Jaka Lakovic, Jan Vesely o su hermano Goran, entre otros. En aquel modesto club esloveno pasó 5 temporadas, antes de fichar por un gigante del país como es el KK Krka, de Novo Mesto. Allí, su baloncesto continuó con su evolución y ganó varios títulos, entre ellos Liga, Copa y Supercopa del país o el Eurochallenge. Al concluir su periplo por el club de Liubliana (2010-12), Zoran Dragic era una de los mejores proyectos en Eslovenia y, aunque no fue seleccionado en el Draft de 2011, decidió probar suerte al otro lado del charco.
Tras disputar la liga de verano de la NBA con Houston Rockets, allá por el verano del 2012, Zoran Dragic decide firmar un contrato de dos años con Unicaja de Málaga, en lo que sería su primera andadura por el baloncesto español. Analizar esta parte de su trayectoria supone algo especial para vuestro redactor. Una vuelta a los inicios. Los primeros partidos que empecé a ver de ACB fueron justo cuando Zoran se marchó a Phoenix, un Unicaja que disputaba Euroliga e intentaba torpedear a Madrid y Barcelona en las competiciones domésticas. Jugadores como Granger, Kuzminskas, Markovic o Fran Vázquez son los primeros nombres que se me vienen a la cabeza al recordar los tiempos de Zoran por Málaga, tiempos que no tengo grabados en la retina en primera persona. Lo que sí recuerdo es jugar al 2K en la PS3, cuando el famoso juego de baloncesto todavía contaba con las licencias de Euroliga. Aún recuerdo coger al Unicaja de Málaga con los Calloway, Dragic, Sergi Vidal, Fran Vázquez y compañía. También disfruté mucho jugando con el CSKA de Milos Teodosic, pero eso quizá sea tema para otro día.
Quizá no disfrutó de los mejores años de Unicaja, octavo y noveno en liga regular y únicamente Top 16 en Euroliga, pero Zoran Dragic dejó buen recuerdo en el conjunto cajista. Su primer año (2012-13), el de adaptación, fue algo discreto, 5,2 puntos por partido y 5,5 de valoración. Cifras que mejoraría al año siguiente (2013-14), 10,4 y 10,4, respectivamente. Unas cifras que sin ser despampanantes le valieron para dar el salto a la NBA. El jugador pagó la cláusula de salida del club de Los Guindos (750.000€) y puso rumbo a Phoenix, donde se reencontraría con su hermano
Su paso por la NBA no fue todo lo fructífero que el esloveno esperaba, un jugador que ha promediado 4,7 minutos por partido en los 16 que ha disputado, cifras muy infladas por su espectacular último partido en la NBA, donde jugó 41 minutos que le sirvieron para anotar 22 puntos y ayudar a que su equipo venciera a los Philadelphia 76ers. Sin contar ese encuentro, los promedios de Dragic en la liga estadounidense serían de 2,1 minutos y 0,3 puntos por partido. Tras su bajo desempeño en la liga y las pocas oportunidades que tuvo, Zoran, como muchos otros, decide volver al Viejo Continente para fichar por un equipo de Euroliga. Entre los años 2015 y 2018, Khimki, Milán y Efes fueron los clubes que decidieron apostar por su servicios para jugar al máximo nivel europeo. Dragic jugó una temporada en cada club, pero no terminó de asentarse en ninguno de ellos. Tras probar suerte en Ulm y Trieste, Zoran acaba fichando por Baskonia, donde jugaría una temporada y media.
Zoran Dragic tuvo un paso atípico por el Buesa Arena, el jugador llega a mediados de la 19/20 para reforzar al conjunto de Dusko Ivanovic. No mucho más tarde de reforzar a los vitorianos, el jugador procedente de Ratiopharm Ulm, como toda nuestra sociedad, se vio envuelto en la COVID-19. Debido a esa circunstancia la temporada de Euroliga se suspendió, pero la ACB optó por organizar una fase final en el Pabellón Fuente de San Luis, Valencia, donde se decidiría quien sería campeón de la liga ese año. Fueron 12 equipos los que experimentaron ese peculiar sistema de competición y que dieron como campeón al Baskonia de Dusko Ivanovic. La temporada siguiente, la 20/21, no fueron capaces de repetir la hazaña y terminaría con la marcha de Dragic a Zalgiris. Un Zoran que será recordado por ese título y por ser un buen fondo de armario para el club, destacando por sus porcentajes en el tiro de 2, en torno al 60%y una media de puntos alrededor de 8 por partido.
Su periplo por Kaunas fue breve y el jugador decide retornar a su país. Dicen que en casa como en ningún sitio, pero tras dos buenas temporadas en Cedevita Olimpija Ljubljana, Zoran Dragic, con un promedio de 10,2 puntos por partido en Liga Adriática, decide tomar una decisión sorprendente y firmar por Bilbao Basket. El veterano jugador estaba mostrando un gran nivel en su ciudad natal, sin embargo, optó este verano por cambiar de aires. Jamás cuestionaría que alguien quiera mudarse a Bilbao, pero es cuanto menos sorprendente su decisión. Los aficionados españoles estamos expectantes por ver como es este último baile del esloveno por nuestros pabellones. Con estas líneas no voy a conseguir que nadie se quite de la mente a su hermano cuando alguien pronuncie su apellido, pero como he comentado anteriormente, es mi pequeño homenaje a la figura de un habilidoso escolta zurdo que ha sido partícipe de la generación dorada del basket esloveno. A pesar de perderse el Eurobasket 2017, estuvo presente en el cuarto puesto de su selección en los Juegos de Tokio y en múltiples ediciones de Eurobasket (2011, 2013, 2015 y 2022) y Mundial (2014 y 2023, algo nada desdeñable para un jugador que podremos seguir disfrutando, mínimo, una temporada más en ACB.
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