Ni siquiera se preocupó en seguir el evento, estaba convencido de que ninguna franquicia lo seleccionaría en la noche del Draft de 1976. A pesar de haber tenido una buena temporada en la NCAA con la Universidad de Pepperdine, era extremadamente escéptico sobre sus posibilidades de ser elegido por algún equipo de la NBA.
Cuando se enteró de que había sido elegido por los Seatle SuperSonics lo draftearon con el pick 29 de segunda ronda describió su reacción como de «shock”.
“Antes del draft, solo dos gerentes generales sabían algo sobre mí: Jerry West y Bill Russell” – Dennis Johnson.
Pocos jugadores en la NBA han tenido un impacto tan evidente en sus equipos como Dennis Johnson, más conocido como “DJ”. Comenzó, como muchos, desde lo más bajo y se convirtió, a base de esfuerzo y lucha, en una pieza clave para sus equipos. Sin embargo, a pesar de sus logros, muchos lo consideran una figura enigmática o un mero jugador de rol, o un jugador que, aunque importante en cada equipo en el que jugó, nunca fue visto como una superestrella.
Comienzos humildes: La adversidad en Compton
El camino de Dennis Wayne Johnson hacia la NBA es un equilibrio perfecto entre lo inexplicable y lo extraordinario. Se inició en Compton, California, el 18 de septiembre de 1954. Fue el octavo de 16 hermanos en un barrio complicado, difícil y en una familia muy humilde. Su padre era albañil y su madre trabajadora social, así que el dinero escaseaba, especialmente con tantas bocas que alimentar. Su padre se las ingeniaba para que sus hijos fueran a eventos deportivos, acudían a ver a los Lakers y sobre todo a los Dodgers, ya que era más barato y podía aprovechar las ofertas del barrio para comprar entradas. A veces el pequeño Dennis, se colaba con sus hermanos en partidos de lo que fuera, daba igual, fútbol americano, baloncesto, béisbol, en realidad no importaba. Con su escaso 1,70, el béisbol era el deporte más adecuado para él en esa época, pero él insistía en el deporte de la canasta. Le cortaron en dos ocasiones en el equipo de baloncesto de su escuela, pero perseveró, le dolió ser cortado, pero no se rindió.
Pasaba el tiempo disfrutando del baloncesto en vez de estudiar. DJ veía la mayoría de los partidos desde el banquillo de su equipo. Era el undécimo jugador y promediaba 2 minutos por partido. Su tamaño, su altura (1,78 cm por aquel entonces) hipotecaron sus minutos. Sus apariciones en Domínguez no eran destacadas, así que fue descartado de los equipos de séptimo y octavo grado y, obviamente, ni un solo ojeador universitario lo tuvo en cuenta. Nadie le llamó.
Dennis se graduó en Domínguez y aceptó trabajos en mueblerías, como reponedor en una licorería y como conductor de una carretilla elevadora en un almacén a 2,75$/hora. Mataba el gusanillo del baloncesto jugando en ligas locales con sus hermanos.
Ese verano, el “pequeño” jugador de secundaria se machacó físicamente y transformó su cuerpo en un saco de músculos y a sus piernas en auténticos resortes. En uno de esos partidos callejeros veraniegos en San Pablo, organizado por su hermano Charles, un árbitro vio como anotaba 44 puntos y avisó a Jim White. El entrenador decidió invitarlo a un partido contra Harbor para verlo de cerca, ya que tenía dudas de su posible adaptación a un baloncesto fuera de los playgrounds.
El salto a Los Angeles Harbor College: Su primera gran oportunidad
El entrenador jefe de Los Angeles Harbor College quedó sorprendido de su capacidad defensiva y le ofreció al jugador pecoso de pelo rojizo, que había crecido hasta el 1,91 cm, una beca para que se uniera a su equipo. La escuela estaba al lado de su casa.
“Era totalmente indisciplinado, no sabía tirar, pero podía hacer cosas increíbles, tenía la misma coordinación que Jerry West” – Jim White.
Bajo la tutela de White en LAHC, Johnson promedió 18,3 puntos y 12 rebotes, comenzó a pulir su talento y fue una pieza fundamental para que su equipo lograra el título estatal en 1974.
“Jugar frente al entrenador White fue una de las cosas más importantes que me han pasado en la vida”. – DJ.
El camino no fue de rosas, Dennis con un temperamento salvaje chocó en varias ocasiones con su entrenador, le echaron del equipo tres veces en dos temporadas, aun así, el entrenador White se movió a conciencia para que el rebelde DJ entrara en una universidad de División I. Jim White llamó a Gary Colson, el cual ya le había visto jugar, y tras hablar al respecto del potencial de Johnson, le ofreció una beca en la Universidad de Pepperdine. Azusa Pacific también se la ofreció, pero Dennis se decantó por los Waves afincados en Malibú.
Universidad de Pepperdine: El sacrificio y la maduración
En su temporada en Pepperdine, DJ promedió 15,7 puntos y 5,8 rebotes y 3,3 asistencias por partido y contribuyó a que su equipo se clasificara para la fase final de la NCAA, siendo eliminados en segunda ronda por UCLA. Lo que realmente llamó la atención de los ojeadores de la NBA fue su defensa de absoluta élite con una energía feroz y un físico privilegiado. Pese a tener problemas con su tiro, en sus estadísticas destacaron robos, tapones y rebotes, con unos números muy llamativos para un escolta.
Un accidente en las navidades de 1975 casi provocó que Dennis abandonara la universidad y todo ese potencial se hubiera perdido. La casa de sus padres se quemó tras un incendio provocado por un cortocircuito. DJ se planteó dejar el baloncesto y los estudios y buscar un trabajo para ayudar a su familia a recuperarse. Pero apareció su tío, y les ofreció una de las dos casas que tenía en propiedad aliviando así la carga de su familia. Dennis sentía que su tío les estaba ofreciendo limosna, algo que no le hacía sentir bien, aunque reconoce que su generosidad alivió la carga familiar y gracias a esa ayuda y tras una charla con su entrenador Colson pudo continuar estudiando. Gary estaba realmente convencido de que existía una posibilidad muy real de llegar a jugar profesionalmente, y tras esa temporada se declaró elegible para el Draft.
Inicio en la NBA: Los Seattle SuperSonics y la grandeza inesperada
Contra todo pronóstico Dennis Johnson fue seleccionado en el puesto 29 del Draft de 1976 por los Seattle SuperSonics, actual Oklahoma City Thunder. Una elección por debajo del radar, pero que, con el tiempo, se convirtió rápidamente en un “robo” debido a su versatilidad, tenacidad y, sobre todo, capacidad defensiva pese a que, en esa primera pretemporada como novato, estuvo a punto de ser cortado.
Con Bill Russell como entrenador, aunque quien realmente llevaba el equipo era su primo y asistente Bob Hopkins, comenzó desde el banquillo, por detrás de Slick Watts y Fred Brown. DJ tenía muchas dudas de si encajaba realmente en ese equipo. La leyenda Bill Russell habló mucho con el novato y aunque en un principio se sentía intimidado ante la inmensidad de su figura, Dennis supo escuchar e incorporar todas las enseñanzas del mito y comenzó a aprender a ubicarse en el contexto del juego profesional. Analizaba movimientos de otros jugadores y empezó a encontrar soluciones para contrarrestarlos y su defensa se volvió élite.
Esa temporada, la 1976-77 la finalizaron con un récord de 40 victorias y 42 derrotas. De cara a la siguiente temporada (77-78), Bill Russell se retiró y Bob Hopkins tomó el mando del equipo de un modo oficial. Duró en el cargo 22 partidos, con un récord de 5-17, al frente el equipo y tras un inicio de temporada cargado de inseguridades e inexperiencia fue despedido y reemplazado por Lenny Wilkens.
Una de las primeras decisiones del nuevo entrenador fue darle a DJ el puesto de escolta titular y en los 60 partidos con Wilkens, lograron una remontada legendaria, fueron otro equipo y su récord de 40-18 los catapultó a las Finales de la NBA. Llegaron al 7º partido contra los Bullets y finalmente el título se quedó en la capital, Washington.
En ese 7º partido Dennis jugó muy mal 0/14 en tiros de campo, ni una sóla canasta. Él mismo lo definió como “vergonzoso”. La situación le superó, el contexto, la presión, el ambiente y ese verano trabajó hasta la extenuación para volver más fuerte y más motivado. No quería volver a sentir esa sensación de vergüenza e impotencia nunca más en su carrera.
En la siguiente temporada, con Lenny Wilkens ya desde el inicio, el equipo se redimió. Repitieron las Finales contra el mismo equipo, pero esta vez, en 5 partidos, los SuperSonics lograron el campeonato con un DJ espectacular en ambos lados de la cancha. 22,6 puntos por partido y una defensa (14 tapones) absolutamente élite que marcó la diferencia y le dio el MVP de las Finales, una puesta en escena épica que alcanzó su momento más álgido cuando taponó el tiro sobre la bocina de Kevin Grevey en el cuarto partido para lograr la victoria.
Esa temporada fue la de su consagración. La primera de 5 ocasiones en la que fue elegido para el All-Star y la primera de 6 en la que fue votado para el mejor quinteto defensivo de la NBA.
“Ese primer campeonato fue el mejor. Es una sensación que no se puede duplicar” – DJ.
Ese equipo tenía todos los ingredientes para poder repetir campeonato y DJ estaba encantando con su rol y con sus compañeros. Paul Silas, por aquel entonces un veterano de 15 años de experiencia en la liga era su mentor y el joven e impulsivo Dennis lo respetaba mucho.
Pese a los éxitos individuales y colectivos, la relación entre Wilkens y Johnson se deterioró drásticamente con enfrentamientos intensos con problemas que iban más allá de lo deportivo.
Dennis Johnson era el mejor defensor de la NBA, pero su contrato no decía lo mismo. DJ había firmado un contrato cuando todavía era un jugador de segunda ronda desconocido por cuatro temporadas con cantidades desde los 30.000 a los 90.000 $ al año. Los Sonics se negaron a renegociar y el MVP de las Finales era el jugador peor pagado de la plantilla. No hubo una extensión acorde a su impacto en el equipo hasta que su primer contrato no estuvo a punto de expirar. Dennis sintió que la franquicia se había aprovechado de él.
Con ese segundo contrato más acorde con su impacto en cancha, una de las primeras cosas que hizo fue comprarles a sus padres una gran casa en una buena zona residencial. Cuatro años después de que se les quemara su hogar a la familia Johnson, los padres de Dennis y sus quince hermanos, volvían a tener una casa de su propiedad y con piscina.
¿Era DJ un jugador “difícil” o, más bien, alguien que exigía un trato justo y acorde con sus logros?
A DJ también le afectó que los aficionados apreciaran más a sus compañeros Gus Williams y Freddie Brown y sus “famosos” días de mal humor se acentuaron, comenzó a tener malas actitudes en los entrenamientos y se encerró en sí mismo. Para reivindicarse y justificar su nuevo estatus contractual en el equipo, comenzó a ser más individualista y a tirar más desde la larga distancia a pesar de su pobre mecánica. Sus propios compañeros se lo recriminaron e incluso Silas discutió vehementemente con él criticándole su selección de tiro.
El intento de repetir título chocó en las Finales de Conferencia Oeste de 1980 con los Lakers y todas las miradas apuntaron al malhumorado y testarudo escolta. La situación fue insostenible y Lenny Wilkens, un entrenador joven y vehemente por aquel entonces, exigió el traspaso del jugador. Johnson fue traspasado a los Phoenix Suns a cambio de Paul Westphal y selecciones del Draft. Tras el acuerdo, Wilkens se refirió a Dennis como un “cáncer en el vestuario”. El número de victorias de los SuperSonics tras su salida se redujo a 22.
Esa etiqueta, la de jugador conflictivo, la tuvo colgada cual espada de Damocles durante buena parte de su carrera. DJ con el paso de los años reconoció que en esos primeros años era muy impulsivo y eso le perjudicó. Reflexionaba y comentaba que si pudiera volver atrás en el tiempo habría controlado su temperamento, aun así, esas declaraciones de su exentrenador le dolieron y marcaron.
Phoenix Suns: Talento sin el reconocimiento
En Phoenix, mantuvo su nivel defensivo élite, fue seleccionado para el primer equipo defensivo de la liga y para su tercer All-Star consecutivo. Se consagró como el mejor defensor de su época y como uno de los bases más versátiles de la competición. Sin embargo, a nivel colectivo los Suns no lograron los objetivos durante su estancia. Pese a que al lado de Walter Davis y Truck Robinson llevaron a la franquicia a su récord de victorias (57) colocándolos como primeros del Oeste en su primera temporada, luego, cuando importa, en el momento de la verdad, perdieron contra los Kansas City Kings en semifinales de conferencia. Esa fue la temporada con más victorias en temporada regular y con más recorrido en postemporada.
A nivel individual Dennis siguió creciendo, en su segunda temporada promedió récord en puntos (19,5), rebotes (5,1) y hasta ese momento en asistencias (4,6) y fue seleccionado por cuarta vez consecutiva para el equipo All-Star y el primer equipo All-Defensive.
Su última temporada en Phoenix fue la menos productiva ofensivamente, ya que el equipo incorporó a Maurice Lucas y al, por aquel entonces novato estrella, Larry Nance.
Llegaron a playoffs en cada una de las tres temporadas que pasó en Arizona, pero lejos y sin argumentos realistas para llegar a luchar por el título.
Esa falta de resultados comenzó a resquebrajar la química y las alabanzas iniciales por parte de los responsables de la franquicia y comenzaron a convertirse en tensiones que derivaron en, de nuevo, problemas con Johnson, que comenzó a tener cambios de humor problemáticos y ausencias a entrenamientos. Su reputación de jugador conflictivo que discutía con sus entrenadores y con salidas de tono fuera de lo normal seguía creciendo y John MacLeod, su entrenador, solicitó su traspaso.
En el verano de 1983 los Boston Celtics adquirieron a Dennis Johnson y una primera ronda de los Phoenix Suns a cambio de Rick Robey y dos segundas rondas. El traspaso fue considerado un robo por parte de Red Auerbach ya que, en lo deportivo, los Celtics se hacían con un jugador defensivo de calibre All-Star a cambio de un pívot suplente con fama de blando. En lo extradeportivo, Phoenix se deshacía de un jugador problemático y Boston apartaba al mejor amigo de Larry Bird. La fama de fiestero de Robey fue clave para que, desde la franquicia del trébol, buscaran su salida por miedo a que Larry, el joven jugador franquicia de los de Massachussets, pudiera entregarse a la noche y al descontrol de la mano de Rick.
Redención en Boston: La pieza final para completar el puzzle
Dennis Johnson recaló en los Celtics gracias a la visión de Red Auerbach. El equipo contaba con uno de los mejores ataques de la liga, pero veía necesario potenciar la defensa exterior del equipo y Dennis era la solución perfecta para contrarrestar a Andrew Toney, el escolta de los 76ers conocido en Beantown como “The Boston Strangler”, que había sido clave en los playoffs del 1980 y 1982.
DJ no sólo no decepcionó, sino que se convirtió en una pieza clave de un equipo ganador. Se integró a la perfección en la cultura Celtic y al lado de Larry Bird, Robert Parish, Kevin McHale y bajo la dirección del gran K.C. Jones, formó parte de uno de los mejores equipos de la historia de los Boston Celtics y de la NBA.
Algunos analistas criticaron su adquisición debido a la reputación del jugador, aun se recordaban los problemas con Lenny Wilkens. Pero Auerbach, viejo zorro y maestro en leer el carácter y potencial de los jugadores, vio en la tenacidad y en la mentalidad ganadora de Johnson la respuesta a las necesitades del equipo.
Red lo trajo y K.C. cambió su rol por tercera vez en su carrera a nivel ofensivo. En Sonics escolta especialista en mates, anotador versátil en Suns y para los Celtics, se estableció como un base más centrado en crear que en anotar. Ambos, Jones y Johnson, K.C. y DJ compartían una historia muy parecida. Ambos eran jugadores defensivos excepcionales y poseían una mentalidad de equipo que los hacía valiosísimos. Jones le brindó a Johnson hacer lo que mejor sabía, controlar el ritmo del partido, ser el mariscal en defensa y ser un líder en la cancha.
A pesar de que los Celtics estaban llenos de superestrellas del calibre de Bird o McHale, K.C. comprendió que el equilibrio defensivo y la capacidad para manejar la presión en momentos decisivos era algo a potenciar. Mentalidad “clutch”, el entrenador solía confiar en el base para ejecutar las jugadas cruciales, era en esos momentos tensos cuando el balón más quema, cuando Dennis tomaba el mando y elevaba su juego con su destreza para anotar en momentos cruciales, logrando que el equipo siguiera compacto, estable y unido.
“Dennis Johnson fue el mejor jugador que he conocido para hacer jugadas importantes en partidos importantes» – KC Jones.
Johnson y Auerbach también tenían una estrecha relación, el mítico Red admiraba profundamente las características del juego de Dennis, influyente tanto en ataque como en defensa con capacidad para frenar a las estrellas rivales, un líder silencioso que lo daba todo en la cancha, uno de los bases más completos de la historia del baloncesto.
“Es el tipo de jugador que te hace ganar campeonatos” – Red Auerbach
Larry Bird comentó que la llegada de Johnson fue “la pieza final” que necesitaban para ganar más títulos. Una decisión clave que transformó a Boston y solidificó a los Celtics como una de las grandes potencias de la NBA en los años 80.
Dennis comentó que llegar a los Celtics fue un sueño hecho realidad, porque pudo competir por campeonatos con tipos como Larry, Robert y Kevin. Pese a llegar molesto por los comentarios de que los Suns se habían deshecho de él por ser problemático, empleó esa energía como gasolina para motivarse sabiendo que el recalar en ese equipo implicaba mucha más exposición.
En Boston recibió un curso intensivo sobre la historia de la franquicia. Ya había jugado para Bill Russell en Seatle, y su primer encuentro con la leyenda viviente Red Auerbach la define como “surrealista”. Descubre que los entrenamientos en pretemporada no se parecen nada a lo experimentado previamente.
Cuando Red estaba allí, recordaba DJ, “todos se ponían en su lugar, trabajábamos más duro, porque queríamos asegurarnos de que él nos viera a tope y en forma. Era como si fuéramos sus soldados y él el general supervisando a sus tropas. Los entrenamientos eran más intensos que algunos de los partidos que jugábamos. Nos convirtió con sólo su presencia en un mejor equipo. Algunos de mis mejores recuerdos son de esas batallas”.
Los Celtics del 84 tienen un récord 62-20 en temporada regular y llegan a las Finales donde les esperaban los Lakers del Showtime liderados por Magic. Toda la temporada estuvo enfocada a que esa fuera la final, todos sabían que eran los mejores equipos de la competición y era casi inevitable que se encontraran en las Finales.
Tras ir perdiendo 2-1 la serie, K.C. le asigna la defensa de Magic a DJ. Dennis responde amargándole la existencia al líder de los Lakers limitándolo a sólo 17 puntos por partido y anotando 20 o más puntos en los definitivos cuatro últimos partidos. Boston acabó llevándose el campeonato en el séptimo partido. Esa actuación llevó a los seguidores de los Celtics a apodar a Magic como “Tragic”.
La siguiente temporada Magic se tomó la revancha y los Lakers ganaron.
“La derrota que más me dolió en una cancha de baloncesto” – DJ.
Los Celtics no pudieron frenar a Kareem en el segundo partido en Boston, tras haberlos vapuleado en el primer partido. Tras recuperar el factor cancha en LA, no pudieron terminar el trabajo en Boston.
“Ese día fue el punto más bajo de mi carrera profesional” – DJ.
Red Auerbach traspasó a Cedric Maxwell a los Clippers por Bill Walton. Esa temporada, la de 1986, el equipo de los Celtics se convirtió en intocable con todos sanos y en su mejor momento, lograron una temporada de 67 victorias y el título contra los Rockets. El tercero de Dennis Johnson y el tercero del MVP de las finales Larry Bird. Los Celtics de 1986 son considerados a día de hoy, como uno de los mejores equipos de todos los tiempos.
La siguiente temporada llegaron a las Finales de la NBA muy lastrados por las lesiones y no lograron el objetivo del título. Esas Finales, las del 1987 las perdieron contra su íntimo enemigo LA Lakers en seis partidos. Esa fue la primera eliminatoria de Playoffs en la era Bird, desde 1980, en la que los Celtics no tuvieron factor cancha. Se iniciaba la cuesta abajo. Las siguientes tres temporadas fueron las de la decadencia, tanto de DJ como la de un equipo lastrado por la edad y el físico de sus principales figuras. Finalmente, Dennis se retiró en 1990, cuando los Celtics no le ofrecieron un nuevo contrato.
Pese a los éxitos en Boston a nivel colectivo e individual y pese a dejar claro que en Boston había encontrado su lugar, ciertas personalidades del entorno de los Celtics no llegaron a congeniar con DJ de un modo profundo. Tommy Heinsohn llegó a decir durante un partido que no era “un auténtico Celtic” y Bob Ryan declaró que tenía la sensación de que nunca se llegó a conocer al verdadero Dennis. Puede que, precisamente por eso conectara especialmente con Larry Bird, también reacio a hablar de su vida personal y parco en palabras. Quizá por eso se entendieran tan bien, con sólo una mirada, de manera instintiva. A Bird le importaba poco o nada que de vez en cuando se le cruzaran los cables y se saltara algún entrenamiento, porque sabía que en el momento decisivo estaría en el lugar adecuado para ayudar al equipo a ganar.
Su número, el 3, fue retirado por los Boston Celtics en diciembre de 1991. “Boston fue un cuento de hadas para mí”, dijo. “Que me retiren el número es el máximo honor”.
No fue un mal viaje Dennis, especialmente para un ex operador de montacargas salido de Compton.
Tras su retiro, DJ siguió vinculado al baloncesto como entrenador trabajando en la liga de desarrollo de la NBA (D-League) hasta su muerte el 22 de febrero de 2007, cuando falleció repentinamente a los 52 años a causa de un ataque cardíaco mientras dirigía un entrenamiento de su equipo los Austin Toros.
Su relación con Larry Bird: El complemento perfecto
DJ sentía predilección y un respeto absoluto como jugador y como persona por Bird.
“Larry era un jugador especial, uno de los mejores de todos los tiempos”, dijo Johnson. “Lo que lo hizo tan grande fue su empuje. Entrenaba de la misma manera que jugaba. Larry nunca se tomó un entrenamiento libre. Los periodistas deportivos alucinaban al ver cómo se lanzaba a buscar balones sueltos durante los partidos, pero también lo hacía en los entrenamientos. No era para exhibirse. Larry no era un gran hablador. Los entrenamientos eran su manera de hacer una declaración. Siempre predicaba con el ejemplo y nunca te dejaba saber lo mal que estaba. Ese era el verdadero Larry Bird que veías en la cancha”.
Su asociación fue fundamental para el éxito de los Celtics. Ambos siempre estarán vinculados por todos los éxitos, aunque una jugada permanecerá en el imaginario colectivo de más de una generación de seguidores de la NBA. El robo contra los Detroit Pistons en el 5º partido de las Finales de Conferencia Este de 1987. La serie empatada 2-2 en el Garden, con los Pistons 107-106 arriba faltando 5 segundos para terminar el partido. Larry Bird se anticipó al saque de banda de Isiah Thomas, y logró uno de los robos más memorables en la historia de la competición. Bird inmediatamente pasó el balón a Dennis Johnson, quien cortaba hacia la canasta reaccionando rápidamente a la jugada de su compañero y anotó la canasta ganadora, una bandeja que dio el triunfo a los Celtics y los encaminó hacia otra Final. Uno de los momentos más emblemáticos e icónicos de la historia de la franquicia.
Larry Bird recordó: “Me giré y allí estaba Dennis, por supuesto”.
“La mejor jugada en la que he participado, el tiro que anoté para vencer a los Lakers en el cuarto partido de las Finales del 84 fue enorme, pero ser protagonista en el robo de balón de Larry es mi momento favorito de todos los tiempos. Él hizo una gran jugada y yo reaccioné a ella.” dijo Johnson. “Siempre que tienes a Larry en tu equipo, sientes que tienes una oportunidad sin importar lo mal que esté el panorama”.
Cuando se recuerda la carrera de Larry Bird está íntimamente ligada a la de sus rivales más importantes. Magic Johnson por supuesto, Isiah Thomas y Michael Jordan, contra los que luchó por la supremacía en la Conferencia Este. Kevin McHale y Robert Parish como miembros del legendario Big 3 de los Celtics de los 80, pero si le preguntas a él, a Larry, te dará otro nombre:
«Creo que Robert Parish ha sido el mejor compañero con el que he jugado y Dennis Johnson el mejor jugador que he tenido por compañero” dijo en su autobiografía Drive.
Esas palabras no son aisladas.
«El mejor defensor perimetral de todos los tiempos», dijo Magic de él.
George Gervin lo nombró “el defensor más duro contra el que jamás he jugado”.
Danny Ainge, lo describió como «el jugador más infravalorado de todos los tiempos».
Tras 14 temporadas en la NBA Dennis Johnson jugó 1.100 partidos, anotó 15.535 puntos, repartió 5.499 asistencias y capturó4.249 rebotes. Su palmarés es realmente envidiable:
- 3 títulos de la NBA (1979 con los Sonics, 1984 y 1986 con los Celtics)
- MVP de las Finales de 1979
- 5 veces All-Star de la NBA (del 1979 al 1982 y 1985)
- Elegido en el mejor quinteto de la NBA en 1981
- Elegido en el segundo mejor quinteto de la NBA en 1980
- 6 veces elegido en el mejor quinteto defensivo de la NBA (1979–1983 y 1987)
- HOF en 2010.
Pese a todos esos logros y los elogios de rivales y compañeros, no fue incluido en la lista de los mejores jugadores de la historia de la NBA cuando la liga celebró su 75 aniversario.
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