“Necesito hacer un comunicado porque siento que mi voz está siendo silenciada”, han sido las recientes palabras que ha compartido el ex NBA Kyle Singler en su perfil de Instagram. Unas declaraciones que, unidas al pobre aspecto físico que presenta en sus vídeos, han sorprendido y alarmado al mundo del baloncesto, ya que Singler no se había pronunciado en redes sociales desde su pronta retirada en 2019.
Aquel joven de melena rubia ya apuntaba maneras en su primer año en la Universidad de Duke: fue elegido Rookie del año de la Atlantic Coast Conference tras liderar la anotación entre los novatos, con 13.3 puntos por partido. Allí, durante sus 4 años de formación, militó con figuras que posteriormente jugarían en la NBA como Kyrie Irving, Seth Curry y Nolan Smith, entre otros.
Los Blue Devils de Duke están en el punto de mira temporada tras temporada. Para los de North Carolina el objetivo de cada año siempre es el mismo: ganar la NCAA. Aunque en los primeros dos años de Singler estuvieron cerca del título, fue en su tercera temporada cuando lograron llegar a una Final Four, que se decidiría entre Duke, Butler, West Virginia y Michigan State. En las semifinales, los Blue Devils derrotaron con contundencia a Michigan State, mientras que Butler hizo los deberes frente a West Virginia. La final se presentaba apasionante y un tanto atípica, ya que el número uno (Duke) se enfrentaba al cinco (Butler). En el banquillo de los Bulldogs de Butler se sentaba el indianés Brad Stevens, quien dirigía a la estrella Gordon Hayward (ya retirado de la NBA). Aquella final fue dulce para Kyle; anotó 19 puntos y capturó 9 rebotes. Aparte de su labor ofensiva, el de Oregon también estuvo inquebrantable en la fundamental tarea defensiva, consiguiendo reducir la aportación de Hayward en un partido que fue un drama para él; 12 puntos, 8 de ellos provenientes del tiro libre. La aportación de Singler en los dos lados de la cancha le valió el merecido premio de MVP del torneo, además del título de campeón universitario.
Kyle se graduó tras 4 años, completando así el tradicional ciclo universitario americano. En 2011 fue elegido por los Detroit Pistons en trigésimo tercera posición del Draft. No obstante, su futuro en Detroit tuvo que retrasarse por culpa del lockout, que cerró la NBA desde verano hasta Navidad. Durante la incertidumbre que ese proceso causó en el baloncesto estadounidense, un director deportivo con un ojo altamente entrenado aprovechó la oportunidad que ofreció el mercado para traer al jugador a la Liga Endesa. En el verano del 2011 Singler fichó por el Lucentum Alicante, un equipo que había pasado apuros para mantener la categoría durante la temporada anterior, poniéndose a las órdenes del experimentado Txus Vidorreta, un entrenador reconocido por su capacidad para sacar el máximo provecho de sus jugadores.
En su primer partido con los lucentinos frente al Bilbao Basket exhibió toda su calidad; logró 32 créditos de valoración y fue elegido mejor jugador de la jornada. Era evidente que tenía un don para este deporte y, gracias a sus extraordinarios números, el Lucentum logró el mejor inicio de su historia en la ACB, con un balance de 7 victorias y 3 derrotas. Sus estadísticas asombraron a directivos de la categoría, que no se terminaban de creer cómo habían podido dejar escapar a una joya como aquella.
A la llegada del mercado de invierno se alcanzó un acuerdo para desbloquear el lockout. Con la reapertura de la NBA, numerosos jugadores regresaron a Estados Unidos desde Europa. Un ejemplo fue Rudy Fernández, jugador de los Denver Nuggets que durante el cierre de la NBA había sido reubicado en el Real Madrid. La huella que dejó Rudy en Madrid fue palpable, y su salida a posteriori hacia la NBA fue recibida con tristeza. El Madrid necesitaba cubrir la baja del exterior con un jugador de características similares. El periodo de tiempo para encontrar al sustituto era limitado y preferiblemente debía disputar la Copa del Rey, que se celebraba en Febrero. El Real Madrid, tras analizar e indagar en distintos clubes, se decantó por Kyle Singler, robándole al equipo alicantino la piedra angular de su proyecto.
Aquella Copa del Rey, con sede en el Palau Sant Jordi de Barcelona, marcó un antes y un después en la historia de la era Laso. La final entre los “powerhouses” españoles fue una demostración de contundencia y energía por parte de los madridistas. Quizá, a día de hoy, haya aficionados que piensen que aquel partido revirtió la historia del Real Madrid para los siguientes 10 años. Aunque su incorporación fue tardía, Singler destacó con gran protagonismo. Como apuntó Pablo Laso en su libro, “Kyle Singler era un jugador que perfectamente podría haber jugado en el Real Madrid hasta el final de su carrera”. No obstante, el americano puso rumbo a la NBA al terminar la liga. Su destino en Estados Unidos ya estaba decidido: Detroit. Solo quedaba por ver cómo su experiencia en ambos continentes terminaría reflejándose en su juego.
En la NBA acabó jugando un total de 363 partidos en 6 temporadas (Detroit Pistons y Oklahoma City Thunder), sin conseguir ser un jugador relevante pero sí un buen complemento de rol en algunas etapas. A pesar de su gran condición técnico-táctica, en su último año apenas tuvo minutos en cancha, y su regreso al baloncesto europeo parecía inevitable. El club que se encargó de traerlo de vuelta al continente viejo fue el Monbus Obradoiro, curiosamente con el mismo director deportivo que lo reclutó por primera vez desde Estados Unidos. Aunque fue una decisión llamativa, ya que el Obradoiro no era un club destinado a ocupar los puestos altos de la clasificación, la importancia que Kyle tendría en el vestuario gallego no la habría encontrado en equipos más grandes con mejores jugadores. Aquella temporada no fue fácil ni para los Obradoiristas ni para Kyle. Los gallegos se jugaron la plaza de la permanencia en la última jornada y el americano no alcanzó las expectativas que la afición tenía puestas en él. Eso sí, aquella travesía por el norte le permitió recalar en las Islas Canarias durante el verano. Aquel fichaje también significó la reunificación entre Txus Vidorreta y Kyle Singler, que se reencontraban después de 8 años.
Comenzó la temporada y todo parecía ir viento en pompa para los tinerfeños; los resultados en la liga doméstica eran notables y la plantilla era equilibrada. No obstante, el 17 de octubre de 2019 Kyle Singler se despedía de las canchas de baloncesto para siempre. La decisión, según sus palabras, fue para atender a circunstancias personales que debía resolver. Su historia había llegado a su fin de la manera más triste, siendo él un jugador con años de baloncesto por delante.
De Singler no se supo nada hasta hace unos días. El jugador, actualmente instalado en su vivienda en Oregón, publicó un video en el que presentaba un estado físico y mental preocupante. Los diversos vídeos que ha publicado desvelan que se siente solo y maltratado por su comunidad. La situación es tremendamente alarmante, y a causa de ello muchos ex compañeros suyos de la NBA han difundido el mensaje de que necesita ayuda de forma inmediata. La situación también ha llegado al sindicato de jugadores (NBPA), que afirman que han podido hablar con él y que le ayudarán en todo lo que necesite.
Esperemos que la situación mejore a lo largo de las próximas semanas y que todos podamos ser testigos de su mejoría en un futuro no muy lejano.
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