El pasado sábado, 7 de marzo, los Kentucky Wildcats jugaban su último partido de temporada regular ante Florida Gators. Ganaron, como era de preveer, pero no fue una victoria más. Era la número 31, y con ella cerraban una temporada inmaculada. 31 victorias y 0 derrotas para un equipo de auténtico lujo que ahora intentará consumar este éxito con la conquista del NCAA Tournament, para el que son los grandes favoritos. Antes deberán conquistar el torneo de su conferencia, la SEC, en el que no deberían tener grandes problemas para imponerse.
En el hipotético caso de que consigan ambos torneos, terminarían la temporada con un histórico 40-0, un récord al que solamente se acercan los Indiana Hoosiers de 1976, que también acabaron invictos, pero disputando menos partidos, ya que el cuadro del torneo NCAA era más reducido. Éste hecho los convertiría (si es que no lo son ya) en el mejor equipo de baloncesto universitario de la historia. A continuación analizamos las causas de este apabullante éxito:
La base de este gran proyecto la encontramos en el banquillo. John Calipari, uno de los más prestigiosos entrenadores en NCAA. Coach Cal cumple su sexta temporada al frente de los Wildcats y es el principal artífice de los éxitos de este programa universitario, no solo por lo que se ve sobre la pista, si no también por su gran capacidad para reclutar a los mejores jugadores de High School, que le permite mantener un nivel altísimo en su plantilla año tras año. Calipari, de 56 años, cuenta con más de treinta años de experiencia en los banquillos, tres de ellos como entrenador jefe de los Nets. A sus espaldas tiene nada menos que un torneo NCAA, 5 Final Four y 3 premios National Coach of the Year, además de la gran cantidad de jugadores con los que ha surtido a la NBA.
La enorme calidad de los jugadores de los Wildcats es el factor diferencial que les ha permitido cuajar un año tan espectacular. En el bloque de esta temporada cuentan con la friolera de nueve Mc Donald’s All American, un elenco que forma, con diferencia, el mejor roster de todo el país. Son prácticamente un equipo profesional jugando contra amateurs. Éste hecho ha atraído una gran cantidad de críticas, puesto que no es el modelo habitual de equipo universitario, si no que son un grupo de grandes jugadores (con potencial NBA la mayoría de ellos) que se toman el paso por la universidad como un mero trámite antes de pasar a ser profesionales.
Para poder hacernos una idea del apabullante dominio de este equipo, no hay más que echar un vistazo a la rotación. Andrew Harrison, el hombre que más minutos juega, apenas pasa de los 25 por noche, y encontramos hasta 8 jugadores por encima de los 20 minutos por partido. El máximo anotador, también Harrison, anota solo 11 puntos por noche. Ésto ofrece a Calipari una enorme cantidad de posibilidades para afrontar sus partidos, en los que cualquiera de estos jugadores puede ser diferencial y aportar nuevas soluciones.
Otro dato a tener en cuenta para poder valorar lo que llevan conseguido es el hecho de que ya se han enfrentado a rivales de entidad como Louisville(#4), Kansas(#5), o Texas(#6), y se han impuesto con relativa facilidad a todos ellos. Además han sabido sufrir y remontar cuando los partidos se han puesto difíciles, y han conseguido ganar en todos los finales apretados; ante los Rebels de Missouri necesitaron una prórroga, y en la cancha de Texas A&M no fue hasta la segunda prórroga cuando se llevaron la victoria.
Si miramos nombres propios, tenemos que destacar en primer lugar la base que ya tenía el equipo. Ante la salida en dirección a la NBA de dos pilares fundamentales cómo James Young y Julius Randle, el equipo tenía dos necesidades claras: la consolidación de piezas básicas como Cauley-Stein y los hermano Harrison, y buenos recruits procedentes del high school. Y se cumplió a la perfección, sobre todo este último punto. Llegaban al equipo dos excelentes interiores como Karl Towns y Trey Lyles, además de Devin Booker y el pequeño base Tyler Ulis. La plantilla la completaban otros tres grandes jugadores. El pívot Dakari Johnson, el forward Alex Poythress y Marcus Lee. El talento en este equipo es tan amplio que estos tres últimos jugadores, a pesar de ser, dentro de la rotación habitual, los que menos juegan, son tres futuros NBA, o al menos eso predicen las más prestigiosas webs destinadas al pronóstico de draft.
Probablemente, el hombre con un mayor futuro de estos Kentucky Wildcats es el freshman Karl Towns. El dominicano, de 2’11 de altura, empezó la temporada algo irregular, pero enseguida dejó claro que el era uno de los mejores freshman del país. Sus números no dejan lugar a dudas; 9.7 pts y 6.6 rebs con un 56% en solo 20.7 minutos. Calipari sabía de lo que era capaz este chico, ya que con sólo 16 años lo hizo debutar con la selección de República Dominicana cuando éste era seleccionador. Un interior completísimo que se sabe desenvolver en la pintura tanto de pívot como de ala-pívot. Combina su gran presencia física con un repertorio realmente interesante. Debajo del aro es letal, tanto en ataque como en defensa. Si bien es cierto que debe pulir movimientos, tiene buena técnica y es muy difícil de parar cuando ataca el aro. Jugador inteligente, sabe leer muy bien el juego e interpretar cada acción para saber que es lo que necesita el equipo. Gran reboteador en los dos lados de la cancha y un intimidador sobresaliente, sus 2.4 tapones por partido le acreditan como uno de los mejores del país en este aspecto . Debería estar entre las tres primeras elecciones del próximo draft.
En el siguiente escalón tenemos a varios jugadores. Willie Cauley Stein, pívot muy enérgico que en su temporada junior se ha consolidado en el equipo y apunta a ser lottery pick del draft de este año. Jugador muy atlético para su tamaño(2.13) y buen defensor, aunque necesitará ganar peso y músculo de cara a su salto a la NBA. Suple su falta de recursos en el poste con un gran despliegue y sacrificio por toda la cancha. En el puesto de escolta o shooting guard está el prometedor Devin Booker, jugador que aún no ha cumplido los 19 años pero que ya ha demostrado de lo que es capaz. Gran tirador, con buen repertorio en ataque y una facilidad pasmosa para anotar. También se espera que acabe en la primera mitad de la primera ronda del draft de este año. Trey Lyles, también de primer año, es un ala-pívot muy interesante. El canadiense se caracteriza por su juego ofensivo, tanto cerca del aro con un buen repertorio de movimientos, como en el tiro a media distancia. Buen defensor pero también algo escaso de músculo.
La rotación la completan Dakari Johnson, un pívot puro de buen tamaño, fuerte y que aporta mucho desde el rebote ofensivo, Alex Poythress, que no ha podido alcanzar el buen nivel que mostró el primer año y el pasado mes de diciembre sufrió una grave lesión de rodilla que le dejaría fuera toda la temporada, los hermanos Harrison, Andrew(un combo guard con buena visión de juego) y Aaron(un escolta anotador pero más limitado que su hermano), dos de los jugadores con más minutos del equipo que cumplen un rol fundamental dentro del mismo, el ala-pívot Marcus Lee, otro jugador muy interesante que solo está jugando 11 minutos por noche pero que es capaz de aportar grandes cosas y que aspira a ser elegido en primer ronda del draft del año que viene, y Tyler Ulis , un base clásico, pasador, que ya está contando con la confianza de Calipari en su año freshman.
Veremos de que son capaces estos chicos que de momento ya han hecho historia, pero que si consiguen rematar la faena en El Gran Baile, que empezará con el Selection Sunday éste domingo, estaremos ante algo único en el deporte universitario de Estados Unidos.
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