Quizás estamos hablando del mejor matador de todos los tiempos, aunque aquí también entrarían otros nombres a debate, como el Doctor J, Vince Carter o Michael Jordan. Pero lo que está claro es que fue uno de los mejores jugadores en los años 80 y 90 y merece ser recordado con un homenaje en profundidad.
Jacques Dominique Wilkins nació en París (Francia) el día 12 de enero de 1960. Su nacimiento en la Ciudad de la Luz se debió a que su padre trabajaba en la capital francesa en ese momento. Wilkins se formó en la Universidad de Georgia, donde se hizo enseguida muy conocido, principalmente por su facilidad anotadora y su potencia en el juego. Sus promedios en sus tres años con los “Dogs” fueron de 21’6 puntos y 7’1 rebotes por partido.
Fue elegido en el Draft de la NBA del año 1982 por los Utah Jazz con el número 3, por detrás de Terry Cummings (San Diego Clippers, nº 2) y James Worthy (Lakers), la primera elección de ese curso. En esa cosecha aparecerían también jugadores destacados, como Fat Lever (nº 11), “Sleepy” Floyd (nº 13), Ricky Pierce (nº 18) o Mark Eaton, posiblemente el mayor “robo” del Draft de ese año (nº 72), además de viejos conocidos del baloncesto español, como Linton Townes, Audie Norris, Steve Trumbo o Kevin McGee.
Wilkins no llegó a jugar con los Jazz, siendo traspasado a los Atlanta Hawks varios meses después, debido a los problemas económicos del equipo de Salt Lake City. En los Hawks de su querida Georgia Wilkins se convirtió en el líder del equipo desde el primer momento, con unos números en su año rookie de 17’5 puntos y 5’8 rebotes en 33 minutos por partido, que le hicieron ser conocido en la mejor liga de baloncesto del mundo, aunque no se llevaría el premio al rookie del año, que iría a parar a las manos de Terry Cummings.
Sus números fueron subiendo cada año, al igual que las victorias de unos Atlanta Hawks que se convertían en uno de los equipos a batir en el Este. Su mejor temporada llegaba en la 1985/86, donde el alero mostró su mejor juego y promedió unos escalofriantes números de 30’3 puntos y 7’9 rebotes, convirtiéndose de hecho en el máximo anotador de la NBA y siendo segundo en la votación para el MVP, superado por toda una leyenda como Larry Bird.
Aun así, los Atlanta Hawks no llegaban a pelear pese al rendimiento de “Nique” por el título final, debido a la presencia de equipos en el Este como Boston Celtics, Detroit Pistons (los “Bad Boys”) o los Chicago Bulls de un Michael Jordan con quien Dominique Wilkins tendría una gran rivalidad, de la que ahora hablaremos…
Y es que la carrera de Wilkins no estuvo llena de títulos en lo grupal, ya que no llegó a ganar el anillo de campeón, uno de sus grandes deseos. Sin embargo, de lo que sí puede presumir el jugador es de haber sido uno de los jugadores más espectaculares que han pasado por la mejor liga de baloncesto del mundo y uno de los grandes matadores de su historia, haciéndose con dos victorias en cinco participaciones.
El hombre por encima del cielo
Wilkins siempre fue considerado un auténtico especialista en los mates, demostrándolo en el All-Star, con sus títulos de 1985 y 1990. Además, en 1988 protagonizó junto a su “Majestad” uno de los mejores concursos de mates de la historia, un duelo que se llevó Jordan con polémica incluida, ya que para algunos mereció ganarlo “Nique”, pero el concurso se celebraba en Chicago y MJ era la gran estrella emergente de la NBA. La discusión sigue abierta.
En la temporada 1991/92, una inoportuna lesión en el tendón de Aquiles le apartó de estar en el Dream Team de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, aunque no había sido elegido en la primera lista de jugadores. Posteriormente, la justicia le compensaría con su selección para el Dream Team II, con quienes sería campeón del mundo en 1994 (Mundobasket de Toronto), ganando por la mayor diferencia de la historia en una final a Rusia (91-137).
En la temporada 1993/1994, con el equipo con el mejor balance de la Conferencia Este, Dominique era traspasado a Los Ángeles Clippers a cambio de Danny Manning. Ésta sería una decisión muy criticada por la afición de Atlanta. En los Clippers, Dominque promedió 29’1 puntos. Como anécdota, hay que destacar la actuación en el Omni de Atlanta, con 34 puntos que llevaron a los suyos a la victoria, ante la admiración de su antigua afición, que le coreó sin cesar en el choque.
En 1994, concretamente el 25 de julio, firmaba como agente libre con los Boston Celtics. Una temporada estuvo en el equipo de Massachussets, con una importante bajada de prestaciones (17’8 puntos y 5’2 rebotes).
Al año siguiente, Wilkins emigraba a Europa, a uno de los grandes del Viejo Continente, el Panathinaikos de Atenas, que no tenía problemas económicos como para hacerse con una estrella de la NBA. De hecho, cuenta la leyenda que Wilkins fue fichado porque era el jugador favorito del hijo del dueño del PAO.
En Grecia, un Dominique con 35 años se proclamaría campeón de la Euroliga en 1996, venciendo en la final al F.C. Barcelona (el partido del famoso tapón de Vrankovic a Montero), dando así el primer cetro continental de la historia a un equipo griego y siendo proclamado MVP de la final. Además, ganaría la Copa de Grecia, aunque perdería la final de la liga ante Olympiacos.
Tras el éxito europeo, regresaría a la NBA en la temporada 1996/97, firmando como agente libre por San Antonio Spurs, realizando una gran campaña a sus 36 años. Sería el máximo anotador del equipo, con una media de 18’2 puntos y 6’4 rebotes en 30’9 minutos. A pesar del rendimiento del jugador, los tejanos realizaron una mala temporada, sobre todo por la plaga de lesiones que asoló al equipo, con bajas destacadas como las de David Robinson y Sean Elliott.
En 1997, San Antonio no realizaba una buena oferta de renovación a nuestro protagonista, por lo que el jugador decide aceptar una oferta del Teamsystem Bolonia italiano, poniendo de nuevo rumbo a Europa. En Bolonia, Dominique Wilkins se juntaría con leyendas del basket europeo, como David Rivers, Carlton Myers y Gregor Fucka, aunque echaron en falta la presencia de un pívot dominante. Caerían en la final de la Lega italiana (3-2) contra la Kinder de Bolonia, otro de los grandes de Europa, con Pedrag Danilovic y Antoine Rigaudeau entre sus filas. En la Euroliga, el duelo boloñés se repetiría en cuartos de final, con triunfo de nuevo para la Kinder, que se acabaría convirtiendo en campeón de Europa posteriormente.
En 1998 llegaba el último regreso. Dominique Wilkins volvía a la NBA, firmando por Orlando Magic, en una última temporada donde sus números ya no eran los mismos, con tan sólo 5 puntos en menos de 10 minutos por partido, colgando las botas en 1999 con 39 años.
Sus promedios en la NBA fueron de 24’8 puntos y 6’7 rebotes por partido. Wilkins fue elegido nueve veces para disputar el All-Star Game, anotó a lo largo de su carrera 26.668 puntos y cogió un total de 7.169 rebotes, que podrían haber sido muchos más sin sus dos periplos europeos. Además, fue elegido en el mejor quinteto de la liga en 1986, siéndolo siete veces más en el segundo y tercer equipo.
Su dorsal con el número 21 fue retirado por los Hawks el 13 de enero del año 2001, siendo uno de los tres jugadores con su camiseta retirada por los Hawks, compartiendo honor junto a Bob Pettit y Lou Hudson.
En 2006, Dominque Wilkins era elegido para entrar a formar parte del Basketball Hall of Fame, consiguiendo su lugar entre las leyendas del balón naranja.
Una carrera espectacular, como lo era el juego de Dominique Wilkins, “The Human Highlight Film”, un jugador de película.
Suscríbete a nuestras newsletter y no te pierdas ningún artículo, novedad, o menosprecio a Los Ángeles Clippers