Posiblemente, la derrota de los Lakers frente a los Celtics, en 1984, se puede calificar de las mas dolorosas de su historia, incluso igualando o superando en niveles decepcionantes a aquel Game 7 de las Finales de 1969. Unas finales esperadísimas que llevaban muchos ingredientes de revancha, de romper maleficios que duraban muchos años de finales perdidas ante sus máximos rivales. Y mas que se iban a acrecentar, por esos instantes finales de humillación en el Boston Garden, donde los aficionados estaban a punto de saltar a la cancha, en rios de personas, llenos de felicidad por el décimoquinto titulo de la franquicia. Para los Lakers, esa imagen de ebullición humana, fué terrible de presenciar. Perfectamente, podia haber acabado con sus ilusiones de años posteriores, por la forma en la que se produjo. Una final encaminada a un sweep (segun Bird), por el devenir de los 4 primeros partidos de la serie final.
Ese medio camino hizo mas hiriente el fracaso, se convirtió en profunda decepción, en un equipo angelino que ansiaba ese momento desde hacia 15 años. Las caras de los jugadores de los Lakers, eran todo un poema, en esos instantes finales del partido, culminadas en su propio vestuario oyendo las celebraciones de Boston. Habian cometido errores cruciales en aquella final, y sentían que habían dejado escapar vivos a los Celtics, que ya no perdonaron desde la prórroga del cuarto partido hasta el séptimo en el Garden.
Pero en algunas ocasiones suele aparecer un halo de esperanza para intentar redimirse de tal amarga experiencia. Una palabra. Revancha. Un duro cometido que se debería cumplir lo mas pronto posible, para intentar borrar un poco de su mente, esa mala huella en sus carreras. La temporada 1984-85, para Lakers, fué considerada como un reto, como el mayor reto de los Lakers, salvando el Back to Back en 1988. Magic, fué uno de los mas heridos en aquella batalla. Había cometidos gravísimos errores en los instantes finales de algunos partidos, donde tristemente fué apodado Tragic Johnson.
Otro jugador completamente tocado, fué James Worthy, protagonista de ese pase cortado por Henderson en el segundo partido, que dió paso a la prórroga, y posterior victoria de los Celtics. Jabbar, fué criticado por la prensa, por una aparente falta de energia en determinados momentos, quizás por su larga carrera en la NBA. Y Riley, perdia su segunda final consecutiva, lo que daba una tercera y “última” oportunidad, para intentar llevar a lo mas alto a los Lakers. Todos estos ingredientes dieron paso a la temporada de la revancha, de esperar ese momento, en cada partido desde el inicio en la pretemporada. Sólo vivian por y para ese reto que les encumbraría en lo más alto de la franquicia. El resultado final, fue grandioso. Nunca una revancha de una final perdida, fue mejor establecida por un equipo.
Los Lakers, bordaron un gran juego, durante la temporada, batiendo algunos récords de asistencias como equipo, y unos excelentes porcentajes de tiro de campo. Eso demostraba que estaban concentrados 100% en el objetivo principal, sin pestañear ni un segundo. Tampoco hubo lugar a claras relajaciones que pudieran dar al traste con todo. Y poco a poco, se iban acercando los Playoffs, lo que provocaba mucha expectación para los periodistas y aficionados, que deseaban otra final Lakers-Celtics.
Y así fue, tras llegar al momento importante de ambos equipos de una larga temporada. Los Celtics, daban otra gran oportunidad a los Lakers, para romper aquella maldición de finales perdidas. Además, contaron con ventaja de campo, en el año, donde la NBA, cambió el formato de las Finales a (2-3-2). Los Lakers se conjuraron a no repetir errores, aunque la primera piedra del camino a la revancha se iba a interponer y de qué manera ante ellos. Los Celtics, desarbolaron a los Lakers, en el primer partido, batiendoles por 34 puntos, exhibiendo un acierto brutal en el tiro. En ese momento, los Lakers, ya no sabían donde meterse, parecía que la final podría tomar el mismo camino de los últimos 3 partidos de las finales pasadas. “Temblaron” con ese pensamiento, y los Celtics, estaban ávidos de más gloria, donde no iban a perdonar nada. Las criticas salieron a la palestra, a Jabbar, casi lo condenaban a la retirada tras un flojo primer partido. Nadie en Lakers, podría describir aquello, solo les quedaba por pensar o sacamos esto con orgullo, o nos hundimos nuevamente con la maldición.
Afortunadamente, sacaron lo primero, dando muestras que se habrían preparado perfectamente para ese duro test mental, pasará lo que pasara. En el segundo partido, cambian la cara decididamente, con una gran dosis de concentración y rendimiento. Jabbar hizo temblar los cimientos del Boston Garden, con una actuación portentosa, con 30 puntos, 17 rebotes y 8 asistencias. Y con un vital Michael Cooper, brillando con 22 puntos, anotando en determinados momentos calientes del encuentro. Desde ese momento, los Lakers llevaron el tempo de la final, y no lo soltaron hasta el sexto partido.
Los siguientes partidos fueron altamente exquisitos para Lakers, donde sacaron su demoledor fastbreak, ganando dos de los tres partidos en el Forum. Jabbar estuvo extraordinario en la zona, con su demoledor Sky Hook. Worthy esplendido en porcentajes de tiro.Y Magic llevando el tempo, anotando y pasando cuando mas se le necesitaba. Recordar ese quinto encuentro de la serie como una de las mejores exhibiciones del Big Three de Lakers, en un partido de la Final. En el cuarto, el más igualado de la serie, los Celtics, vencen en el último segundo gracias a una canasta de Dennis Johnson. Lo que hacia traer de vuelta al Boston Garden para el devenir de la serie. Y allí, se encuentra el partido sexto de las finales, donde Lakers, no quiere pensar en un séptimo partido en la misma cancha, viendo como les fué el año anterior.
Ellos sabían interiormente que esta era su oportunidad de oro en la que podrían escribir con letras doradas sus nombres. Conseguir romper muchos años de rendiciones, de intentar obsequiar ese esperadísimo éxito a aquellos grandes Lakers, que nunca pudieron derrotar a los Celtics, sobre todo en las figuras de Elgin Baylor y Jerry West. Y en ese partido, los Lakers marcan el ritmo desde el principio, sin dudas, con una intensidad tremenda en el juego, demostrandose a si mismos, y a mucha gente que la historia no se volvería a repetir. Y qué mejor marco para acabar con la maldición, que en el Boston Garden, ante sus fieles seguidores, ante ese techo de estandartes de sus titulos en su mayoria en los 60. Además, podían dejar una doble huella para la historia. Ya no sólo les derrotaban por primera vez en su historia, sino se convertian en el primer equipo de la historia de la NBA, en ganar un título en el mítico Boston Garden (de hecho siguen siendo los únicos a dia de hoy). Sin duda, si había un equipo que merecía ese honor, eran ellos.
Esos segundos finales de gloria donde Jabbar pone su dedo en lo más alto del pabellón, mostrando que seguia siendo imprescindible en el equipo, culminando con su MVP de la Final. Magic y Worthy exhaustos del esfuerzo acumulado de una larguísima temporada, donde se desquitaban de su anterior final. Buscaron esa diferencia, de emociones, de alegrías, y les tocó disfrutarlo sólo a ellos, despues de sufrir aquel desfile de gente de las finales de 1984. Ahora era todo silencio a su favor, sólo estaban ellos dirigiendose a una de las mayores gestas de la historia de la franquicia. La mayor para algunos, empezando por Pat Riley, que era el nexo de unión de los Lakers de los 70, donde siempre le repetían que los Celtics siempre ganarían en las finales. Por cierto, siempre lleva ese anillo entre sus dedos, lo que dá a entender el significado del mismo. Jabbar coleccionaba anillos como los de 1971, 1980, y 1982, pero este era tremendamente especial, por toda la critica hacia su juego y edad. Demostró a todos que se equivocaban con él, juzgándole su todavía su entrega y dedicación en el juego.
Esta vez en los vestuarios se cambiaron las tornas. Lo que el año anterior era silencio, abatimiento, ahora era una explosión de jubilo, de orgullo, de emociones contenidas, de un merecido homenaje hacia las historias pasadas de otros jugadores y equipos. Esas imágenes emitidas por la CBS, cuando entran en el vestuario, corriendo el champan son tremendamente emocionales, cuando uno las sigue contemplando. Magic, Worthy, Jabbar, Riley, llenos de satisfacción, en la celebración de las celebraciones, donde esta no tenia parangón con ninguna celebración laker anterior.
Supongo que para quien escribe esto, también, es su título favorito Laker. 30 años después, sigue pensando lo mismo.
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