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Uno contra uno

Máximo José Tobías: «Magic Johnson sacó a la NBA de la clandestinidad»

Extranjeros en la ACB’, ‘Invasión o Victoria’, ‘Cuadernos de Basket’ y ‘Michael Jordan, el Rey del juego’. Y ahora se atreve con la sonrisa más famosa de la historia de la NBA, la de Magic Johnson. Máximo José Tobías (Cádiz, 1969) habla con devoción de unos años que marcaron a una generación entera y que inculcaron el amor por un deporte que todavía perdura. Su última obra – Earvin ‘Magic’ Johnson: ¡Empieza el espectáculo! -acaba de salir a la luz editada por Ediciones JC y ya se puede encontrar en Agapea, Amazon y grandes superficies a un precio de 21€.

Si hay algo que no falta en la NBA, son los jugadores legendarios. ¿Por qué Magic Johnson y no otro?

Bueno, yo creo que la editorial está un poco por cubrir huecos. Primero fue Jordan, también hay otro sobre Larry Bird… Sinceramente, estaba un poco retirado del tema de escribir otro libro, pero cuando el editor me sugirió Magic, para mí, que soy un Laker, y además un Laker ochentero, Magic era una tentación irresistible. Igual que Jordan era una figura que me resultaba interesante, Magic era una cosa más personal, algo más sobre el jugador con el que crecí, el de las finales contra los Pistons, el dolor de la retirada, el All-Star del 92 con su regresión… Es una figura en lo personal muy atrayente.

El libro de Michael Jordan ha llegado a la tercera edición…

Sí, fue un libro que se vendió muy lento al principio, pero que nunca descendió de ritmo. Yo sinceramente no me guío tanto por el número de ventas, que es muy halagador, sino por la sensación de que el lector quede contento. Pero sí, realmente para mí ha sido una sorpresa y un motivo de orgullo inesperado el ver que se hizo una segunda tirada, que se hizo una tercera y que a la gente le gusta, de que cada final de año llega el autor y me dice que se han vendido, no sé, ciento cincuenta ejemplares de un libro que ya lleva cinco o seis años a la venta, y que además es un libro de un interés muy específico. Sinceramente no me esperaba que después de tanto tiempo se siguiera vendiendo.

¿Cómo has planteado el trabajo de documentación? ¿Ha sido un parto más complicado que el de Michael Jordan, El Rey del Juego?

Ha sido un desafío distinto del de Michael Jordan, ya que con este último la dificultad consistía precisamente en la abundancia de material. Para que te hagas una idea, pude llegar a consultar dos docenas de libros. Desde luego, no todos eran importantes, pero al ser un jugador un poco posterior y más mediático, hay una cantidad de libros increíble, y siempre hay alguna cita o un dato que se puede revisar.

Sin embargo, para Magic hay relativamente poco, hay dos autobiografías de él, la famosa y una anterior, menos conocida y relativamente difícil de encontrar, un par de biografías menos conocida y luego libros muy específicos, como el de la final universitaria contra Bird. También está el libro que escribió a medias precisamente con Bird, que personalmente me decepcionó mucho, y al que se le dio mucho bombo por ser de ellos, pero que como libro esperaba mucho más. Y poco más. He tenido que buscar más en los partidos, visitar otros medios. Además, desgraciadamente con la reforma de Sports Illustrated hay mucha menos información y fotografías de aquella época, lo que es una pena para la gente que buscamos esa información.

A cambio, hay un libro maravilloso y que yo recomiendo encarecidamente, que es el de Jeff Pearlman, publicado hace un par de años, que es una auténtica joya, una historia oral de los Lakers ochenteros. No es específico sobre Magic, pero realmente al que lea en inglés se lo recomiendo de todo corazón porque es un disfrute enorme.

Al leer la sinopsis del libro llama la atención una frase: jugador que sacó a la NBA de la semiclandestinidad. ¿Tan mal estaba la NBA cuando llegaron Magic y Bird?

Sí, la NBA estaba en el final de una crisis muy larga provocada por la aparición de la ABA. Todo el tema de la fusión de las ligas, reconocer derechos de los jugadores… Esa guerra entre las dos ligas había provocado la subida de salario de los jugadores, pero no se correspondía con la subida de los ingresos. Había una crisis de económica y de identidad, e incluso la prensa publicaba abiertamente que había demasiado jugadores negros. Realmente en ese momento la liga tenía un problema de imagen, un problema de falta de organización muy importante.

Para el aficionado el cambio fue con la llegada de estos dos jugadores, sobre todo porque venían de una final universitaria, que además fue la primera gran final televisada. En pocos meses después tienes a uno de esos jugadores jugando la final de la NBA, y al otro que también llegó muy lejos, y de hecho ganó al año siguiente. En muy poco tiempo la imagen de la NBA mejoró notablemente, y aunque el gran salto a lo que es hoy en día la NBA la dio con Michael Jordan, el salto desde las catacumbas fue sobre todo con Magic y con Bird, pero sobre todo con Magic, porque ganó primero, y porque estaba en un equipo, los Lakers, con una proyección mediática mayor en algunos aspectos que los Celtics.

Y aunque para el aficionado mucho menos, la figura de David Stern también fue clave…

Sí, sobre todo porque Stern ya antes de convertirse en comisionado estaba trabajando en otra forma de hacer las cosas, porque Larry O’Brien no era un comisionado de intervenir en el día a día y había cedido parte de la gestión a Stern. Se comienza a notar ese nuevo impulso como por ejemplo en el All-Star de Los Ángeles con Marvin Gaye cantando el himno americano, del que Gonzalo Vázquez tiene un artículo muy bueno. Son un tipo de cosas que empiezan a pasar en la NBA y a las que antes no se les prestaba atención.

Hay algo que creo personalmente gusta mucho a los lectores, tanto a los más avezados en la NBA como a los que no, y es cómo se desarrolla alrededor de nuestro protagonista la historia de una franquicia que todos hemos visto por la tele. ¿Vamos a ver también ese proceso en este libro?

Sí, por ejemplo, cuando los Lakers traspasan en el año 93 a Sam Perkins es por Magic, que después de hacer la pretemporada con el equipo dice finalmente que no vuelve, se quedan sin base y piensan en Doug Christie -que luego se demostró que era mas bien un escolta- y tienen que traspasar a Perkins deprisa y corriendo. Ese tipo de historias, como por ejemplo que Magic no tuviera una buena opinión de Divac cuando llegó, son para mí muy interesantes, porque al fin y al cabo las estadísticas están todas en internet a dos clicks. Pero ver esos partidos, y sobre todo, recordar ese año tal, en segunda ronda, en el que hay un jugador que se carga de faltas, y entonces Magic tiene que jugar en tal posición, y por eso sale otro del banquillo a cubrir su hueco… Ver ese partido, y decir, «ostras, está pasando eso por aquel motivo…». Eso es lo que a mí me gusta.

Jerry Buss, Pat Riley, James Worthy, Kareem… Seguro que algo de esos personajes secundarios dan también para un libro muy interesante.

Sí, hay historias que no sé si para un libro, pero sí son muy interesantes. Por ejemplo, un aspecto que se suele tratar poco y que es muy interesante, es la gestión del liderazgo de Magic con dos estrellas como Abdul-Jabbar y James Worthy, que son dos estrellas en su propia magnitud. Kareem es capaz de aceptar que llegue un joven de repente y le coma el terreno por el bien del equipo. Es capaz de pensar «no me gusta, pero es lo mejor para el equipo y lo voy a aceptar». Y Worthy, que a pesar de la carrera que tuvo está algo olvidado, es un número uno del Draft, campeón y mejor jugador universitario empatado con Ralph Sampson, llega a los Lakers y le dicen: «tú suplente, y vas a hacer lo que te diga este señor». Eso Worthy lo encajó como lo encajó… Es una historia que está ahí, y Magic quizá no lo reconoció tan públicamente eso.

¿Cómo era la relación de Kareem y Magic, dos personalidades tan distintas y que compartieron vestuario y liderazgo durante década?

Encajaron por dos rasgos que tenían uno cada uno. Kareem, que era un personaje muy suyo, dentro de lo que cabe si no ibas directamente contra él, tampoco se iba contra ti. Magic era una persona muy gregaria, muy sociable, capaz de llevarse bien con casi todo el mundo. Hay un detalle en esa historia que a mí me resultó muy llamativo. Kareen estaba peleado con un periodista de Los Ángeles, con el que no se hablaba. Bueno, pues ese periodista es el que en 1983 escribe la primera autobiografía de Magic. Precisamente con ese. Con el que peor se lleva de todo el universo conocido. Cuando me di cuenta de esa historia, digo, roza la provocación. Y sin embargo, Kareem no tienen un problema con eso. Él estaba peleado con el periodista, pero no tiene que estarlo el resto. Si tú quieres ser su amigo, eres libre.

También a partir de la llegada de Pat Riley, todo se trata de puertas para dentro. Y eso Magic lo interioriza mucho. Si bien nunca han estado particularmente cercanos, y de hecho luego no han tenido ningún tipo de relación, sí han podido coexistir de una manera de la que otros jugadores hubieran tenido problemas, como el caso posterior de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal que fue totalmente lo contrario, en el que cada uno chocaba con el otro todo lo que podía y más.

Sin duda, uno de los momentos con más interés se produce en 1991, con Magic anunciando que es portador del VIH. Casi un cuarto de siglo después, ¿qué valor histórico le das a ese momento?

Para mí está todo unido al momento desde que él anuncia su retirada hasta el All-Star del 92. Fue un momento muy emotivo, lo más grande que he vivido en el baloncesto, más incluso que el Mundial de España. Fue un momento en el que el baloncesto fue más que un deporte. Ahora puede resultar ridículo, pero entonces no se sabía mucho del sida, ni la diferencia entre tener el virus y tener el sida. Pero ni yo, ni la misma prensa. Opinaban políticos, jugadores, entrenadores, médicos… durante seis meses. Un torbellino enorme. Realmente una de las herencias más grandes de Magic fue sacar al sida del ámbito de drogadictos, maricones y gente de mal vivir. Claro, cuando un jugador como Magic, que tenía la mejor imagen de la NBA, anuncia que tiene el virus se caen muchos estereotipos, se cae la película que nos han estado contando.

Además, el tratamiento que iba a seguir fue algo muy público, la rehabilitación… logró que se pasase el sida a algo similar a lo que es ahora el cáncer. De hecho, su autobiografía más famosa My Life está dedicada en la mayor parte al tema del VIH, y en retrospectiva ganamos en conciencia social pero perdimos un libro pasada esa época.

Decía Vicente Salaner cuando LeBron llegó a la NBA que la comparación de este con Jordan era equivocada, que James era el heredero de Magic. ¿Estás de acuerdo?

Sí, además hubo un intento muy deliberado por hacerlo jugar de base. Por eso digo que hay una cierta continuidad en jugadores como James, jugadores que pueden jugar en una posición interior y a la vez también subir el balón y canalizar el juego desde el perímetro. Yo estoy de acuerdo en que lo más parecido a Magic es LeBron James, pero con el corazón en la mano, parecidos, parecidos… tampoco tanto. Además, hoy en día el concepto de base como jugador que sube la bola y la pasa se ha quedado un poco estrecho, y es precisamente gracias a jugadores como Magic. En los ochenta el base era el que botaba o no botaba nadie. El escolta daba un bote y gracias. Ahora se da por hecho que los tres de fuera deben poder botar sin problemas.

En el libro hago mucho hincapié en dos equipos que de maneras muy diferentes apuestan por la versatilidad, como son los Lakers y los Celtics, con jugadores que pueden ocupar distintas posiciones o que desempeñan posiciones que no coinciden con su rol principal, por ejemplo en los Celtics Dennis Johnson es el base, pero a veces ejerce él, otras Bird, otras Ainge. A veces Bird juega de tres, otras de cuatro, o hasta de dos. Igual con Cooper o Magic en los Lakers.

Otra cita, esta de tu amigo Gonzalo Vázquez: “A nadie ha favorecido más el tiempo que a Magic Johnson. Sigue sin haber nada como él”. ¿De acuerdo?

Es una idea en la que yo no estoy totalmente de acuerdo con él, aunque entiendo perfectamente lo que quiere decir. Tiene razón cuando dice que un jugador como Magic, un base de dos metros, que alterna las posiciones de uno, dos y cuatro, no lo ha vuelto a haber, y cuanto más tiempo pasa sin que haya otro como él, más se revaloriza su figura por lo único, y en ese sentido sí tiene parte de razón. Lo que pasa es que Magic yo sí creo que forma parte de un movimiento muy importante en los ochenta, el del juego de base, el concepto de que todo el equipo pasa, todo el equipo circula el balón -menos Rambis-, en el que todos cortan, pasan y tiran. A este estilo, que luego pararon los Pistons, sí le veo una herencia en los jugadores todoterreno actuales tipo LeBron James o Kevin Durant.

Es cierto como dice Gonzalo que esos jugadores están más cercanos a Larry Bird, aleros altos con buen tiro y buena circulación, que a Magic Johnson, que conviene recordar que no jugó de base hasta el 83, que jugaba, o mejor dicho, tenía un rol de base, pero siempre junto a otro base al mismo tiempo y al que es más complicado de encontrar paralelismos. Se ha hablado de gente como Grant Hill, y los ves jugadores y no digo que sean mejores o peores jugadores, pero son otro tipo de jugador…

Anfernee Hardaway…

Sí, Hardaway por lo menos es base, pero realmente no es… Magic en su primer año pasa casi tanto tiempo jugando de ala-pívot como de base. Si me dicen cuál es el jugador más complicado de sacar un parecido, en eso sí estoy totalmente con Gonzalo.

¿Es imposible que surja otro Magic Johnson?

Imposible no hay nada, pero es muy complicado. En realidad pasa en todos los grandes jugadores. No ha vuelto a salir un Wilt Chamberlain, un Larry Bird o un Michael Jordan. Han salido grandes jugadores, pero otro Magic Johnson es muy dificil. Tanto él como también Bird dependían mucho de la continuidad, y ese planteamiento de un equipo entero jugando juntos durante una década, en la época del tope salarial, es muy complicado de volver a ver. Nada es imposible, salvo que los Clippers ganen la liga, pero sí es muy difícil que se repita.

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