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Retrospectivas ACB

Surcando los cielos: desde Ourense hacia la NBA

Volvamos casi un cuarto de siglo atrás en el tiempo. El baloncesto vivía su época dorada en Ourense. Por aquel entonces, el Coren Ourense –antes Caixa Ourense- disputaba su sexta temporada consecutiva en ACB. Corría la temporada 94/95 y nadie en la ciudad gallega ni, si me lo permiten, en el resto de España, imaginaba lo que podrían llegar a disfrutar con aquel Coren.

En el verano del 94 se confirmaba la marcha de Andre Turner a Zaragoza tras dos temporadas en el conjunto gallego. Y en Ourense tenían la difícil misión de encontrar un base capaz de sustituir al mago de Memphis. Y sólo bastaba con sustituir, porque nadie llegaba siquiera a imaginar que llegara un jugador capaz de hacer olvidar a uno de los mejores bases norteamericanos que ha visto la ACB.

Sí continuaría en plantilla Chandler Thompson. El alero de Indiana disputaría su tercera temporada en Ourense. Allí ya había coincidido con Andre Turner, al que llegó a calificar como el mejor base norteamericano con el que ha jugado. Sí, incluso por delante de nuestro protagonista. Incluso por delante de Darrell Armstrong.

Darrell Armstrong (1968) siempre soñó con ser un jugador profesional de fútbol americano. Su primera experiencia con el baloncesto llegó tarde, muy tarde. Sería en su último año en la High School. Fue Jeff Capel, entrenador de la Universidad de Fayetteville, quien insistió en su potencial como futuro jugador de baloncesto. Y no se equivocaba. Armstrong, “El astronauta”, no llegó a ser drafteado en la NBA, pero el deseo de pertenecer a la mejor liga del mundo nunca llegó a borrarse de su mente.

Tras varias temporadas en ligas estadounidenses de menor entidad, el base americano decidió cruzar el charco, volar a Europa y allí hacerse grande. En febrero del 94, Randy Knowles, figura crucial en la historia, llega a Ourense como primer entrenador para sustituir a Manuel Gómez. Y unos meses después, es el propio entrenador quien apuesta por un base desconocido para el gran público. Un base que jugaba para el AEK Larnaca, conjunto de la propia ciudad de Larnaca, perteneciente a la liga chipriota de baloncesto. A Ourense llegaba Darrell Armstrong.

Durante aquella temporada, dos nombres estaban llamados a ser los protagonistas del baloncesto orensano. Ellos eran Darrell Armstrong y Chandler Thompson. Adelantándonos a los acontecimientos, los resultados del equipo no fueron los mejores, pero vaya si dieron que hablar.

Armstrong se iba cada noche hasta los treinta y nueve minutos de juego, superando los veinticuatro puntos y cuatro rebotes por partido. Se erigió, desde el comienzo de la temporada, como el jugador estrella de aquel Coren Ourense. Nadie, absolutamente nadie, apostaría que con sus 182 centímetros de altura su mayor virtud fuera la de elevarse hasta el cielo para dejarnos con la boca abierta cada vez que destrozaba el aro. El espacio era su hábitat natural. “El astronauta” de Ourense.

Que Darrell Armstrong nos dejara boquiabiertos con cada mate, sin embargo, no quitaba que sus promedios desde más allá del 6,25 fueran sencillamente espectaculares. Intentó, como media durante toda la temporada, casi nueve triples por partido. Pero lo mejor era que obtenía un cuarenta y dos por cierto de acierto en dicha faceta. A pesar de tales números,, propios de un tirador nato, Armstrong era uno de esos jugadores que dependía, casi en su totalidad, de su potencia física, lo que provocó que su incidencia en el juego disminuyera con el paso del tiempo.

Sólo un mes bastó para que Armstrong hiciera olvidar a Andre Turner en Galicia. Fue en septiembre, nada más llegar a la ACB, cuando fue nombrado mejor jugador del mes. Se fue, durante el primer mes de la temporada, hasta los ciento cincuenta y nueve puntos, convirtiéndose en el máximo anotador de toda la competición. Su impacto fue tal, que todos quedaron asombrados con el base americano. Desde su entrenador, pasando por sus compañeros de equipo, hasta el último aficionado en llenar el Pazo dos deportes.

Randy Knowles definía a Armstrong como un trabajador nato. Un jugador que siempre quería mejorar, llegar a ser el mejor. Pero a la vez, ayudar a sus compañeros y a su equipo. En definitiva, y en palabras del entrenador americano, Armstrong era un fuera de serie. Él mismo, tras ser nombrado como mejor jugador del mes de septiembre, achacaba tal éxito a sus compañeros. Darrell Armstrong era un jugador de equipo y había elegido Ourense para crecer en todos los aspectos.

Su excelente temporada no pasó en vano. Como era de esperar, las actuaciones con las que deleitaba cada noche aquel americano bajito con la habilidad innata de surcar los cielos, llamaron la atención de todo aquel que tuviera un ojo puesto en el baloncesto europeo. Y ahí, como no, entraban todas y cada una de las franquicias de la mejor competición de baloncesto del planeta. En especial, hubo alguien que quedó totalmente maravillado con el juego de Armstrong. ¿Su nombre? John Gabriel, GM de los Orlando Magic.

Armstrong sabía que su temporada había llamado la atención. Y estaba totalmente en lo cierto. El Coren Ourense no llegó a cumplir el sueño de alcanzar los puestos que daban acceso a competiciones europeas a pesar de la gran temporada de sus dos estrellas americanas. Pero aunque los objetivos colectivos no se alcanzaran, “El astronauta” sí que había conseguido aquello por lo que tanto había luchado. Fue en el verano de 1995 cuando John Gabriel decidió apostar por Darrell Armstrong. Y así fue como Ourense se convirtió en una puerta directa hacia la NBA.

El carácter de Armstrong dejaba claro que su lugar era la NBA. Dio todo lo que tenía en Ourense, haciendo disfrutar a todos y cada uno de los aficionados al baloncesto en España. Durante la competición y durante el All Star ACB. En aquel año, el concurso de mates se lo jugaron entre Armstrong y Thompson, dos de los matadores más espectaculares que tuvo aquella temporada el baloncesto español.

Los Magic fueron la casa de Armstrong durante las próximas ocho temporadas. Igual que en la ACB, “El astronauta” dejó su huella marcada en la historia de la competición americana. Aún mantiene el hito que consiguió en el año 99, al ser nombrado como Mejor sexto hombre y jugador de mayor proyección en una misma temporada. Un récord que aún, casi veinte años después, sigue llevando el nombre de Darrell Armstrong.

Hornets, Mavs, Pacers y Nets fueron los hogares que siguieron a Orlando. Una temporada en cada una de las franquicias, para terminar retirándose del baloncesto profesional como jugador. Hoy en día, cumple su novena temporada como miembro del cuerpo técnico de los Mavs, donde consiguió el anillo de campeón de la NBA en 2011.

Darrell Armstrong fue un icono en Ourense, cuando la ciudad gallega vivía su propia edad de oro en el baloncesto. Pasó un cuarto de siglo, pero su silueta aún queda marcada en las alturas del Pazo dos deportes. Y de cada cancha ACB que visitó en su única temporada en España. Fue en 1995 cuando Armstrong surcó los cielos desde Ourense en dirección a Orlando. Cuando Ourense se convirtió en una puerta hacia la NBA.

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