Noche del miércoles 22 de marzo de 1995. Todos de pie. No cabe nadie más en el Boston Garden. Red Auerbach se dirige al centro. Una gran ovación le acompaña. ‘‘Esta noche me voy a emocionar tanto como cuando he subido a cada uno de los nuestros. Porque para mí es un gran honor ser el encargado de subir la bandera por Reggie Lewis ’’, una lluvia de aplausos interrumpe. ‘‘Tengo pocos arrepentimientos, pero tengo uno especialmente: el placer y el honor de entrenar a Reggie. Porque para mí, personificó todo lo que un celtic debe de ser”, confesó Red en su breve y emotivo discurso.
Junto a Dennis Johnson (3), Larry Bird (33), Kevin McHale (32), una gran aclamación de nuevo por parte del pabellón y una canción propia para el momento, el dorsal 35 fue subiendo a lo más alto del Garden. Un lugar para lo más privilegiados. Un lugar para los que habían marcado a los aficionados de Boston. Un lugar para leyendas de una de las franquicias más laureadas de la historia de la NBA. El capitán Reggie Lewis estará allí para siempre.
Lewis se presentaba al Draft de 1987 tras promediar 23,3 puntos, 8,5 rebotes, 1,5 asistencias, 1,5 robos y 1,3 tapones en 33 minutos en la Universidad de Northeastern Huskies. Un alero de 2,01 metros que presentaba un buen cartel. Sin embargo, iniciaría su aventura en la NBA con una clase plagada de puro talento: David Robinson, Scottie Pippen, Kevin Johnson, Horace Grant, Reggie Miller, Muggsy Bogues, Mark Jackson, etc. Esto provocaría que cayese hasta el puesto número 22, donde sería seleccionado por los Boston Celtics. Si quieres seguir la NBA de una forma diferente y más apasionante, ahora puedes hacerlo a través de Sportium con este código promocional
Llegaba a un equipo todavía dominado por grandes figuras. Larry Bird, Kevin McHale, Robert Parish, Dennis Johnson y Danny Ainge eran la columna vertebral de aquellos Celtics. El papel secundario, saliendo desde el banquillo y aprovechando oportunidades, era lo que le esperaba en sus primeros años. No obstante, aterrizaba en un proyecto que comenzaba a perder su reinado en la Conferencia Este. Detroit Pistons y Chicago Bulls pelearían por ese trono.
Tras mostrar, posiblemente, la mejor versión de su carrera y comprometerse dos años más con la franquicia de Massachusetts, Larry Bird se perdió desde el principio casi toda la campaña 1988-89, disputando solo 6 encuentros, después de ser operado de los dos talones de Aquiles, lesión que causó muchos más problemas físicos posteriormente. Además, en febrero de 1989, Danny Ainge fue traspasado junto a Brad Lohaus a Sacramento Kings por Ed Pinckney y Joe Kleine. La oportunidad para Reggie Lewis había llegado.
A consecuencia de las circunstancias, Reggie pasó de 8 minutos a casi 33 minutos jugados por partido. De 4,5 puntos a 18,5. De 1,3 rebotes a 4,7. De ni siquiera una asistencia por encuentro a 2,7. En su año sophomore convencía. Muchos lo nombraban el sucesor de Larry Bird. El dominio de Pistons y Bulls no asustaba tanto. La transición de los Celtics estaba en buenas manos.
Se agarró a aquella oportunidad y la aprovechó. Poco a poco Lewis pasó de ser un jugador más de la plantilla a ser un jugador esencial y que ilusionaba. Su crecimiento era exponencial. Terminaría convirtiéndose en el jugador más importante de la rotación durante la campaña 1991-92, última temporada de Bird en la NBA, siendo el que más minutos disputaba, más de 37 minutos, y el que más anotaba, 20,8 puntos.
Además de consolidarse como una pieza vital de los Celtics, durante esa temporada se consagró como una de las mejores figuras de la liga. Reggie jugaría el All-Star Game en Orlando, donde lograría 7 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias en 15 minutos en la derrota del Este contra el Oeste por 153 a 113. De la misma manera, fue el protagonista del conjunto de Boston en Playoffs, que cayó en Semifinales de Conferencia contra Cleveland Cavaliers por 4 a 3, jugando una gran cantidad de minutos y anotando por encima de los 30 puntos hasta en cuatro ocasiones.
Larry Bird se retiró al año siguiente. La capitanía quedó huérfana. Pero, por poco. Lewis estaba preparado para este nuevo reto. Llevaba mucho tiempo preparándose para esto. Se había convertido en el líder de unos nuevos Boston Celtics. 48 victorias y 34 derrotas es el balance que registró la franquicia en la temporada regular. El cuarto mejor récord de la Conferencia Este. Clasificados para Playoffs. No un equipo favorito para el anillo, pero sí un equipo que iba a poner complicadas las cosas a su contrincante. Charlotte Hornets sería el primero.
29 de abril. Game 1. Boston Garden. Reggie no tiene compasión con su amigo de la infancia, Muggsy Bogues, y empieza el partido desatado. 10 puntos en tres minutos. Indicios de otra noche soberbia del capitán Lewis. Sin embargo, pasado el minuto seis del primer cuarto, mientras Sherman Douglas sube el balón, a su izquierda, cuando llega a la línea del triple, Reggie tropieza y cae a los pies de Johnny Newman. Nadie se acercó a él durante el recorrido. Así, de repente. Cayó de manera inexplicable. Pero, pudo levantarse y dirigirse al banquillo sin ayuda. Regresó a la pista. Anotó otros 7 puntos. Sin embargo, catorce minutos más después tuvo que dejar el encuentro. Sufrió mareos y le faltó el aire en diversas ocasiones. El personal médico del equipo lo detuvo. No volvió a jugar en los Playoffs y los Celtics fueron eliminados en primera ronda por los Hornets.
Reggie Lewis sufría miocardiopatía. Ese fue el diagnóstico de los médicos. Una enfermedad del músculo cardíaco que dificulta el bombeo de sangre al resto del cuerpo desde el corazón. Una enfermedad mortal. Tenía antecedentes. Uno de sus dos hermanos nació con un agujero oval persistente en el corazón y se sometió a una cirugía a corazón abierto cuando tenía 4 años. Su madre tuvo dos ataques cardíacos, uno de ellos cuando tenía 17 años. Él nació con un soplo cardíaco que fue detectado en exámenes físicos de la escuela primaria, que al parecer desapareció cuando tenía 12 años. A pesar del resultado y las recomendaciones, Reggie se preparó para la temporada 1993-94.
«Fue muy sorprendente, muy triste. Reggie estaba en camino de ser algo realmente especial»
Michael Jordan sobre Reggie Lewis
En una tarde de julio de 1993, Lewis fue con un amigo a la Universidad de Brandeis a lanzar canastas. Estuvo aproximadamente una hora. Acató las recomendaciones. No se esforzó mucho y ni siquiera sudó. Pero, de repente, se desplomó en el suelo, jadeando, y luego se quedó quieto. Dos horas después oficializaron su muerte. Sus seres queridos y el mundo NBA quedó paralizado.
Cuando falleció, Reggie fue uno de los únicos seis jugadores, desde 1988 hasta 1993, que registró al menos 7.500 puntos, 1.500 rebotes, 1.000 asistencias y 500 robos. Michael Jordan, Charles Barkley, Karl Malone, Clyde Drexler y Chris Mullin fueron los cinco jugadores que también lo consiguieron.
“Estaba en Chicago cuando recibí la noticia. Fue muy sorprendente, muy triste. Reggie Lewis estaba en camino de ser algo realmente especial. Un tipo talentoso, que nunca había hecho nada malo, que hizo mucho por la ciudad de Boston, y lo siguiente que sabes es que se fue”, dijo Michael Jordan tras conocer el fallecimiento.
Más de 25 años después, su figura sigue siendo muy recordada. Falleció en unas circunstancias muy extrañas y dejando muchas preguntas. Falleció en un escenario muy favorable para agrandar su carrera. Falleció el capitán. Falleció el número 35. Falleció un celtic. Falleció una de las personas más queridas de la ciudad de Boston.
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