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Objetivo Europa

Dimitris Itoudis y el CSKA: cuando el corazón estorba

El CSKA no termina de encontrar su rumbo esta temporada y la solución no parece clara. Itoudis se enfrenta probablemente al mayor reto de su carrera deportiva.

Foto: CSKA Basketball

Desde 2009, cuando Messina dejó Moscú, y el propio Vatutin asumió la presidencia, se dio una oportunidad en el CSKA hasta a 4 entrenadores: Pashoutin, Vujoshevich, Kazlauskas y de nuevo al propio Messina. Todos ellos trataron de reiniciar el proyecto, y todos ellos se fueron antes de tiempo.  A veces por casos especiales como el de Pashoutin, otras veces despidos forzados como el de Vujoshevich, hasta llegar a la escandalosa salida de Messina.

Con la llegada de Dimitris Itoudis, eterno asistente de Obradovic en el Panathinaikos, se dejaba atrás el pasado. Curtido junto a Zeljko en Atenas, Itoudis llegaba de hacer una gran temporada con el Banvit turco, con el que había ganado la Liga Regular antes de perder en semifinales ante el Galatasaray. Firmó por dos años, dejando desde su llegada muy claras las premisas del ADN a imprimir en el equipo: Itoudis apostaba por jugar un baloncesto más veloz que el se jugaba con Messina, donde había un juego estrictamente posicional. Ahora, en el marco de la sonada derrota del pasado jueves en Madrid, un partido nefasto en el que CSKA fue incapaz de encontrar las suficientes ganas de vencer a un rival sin su entrenador principal , con solos seis jugadores del primer equipo disponibles, y tres chavales del equipo Junior;  algunos aficionados del CSKA recuerdan cuando Khryapa le salvó el trasero a Itoudis en la final de 2016 ante Fenerbahce. Los aficionados consideran que, teniendo el club más rico del deporte ruso en términos de títulos, jugadores y tradiciones ganadoras; tienen todo el derecho del mundo a exigir resultados.  Y de forma unánime, las miradas se dirigen al banquillo. Constantemente hay rumores sobre Itoudis, constantemente se pide su dimisión. Se pone en duda su nivel de autoridad en el equipo, algo que al no estar dentro del equipo, que es donde hay que estar para juzgar un tema tan sensible, no voy a entrar a valorar, pero lo que si es evidente, es que no se ha podido construir una química colectiva que asegure la competitividad en todos los frentes, y eso además de ser preocupante, es algo que hasta un tuerto podría ver.

 ¿Hasta donde va a conservar Vatutin la fe en Itoudis? Es la pregunta que llega constantemente desde los medios de comunicación rusos y desde las cuentas de muchos seguidores del CSKA. Literalmente, todo el mundo quiere reemplazarle.

Está claro que el conflicto con Mike James pasó factura a Itoudis. El base de Portland estuvo bien en la temporada 19-20, por tanto tenía su continuidad en un entorno en el que nada presagiaba un conflicto irresoluble, como fue el caso. A partir de ahí, con total certeza; Itoudis ha batido récords en cuanto a posibles quintetos y combinaciones sobre la pista. Primero construyó sobre un Milutinov que cayó lesionado en el primer partido en Milán.  A continuación, el juego se centró en Shengelia; también cayó lesionado. Después, Itoudis le dio el mando a Clyburn, y determinó que había que exigirle el máximo a Voigtmann.  La decisión de jugar a través de los grandes es de Itoudis, como también lo fue el anteponer la llegada de Faried al fichaje de un base armador.  Es decir: él mismo persiste en perfiles como el de Faried, que de poco o nada le sirven al equipo con su actual configuración, mientras  todos los problemas se ven agravados por la carencia de un buen creador de juego. Todavía más alarmante es el hecho de que Itoudis reconozca que no siempre es capaz de mantener viva la llama de la competitividad. A veces el equipo rinde bien en ambos lados de la pista y, de repente entra en barrera, como si chocasen con una barrera de arrecifes.

CSKA tiene las estrellas más caras. Solo el CSKA paga más de dos millones de euros a tres jugadores; Milutinov, Shengelia, Shved….y Mike James, cuyo contrato es abonado en buena parte por el CSKA- se desconoce la cuantía exacta-.  Podemos poner todo lo negro que queramos el panorama existente, pero conviene analizar la situación desde un punto de vista que va más allá de criticar o defender al entrenador.  Merece la pena hablar de los jugadores también en este punto. Algunas personas se ajustan a la filosofía y reglas del CSKA, mientras que otras no.

Cuando está bien físicamente, Milutinov ha demostrado el jugador que es . De acuerdo, no han sido numerosas las ocasiones, pero es que tampoco hubo muchas oportunidades de verle en acción.  El mayor beneficio que dejó el paso de Faried por el CSKA, fue la transformación de Bolomboy. Si bien su rendimiento no deja de ser un tanto irregular, es de lo mejor que le está pasando este año a CSKA.

Toko no es el mismo que antes de su lesión en el hombro.  Sigo pensando que es de lo mejor de Europa en su posición, sigo creyendo que, potencialmente, con Shengelia y Milutinov se tiene la mejor pareja posible para esos dos puestos, pero en el caso del georgiano, hay que poner más argumentos sobre la mesa para pasar de la teoría a la práctica. Dicho de otra forma; urge elevar las prestaciones.  En el caso de Johannes Voigtmann, si bien se perdió como el resto del equipo en Madrid, es un seguro de vida en el CSKA actual. Posiblemente el hombre con un rendimiento más lineal.

Clyburn tiene carta blanca de Itoudis, y sin embargo entra en unos estados catatónicos con bastante frecuencia.  Amasa mucho balón en ataque, y no siempre elige la mejor opción.  Su mejor versión se vio en encuentros como los del Olympiakos y Fenerbahce; jugó de forma ejemplar, y fue esa estrella que distribuye el balón de manera colectiva, genera para sus compañeros, y anota desde cualquier posición. Itoudis hizo de Clyburn el jugador que es, que nadie se olvide de esto, y a la vez, Clyburn se convirtió en esclavo de esa condición estelar, pero al final del día el CSKA no necesita tanto al Clyburn vestido de héroe de Marvel como al Clyburn en su versión más humanizada y generosa.

Iffe Lundberg comenzó como “1” titular, pero ha entrado en una regresión total respecto al jugador que terminó la pasada campaña. Está lanzando en peores porcentajes, y en defensa es la pieza más débil , circunstancia de la que los oponentes sacan tajada.  En mi  modesta opinión, o pesa el punto extra de responsabilidad, o pesa la presión que le pone Itoudis le pone, pero Iffe no está bien. Hackett ha visto reducida su importancia en ataque, no así en defensa, donde es el mejor defensor entre los exteriores.  Lanza y pasa menos que otros años, y en general, sus minutos se han visto reducidos.

Shved es tan distinto al del Khimki, que sus “highlights” han sido en jugadas defensivas. No es que de la noche a la mañana se haya convertido en un potencial candidato a ser considerado el mejor defensor del mundo, pero en CSKA ha incrementado notablemente sus prestaciones defensivas…a la par que ha reducido sus prestaciones ofensivas.  No deja de resultarme sorprendente la mala prensa que tiene. Meses atrás mucha gente dudaba de su adaptación al equipo. Una vez que se vio que el “ sueco” completaba proceso de “re-educación” de Itoudis con bastante naturalidad, es cuando empezaron a volar artículos en los que se le acusaba de “estar jugando el peor baloncesto de su vida”. Una crítica demasiado dura a mi entender, aunque reconozco que no todo es perfecto con él. Muchos dudan de su encaje en el equipo, aunque personalmente me encanta el lenguaje común que ha encontrado con Milutinov.  En ocasiones se le ve ausente, en otras temeroso de Itoudis. Su diferencial primer paso, aparece con menos frecuencia de lo que solía hacerlo.  Apenas penetra a canasta. Su rol ha crecido en partidos como el del Zalguiris, Panathinaikos o Estrella Roja, pero se diluye cuando hay equipos más poderosos delante.

Grigonis comenzó la temporada aquejado de una lesión en la espalda de la que tardó bastante en recuperarse. Todavía se espera su mejor partido en Moscú. Hasta ahora se le ve lento, apático, confuso y bastante fallón en el tiro. Lejos del nivel que se le presupone.  Kurbanov sigue siendo el mejor defensor del equipo, y aunque en ataque su importancia decrece, es imposible describir todo lo que da al equipo en base a unas estadísticas.  Antonov sin embargo, lo tiene más complicado: Itoudis le exige la perfección, y nada menos que eso acepta por parte del 11 del CSKA. Pasó dos meses sentado en el banquillo, vio como le adelantaba Faried en la rotación…salió el día del Panathinaikos de titular, y recordando al joven Antonov del Nizhny Novgorod, sencillamente fue el mejor. Jugó ese partido que aun se espera de algunos de sus compañeros….y volvió al banquillo. Normalmente suele jugar algo hasta su primer error.

Para terminar con el apartado de acusaciones, antes de presentar las alegaciones, señalaré que CSKA no ha sido capaz hasta ahora de desarrollar un ataque posicional. Ni siquiera puede decirse que estén particularmente ansiosos por aumentar la velocidad del ataque, y al final del día, es difícil ganar con porcentajes por debajo del 45%, y perdiendo más de 12 balones por partido.  Con una inmensa mayoría de aficionados pidiendo su cabeza, el compromiso de Itoudis con Grecia, podría ser la excusa perfecta para la separación. Si fuese verano, no faltarían nombres para reemplazarle, pero en la situación actual…un nuevo entrenador tendría que impulsar la forma en la que el equipo está preparado tanto física, como mentalmente.  Y el calendario no da tregua; hay que visitar El Pireo, y prepararse para recibir al Barcelona en enero.

En su línea habitual en estas situaciones, desde la derrota en Madrid reina el hermetismo en el club. La ropa se lava internamente.  Estamos tan mimetizados a la figura de Itoudis en el CSKA , que cuesta tanto imaginarse un CSKA sin Itoudis….como a Itoudis sin el CSKA. Casi ocho años en un equipo es un periodo excepcionalmente largo en el deporte actual. Sobra decir que en una relación tan larga , aparece el desgaste, a veces las personas se cansan unas de otras, y en un contexto de deportivo, la falta de resultados provoca situaciones que cada vez cuesta más resolver. Ocho años en el CSKA, son como ocho vidas distintas.

Sea como sea, Itoudis se enfrenta al mayor reto deportivo que ha tenido que acometer.  Quizás su situación actual sea el producto de lo que sucede en el deporte profesional cuando el corazón estorba.  En cada ataque, en cada defensa, Itoudis se ha dejado el corazón en el CSKA, incluso en momentos en los que, quizás, debería haber estado en otra parte. Estoy seguro que todo esto es muy complicado para Itoudis, porque CSKA significa mucho para él. 

Creo que el griego aun tiene las llaves del equipo, y no ha dicho su última palabra, aunque después de admitir que,  por cuarta vez esta temporada, el equipo no estaba preparado, las multas parecen el único recurso que le queda a Itoudis para revertir una situación que el tiempo dirá en lo que termina.   Personalmente, me gustaría verle acabar la temporada.

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