Los cruces de cuartos de final de la Euroliga están a la vuelta de la esquina. Cuatro equipos que han sido los claros cabezas de serie y cuatro aspirantes a dar la sorpresa. Prometen ser duelos de alto voltaje, del primero al último. En menos de un mes, Belgrado acogerá a cuatro de estos ocho grandes equipos. El baloncesto es impredecible, pero hemos reunido todos los factores cercanos a la lógica que pueden imperar en estos playoffs.
FC Barcelona (1º) vs Bayern Múnich (8º)
Los de la ciudad condal se aseguraron el primer puesto de la liga regular dos jornadas antes de que finalizara. Han podido aclimatar a Sanli, Davies y Jokubaitis, que salían de lesión y solo cuentan con la baja de Cory Higgins. Las posibilidades de Jasikevicius son infinitas. El talento individual de los Mirotic, Exum o Laprovittola y aprovechar la pizarra al máximo con Calathes al mando y Kuric y Abrines como ejecutores. La vuelta de Oriola y la adaptación de Smits al puesto de cinco permiten ampliar la rotación interior. Si consiguen mantener el excelso nivel defensivo que han mostrado durante el curso, son grandes favoritos a repetir Final Four.
El conjunto bávaro, que vivirá sus segundos playoffs, se quedó a un palmeo de estar entre los cuatro mejores la temporada pasada. Ha mantenido la idea y la columna vertebral del proyecto: Trinchieri como entrenador y Lucic como jugador estrella. Estará listo Weiler–Babb tras sufrir un duro golpe en la cabeza. El exterior germano será el líder de la atosigante defensa del Bayern, que cuenta con otros duros soldados como Deshawn Thomas u Othello Hunter. El factor X lo pone Darrun Hilliard, que aún no ha alcanzado el nivel que se esperaba de él en Euroliga, pero sigue contando con una zurda capaz de dinamitar un choque en dos instantes.
Será vital para el Barça ganar sus dos partidos en casa para no verse obligado a ganar en el infierno que puede ser la cancha alemana. Los catalanes han aprendido a competir durante cuarenta minutos, cuando el año pasado daba la sensación de que sufrían desconexiones a mitad de partido. La seriedad a la que han llegado los culés, sumada a su gran plantilla, les sitúan como el rival a batir en la eliminatoria, pero no será fácil quitarse de encima al arquitecto italiano, que ha confeccionado una plantilla capaz de jugar a un ritmo muy alto, pero también de bajar al barro.
Olympiacos (2º) vs AS Mónaco (7º)
En El Pireo están de enhorabuena. El gigante heleno ha vuelto a ser competitivo. Vuelve a optar a ganar todos los títulos. Un quinteto titular de máximo nivel. Sloukas a los mandos con Dorsey y Vezenkov para abrir el campo y elevar el ritmo de anotación. Tres jugadores capaces de decidir el encuentro por simple talento. Moustapha Fall es un factor determinante en ambos lados de la cancha. Al más puro estilo Tavares, es la única referencia interior de los griegos. Ha sabido proyectar su superioridad física incluso en la cúspide del baloncesto europeo y Euroliga. Es casi una utopía ganarles en casa. Talento y físico a partes iguales, pero no en los mismos jugadores. Un equipo con dos versiones muy distintas, la del juego vistoso y la de ganar por abrasión. Jekyll y Mr. Hyde.
Por parte de los del Principado, la figura de Mike James y la llegada de Sasa Obradovic al banquillo cambiaron la cara de La Roca. Un equipo dinámico y divertido, que abusa del triple y de la circulación de balón por fuera. Motiejunas se agencia el poste alto para distribuir desde ahí. Diallo, Hall o Westermann ponen el listón defensivo, que para la eliminatoria apunta alto. Los monegascos cada día acentúan más su dependencia en el genio de Oregón. Si consigue repartir el peso ofensivo en jugadores como Will Thomas o Dwayne Bacon, tendrán mucho ganado.
Bartzokas ha formado un proyecto muy serio, casi imbatible en casa. Segundo en liga regular, su eliminación sería un varapalo. Nadie, nunca, debe fiarse de Mike James, pero los rojiblancos tienen mimbres suficientes para hacer valer su condición de favorito.
Olimpia Milano (3º) vs Anadolu Efes (6º)
Perro viejo, Messina. El entrenador italiano ha superado malas rachas y lesiones, pero salió adelante y reafirmó el cartel de contender que se había ganado en los primeros compases del curso. La tripleta de bases formada por Delaney, Sergio Rodríguez y Grant tiene dotes de sobra para decidir un título por su cuenta, pero también para dejarlo escapar. De esa irregularidad surge la importancia de Nicolò Melli o Shavon Shields, que ha regresado tras varios meses de baja. Un equipo capaz de estirar los partidos hasta los noventa puntos y noquear a su rival también desde la defensa, pero con un estilo tan de juego tan arriesgado que no garantiza ver su versión arrolladora ni en su partido más sencillo. Será necesario un papel importante de los secundarios para sacar adelante el enfrentamiento.
El gigante turco ha dejado pinceladas de la superioridad abismal que demostró tener el año pasado, pero su irregularidad y la marcha de Sanli han sido demasiado lastre. Su última derrota ha desembocado en un brutal cruce contra los lombardos, que bien puede decidirse según la inspiración de cada equipo durante los cinco partidos. Una de las parejas más temibles de la historia de la Euroliga, Moerman, Beaubois, Simon… Un equipo construido para tocar el cielo, que la gran mayoría de jornadas ha demostrado un baloncesto muy inferior al esperado. No lo tendrán fácil, pero nadie lo tiene fácil contra ellos. La serie llegará a dónde Larkin y Micic decidan.
Dos equipos con un plan de juego distinto en Euroliga, pero un éxito ligado al acierto de sus exteriores. A priori, Milano parte con ligera ventaja y tiene el factor campo a favor, pero quizá sea la eliminatoria más igualada de las cuatro.
Real Madrid (4º) vs Maccabi Tel Aviv (5º)
El Real Madrid ha caído en picado en los últimos dos meses de competición. No contará con Heurtel ni Thompkins, apartados del equipo de forma definitiva. Tampoco con Alocén. El juego exterior de los madridistas vive su peor momento en la era Laso, pero sigue contando con jugadores que son una garantía, como Abalde o Causeur. Tavares y Yabusele volverán a tirar del carro desde la pintura, poco a poco mejor acompañados por Randolph y Poirier, que están recuperando sensaciones. Una plantilla con el suficiente carácter y capacidad defensiva (véanse Deck, Taylor y Hanga) como para ahogar a cualquier rival, pero con unas limitaciones ofensivas más visibles que nunca.
El conjunto macabeo, con un magnífico tramo final en Euroliga, busca seguir creciendo en una serie que, visto el reciente nivel de los blancos, puede hacer suya. Wilbekin y Keenan Evans tendrán el balón en sus manos (ejercer de director de juego es otra cosa) en un estilo de juego que está más cerca del doble escolta que del doble base. Dos ejecutores potentes a los que hay que sumar a James Nunnaly, quizá el mejor jugador de los israelís esta temporada. La movilidad de Caloiaro y Derrick Williams debe ser importante para que el duelo sea de tú a tú. También el nivel de Zizic, que tiene ante sí un escaparate perfecto para demostrar al viejo continente que los amarillos no se equivocaron en apostar por él.
Un choque que es toda una incógnita. El Real Madrid debe partir como favorito para ganar esta Euroliga, por récord y por plantilla, pero no por sensaciones. Dos equipos con muchos recursos; ni deben su vida a la táctica ni tampoco exclusivamente a las genialidades. La eliminatoria será para el que mejor lidie con las desconexiones y consiga imponer un nivel defensivo más alto. Todo depende de la versión que veamos del equipo español, dos posibles destinos, dos polos opuestos. En sus manos está.
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