Hablar de George Gervin es hacerlo de uno de los grandes en la historia de la NBA. En la mejor liga de baloncesto del mundo destacó (y mucho), sobre todo en los años 70 y 80, llegando a convertirse en una estrella de la NBA. Sin embargo, la temporada 1989/90 fichaba por el TDK Manresa, un equipo de la zona baja de la ACB, con 38 años y nada por demostrar. Era posiblemente la última parada de un jugador nacido para anotar y ganar, precisamente lo que hizo en el equipo del Bages.
Pero primero vamos a recordar de quién estamos hablando…
Y es que George Gervin es ni más ni menos que uno de los anotadores más prolíficos que han pasado por la NBA, pero empecemos por el principio. Nuestro protagonista nacía el día 27 de abril del año 1952 en Detroit, Michigan. Comenzó su carrera universitaria en Long Beach, continuándola en la Universidad de Eastern Michigan, donde se convirtió en una absoluta estrella, especialmente en su último año de formación (29’5 puntos y 15’3 rebotes por partido).
Finalizaría su periplo universitario con unos reseñables promedios de 26’8 puntos y 14’4 rebotes por encuentro.
Tras ello, Gervin fue elegido en el Draft de 1974 de la NBA, en la cuarta posición de la tercera ronda por los Phoenix Suns (número 40), aunque nunca llegó a jugar en el equipo de Arizona. Aquel Draft incluiría a algunos grandes jugadores como Bill Walton (nº 1), Bobby Jones (nº 5), Scott Wedman (nº 6), Campy Russell (nº 8), Jamaal Wilkes (nº 11), Brian Winters (nº 12), Maurice Lucas (nº 14), Billy Knight (nº 21), ”Truck” Robinson (nº 22), John Drew (nº 25) o Phil Smith (nº 29).
Sin embargo, la carrera profesional de Gervin comenzaría dos años antes, en la desaparecida liga ABA, donde jugó para los Virginia Squires –un periodo en el que coincidiría con Julius Erving– y, posteriormente en los San Antonio Spurs, en la época pre NBA de los texanos. Con el equipo de las espuelas daría el salto a la NBA en la temporada 1976/77, permaneciendo en la mejor liga de baloncesto del mundo diez temporadas, con unos registros anotadores tremendos.
Gervin parecía haber nacido para anotar, y eso fue precisamente lo que hizo en su carrera como profesional del baloncesto. Conocido por su sangre fría en la cancha como “The Iceman”, su facilidad para ver el aro era espectacular. De hecho, en su segundo año en la NBA lograba uno de los hitos más llamativos de esta competición, al anotar 63 puntos en el último partido de la Regular Season ante los New Orleans Jazz, para así sobrepasar a David Thompson como máximo anotador por tan sólo 6 centésimas (27.21 puntos frente a los 27.15 de su rival).
Tras aquello, Gervin lograría dos títulos más de máximo anotador de la NBA de manera consecutiva, lográndolo una cuarta vez, en 1982. Un hito nada despreciable, sobre todo si tenemos en cuenta que sólo hay dos jugadores con más títulos de máximo anotador en la NBA: Wilt Chamberlain y Michael Jordan. Casi nada…
Nueve temporadas estuvo George Gervin en San Antonio, en las que consiguió cinco títulos de campeón de la división Medio Oeste, aunque no alcanzaría el preciado anillo de campeón de la NBA. En octubre de 1985, Gervin era traspasado a los Chicago Bulls, a cambio de Dave Greenwood, pero en el equipo de Illinois apenas jugó dos partidos, con un papel meramente testimonial. Aparecían en su vida problemas personales que le impidieron (o eso parecía) seguir practicando el deporte de la canasta.
Así pues, ese curso 1985/86 llegaba el momento de su retirada de la NBA, con unos promedios de 26’2 puntos y 4’6 rebotes por partido en ligaregular, además de 27 puntos de media por encuentro en Playoffs. Se iba además con un récord, el de máximo anotador en un cuarto, con 33 puntos (1977/78), igualado en 2008 por Carmelo Anthony, y posteriormente superado este curso por Klay Thompson (37 puntos).
Su carrera estuvo repleta de éxitos: cuatro títulos de máximo anotador de la NBA, MVP del All-Star Game (1980), nueve elecciones para el All-Star de manera consecutiva (1977-1985) y cinco veces incluido en el mejor quinteto de la temporada. Además, posteriormente Gervin sería incluido entre los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA y miembro del Hall of Fame en 1996 y su número 44 sería retirado por los San Antonio Spurs.
El caso es que el baloncesto no terminó definitivamente para Gervin. El curso siguiente jugó en el viejo continente, en el Pallacanestro Roma italiano, pero los problemas extradeportivos volvieron a aparecer, las terribles drogas que tanto daño han hecho al deporte y a la sociedad, permaneciendo fuera de las canchas hasta 1989, cuando volvía a jugar en la CBA, en los Quad City Thunder de Iowa.
El último tren, la ACB
Nos trasladamos a mediados del mes de enero del año 1990. El TDK Manresa se encontraba en un momento más que complicado en la liga ACB, con un balance de 9 victorias y 10 derrotas, situado en la zona media-baja de la tabla de la A-2 (el grupo malo de la ACB en aquellos tiempos). El equipo estaba entrenado por Flor Meléndez, al que le llegaba una oportunidad irrechazable, fichar a toda una leyenda como George Gervin, y a un precio más que asequible.
Gervin estaba jugando en los Quad City Thunder de Iowa, en la CBA, y tenía 38 años y sobre todo, un paso por un centro de desintoxicación debido a sus peligrosas adicciones, por lo que no fueron no pocos los escépticos en relación a su fichaje. Sin embargo se apostó fuerte por la llegada del ex NBA.
Ni siquiera el propio vestuario estaba del todo convencido de la llegada de la antigua estrella de la NBA. Estamos hablando de una época en la que la mayoría de americanos que llegaban a la ACB lo hacían sin respeto, pensando en ganar dólares de manera fácil y pensando que el baloncesto español era prácticamente tercermundista. No fue ni mucho menos así con Gervin…
La afición de Manresa lo vivó como todo un acontecimiento, lo que era realmente. De hecho, más de quinientas personas acudieron a su primer entrenamiento con el equipo, llenando las gradas para ver cuatro días después cómo en su debut ante Cajacanarias (20 de enero de 1990) Gervin anotaba 23 puntos en la primera parte, aunque finalmente su equipo caería 79-92 al final, con 31 puntos de nuestro protagonista.
Las derrotas se fueron acumulando partido tras partido en el casillero de los catalanes, a pesar de las exhibiciones anotadoras de George Gervin, ganándose el disputar el Playoff de descenso. Llegaba además un cambio en el banquillo, donde Ricard Casas (28 años) se hacía cargo del equipo, sustituyendo a Meléndez.
Las eliminatorias por la permanencia entonces las jugaban los ocho últimos de entre los 24 equipos que había en competición. En la primera ronda, el rival fue el Valvi Girona, ante el que se cayó en tres partidos (3-0), con 38, 19 y 34 puntos del alero americano, jugándose los manresanos la plaza en la ACB ante el Tenerife Número 1.
El TDK Manresa tenía factor cancha en dicha eliminatoria, y se hizo con el triunfo en el primer encuentro (84-83), con 39 puntos de Gervin, que disputaba muchas veces los 40 minutos del partido a pesar de sus 38 años. El equipo canario conquistaba el Nou Congost en el segundo encuentro (87-91), a pesar de la aportación de George (33 puntos).
Todo el mundo se puso en lo peor, la permanencia parecía imposible y los ánimos no eran ni mucho menos bueno. Pero si había un hombre que lo tenía claro, ese era George Gervin. No por nada le llamaban “Iceman”. Cuando todos temblaban, el de Detroit lideró a su equipo con mano firme para que venciera en los dos siguientes partidos en Tenerife. El primero de ellos, tercero de la serie, acabaría 83-85, tras una prórroga, con unos estratosféricos números de Gervin (43 puntos, con 16/33 en tiros de dos, 1/5 en triples y 8/15 en libres). En el segundo, se echaría el equipo totalmente a la (cansada) espalda para conseguir la permanencia tras el 83-88 que aseguraba la salvación del TDK Manresa. El alero aportó 31 puntos y 15 rebotes que fueron decisivos para el devenir del encuentro.
Era el último partido de la carrera de Gervin, y significaba un doble triunfo, ya que se conseguía la permanencia del conjunto catalán, y encumbraba, una vez más, al americano como el héroe que sería ya para siempre para la entidad del Bages.
En total, fueron 17 partidos los que disputó Gervin con la camiseta del TDK Manresa en la ACB, con unos promedios de 25’5 puntos, 5 rebotes y 1’3 asistencias en algo más de 33 minutos por encuentro, con unos porcentajes de tiro del 54% en tiros de dos, 38% en triples y 79% en libres. Casi nada… para un hombre de 38 años que se convirtió en un héroe para Manresa.
Un GRANDE (sí, con mayúsculas), que dejó su impronta en el final de su carrera, demostrando que la calidad no entiende de edades.
San Antonio no le olvidará jamás, pero tampoco Manresa…
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