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Perfiles

Nikos Gallis. El Último semidiós heleno

Analizamos la carrera de Nikos Gallis, uno de los mejores anotadores de la historia del viejo continente.

Analizamos la carrera de Nikos Gallis, uno de los mejores anotadores de la historia del viejo continente.

En la Mitología griega se habla del término semidiós, usándolo para referirse al fruto de la unión carnal entre un dios y un mortal. Los semidioses son además llamados generalmente héroes. Y es precisamente de un Héroe de quien hablamos al referirnos a Nikos Gallis, un hombre que superó los límites físicos y deportivos para llegar a lo más alto y poner a su país en el primer lugar en el baloncesto de Europa.

Nikos Gallis, cuyo verdadero nombre es Nick Giorgalis, nacía el día 23 de julio de 1957 en New Jersey (EEUU). Era hijo de inmigrantes griegos, George y Stella, quienes abandonaban su país, procedentes de la isla de Rodas, para tratar de buscar un futuro mejor en la tierra de las oportunidades, estableciéndose para ello en la ciudad de Union City, del condado de Hudson.

Gallis, que había empezado a practicar otro deporte, el boxeo, lo acabó dejando por el consejo de su madre, que no soportaba verle aparecer con moratones en la cara después de los combates. Así pues, nuestro protagonista se iniciaba en el baloncesto, que descubriría en las calles de la ciudad de Union City, donde el aguerrido ex boxeador siguió peleando, pero esta vez contra los chavales (generalmente mayores que él), mostrando enseguida unas enormes cualidades para el deporte de la canasta.

De esa manera, Nick se formó en los Estados Unidos de Norteamérica, primero en la Union Hill High School, donde su gran rendimiento le abrió las puertas de muchas universidades, decantándose finalmente por la de Seton Hall, en su New Jersey natal, donde completó los cuatro años de estudios y jugó para los “Pirates”.

Enseguida se haría con un hueco en el quinteto del equipo, siendo uno de los mejores jugadores y destacando especialmente a partir de su tercer año. De hecho, en su cuarto año en la universidad, Nikos Gallis se convirtió en el líder absoluto, echándose el equipo a la espalda y convirtiéndose en el gran referente. Nick se ganaría además la atención de los focos nacionales con un último año donde promedió casi 28 puntos por partido, siendo sólo superado en media anotadora por dos jugadores: Lawrence Butler (Idaho State), con 30.1, y Larry Bird, sí, Larry Bird (Indiana State), con 28.6.

Gallis finalizaba sus cuatro años con los “Pirates” de Setton Hall con unos grandes registros: 1651 puntos, entrando en el Top 10 de la historia de la universidad y siendo el jugador más joven en alcanzar esos guarismos.

Tras ello, nuestro protagonista recibía la llamada de la NBA, siendo elegido por los Boston Celtics en el Draft del año 1979 en la cuarta ronda (puesto Nº 68), en un año donde aparecerían grandes jugadores de la mejor liga de baloncesto del mundo, como Magic Johnson (Nº 1), Bill Cartwright (Nº 3), Sidney Moncrief (Nº 5), Vinnie Johnson (Nº 7), Calvin Natt (Nº 8), Jim Paxson (Nº 12), además de algunos “robos”, como los casos de Bill Laimbeer (Nº 65), Mark Eaton (Nº 72) y James Donaldson (Nº 73).

Sin duda, un puesto nada acorde con el rendimiento en la cancha de Gallis. Y es que se dice que el representante de Nick, Bill Manon, estaba más preocupado por el dinero que le generaba Diana Ross en el mundo de la música que por el chaval de Seton Hall, lo que hizo que en el Draft su posición fuera tan discreta.

Gallis comenzó la pretemporada con los Boston Celtics, pero la mala suerte le impediría llegar a la NBA. Una inoportuna lesión en el brazo le hizo perder la oportunidad de debutar con los “Orgullosos Verdes”y, tras recuperarse, no había sitio en el equipo de Massachusetts, ya que Red Auerbach contrató a Gerald Henderson para sustituirle. Cabe reseñar de esto que años más tarde, el mítico entrenador de los Celtics reconocería que dejar marchar a Nick “el griego” fue el mayor error de su carrera.

Nick decidía entonces volver a la tierra de sus ancestros, Grecia, con 22 años, tras perder la oportunidad de entrar en la NBA y con todo por demostrar en el viejo continente, donde las cosas no eran como en América. Ya no se movería de allí…

Nikos Gallis: una leyenda en la nación de los mitos

Al llegar a Grecia, decidió cambiar su nombre, pasando de ser Nick Georgalis a Nikos Gallis, por el que le conocemos en el mundo del baloncesto. El Aris de Salónica fue su hogar en el país heleno, donde se convirtió en uno de los grandes cañoneros de Europa, junto al brasileño Óscar Schmidt Becerra o al malogrado Drazen Petrovic. Veamos…

El juego de Gallis era simple, pero tremendamente efectivo. Su posición era de base-escolta, a pesar de que por estatura se esperara que fuera un director de juego (1,83 metros), era lo que ahora conocemos como un Combo-Guard, un escolta con cuerpo de base. Nikos destacaba fundamentalmente por ser un excelente anotador. Era un jugador que era capaz de crearse sus propios tiros, un maestro del arte del dribbling y de las fintas, con lo que ponía en serios aprietos a sus defensores. Sin complicaciones ni excesivos aderezos, Nikos Gallis era un excelente penetrador, con un más que efectivo tiro de media distancia, a pesar de que no destacaba especialmente por ser un gran tirador. Además, sumaba a todo ello su capacidad para el pase, ya que recibía dobles y triples marcajes, con lo que su equipo siempre sumaba con él en el campo. Efectividad ante todo, esa era su seña.

Catorce años estaría Nikos Gallis en el Aris de Salónica (1979-1992), donde se convirtió en algo más que un ídolo. Y es que con él, el equipo lograría ganar ocho títulos de liga (1983, 1985, 1986, 1987, 1988, 1989, 1990 y 1991), además de seis copas (1985, 1987, 1988, 1989 y 1990). Un absoluto héroe.

Aparte de ello, Gallis consiguió galardones individuales, como ser el máximo anotador de la liga griega en once ocasiones consecutivas (1981-1991), cuatro títulos de MVP de la competición (1988-1991), cuatro veces máximo asistente de la liga, dos veces máximo anotador de la Euroliga. Una larga suma…

Sus dos últimas temporadas (1992-1994) como profesional, Nikos Gallis jugó en el Panathinaikos, donde añadió a su palmarés otra copa (1993). Finalmente no conseguiría la Euroliga, pero llegó a la Final Four en cuatro ocasiones, tres consecutivas con Aris (1988-90) y otra con el Panathinaikos (1994).

Estamos hablando del líder absoluto de la Euroliga, tanto en puntos anotados en su carrera como en puntos por partido (contando partidos en la FIBA y la ULEB), siendo máximo anotador ocho veces. Es también el máximo encestador de todos los tiempos de la Liga griega de baloncesto. Es miembro del Hall of Fame del baloncesto griego, miembro del FIBA Hall of Fame (2007) y seleccionado como uno de los 50 grandes contribuidores de la Euroliga de baloncesto.

Nikos Gallis (37 años) anotando 30 puntos al Limoges:

En cuanto a su trayectoria internacional, Gallis protagonizó los mejores años de la selección griega, llevando a lo más alto al conjunto heleno. Su impacto en el combinado fue tremendo, donde compartió vestuario con otros grandes del baloncesto griego, como Yannakis o Fassoulas, siendo especialmente relevante la dupla que formó en el juego exterior con el primero, poniendo a los griegos en el primer orden del baloncesto en Europa.

El momento cumbre de aquella selección llegaría en el Eurobasket de 1987, donde eran los anfitriones, celebrado entre el 3 y el 14 de junio de aquel año, donde los hombres dirigidos por Kostas Politis vencían en las Semifinales a Yugoslavia (81-77), imponiéndose en el partido por el Oro a la mismísima URSS de Gomelski, Sabonis y compañía (103-101), en un partido en el que Nikos Gallis anotaba la friolera de 40 puntos.

Por supuesto, el MVP del Europeo fue para nuestro protagonista, que entraba en el quinteto ideal del Torneo junto a Sarunas Marciulionis, Aleksandr Volkov, Andrés Jiménez y su compatriota Panagiotis Fassoulas. Lo sería en dos ocasiones más (1989 y 1991), siendo máximo anotador en cuatro Europeos (1983, 1987, 1989, 1991) y del Mundial de 1986.

En el siguiente Eurobasket (1989), celebrado en Zagreb, también se colgaría un metal, siendo esta vez la Plata. Tras ganar de nuevo a la URSS, esta vez en Semifinales (81-80), se caía en la Final frente a los anfitriones (98-77), Yugoslavia, liderada por Drazen Petrovic, MVP del Torneo.

Un excelso anotador al que la mala suerte apartó de la NBA, pero que permitió a Europa disfrutar de su juego. Un hombre nacido para sumar puntos. Lo sentimos, Celtics, pero os lo perdisteis…

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