El pasado uno de diciembre Nikola Mirotic hacía su debut en la temporada 22/23 en la pista del ALBA Berlín. Tuve el placer de presenciar “El retorno del rey” en uno de los pabellones más espectaculares en lo que a instalaciones se refiere de todo el viejo continente. La afición germana temblaba con Laprovittola antes de comenzar el partido, pero pronto se dio cuenta de que el player to watch era el hispano-montenegrino.
Jasikevicius ahora tiene la papeleta de reestructurar un equipo al que le había costado carburar. Reasignar roles nunca es tarea fácil, pero por Nikola Mirotic es algo que siempre merece la pena. El lituano tiene tiempo de sobra, no como con Higgins a finales del curso pasado. La intención es analizar con el mayor detalle posible los aspectos más importantes a tener en cuenta en el regreso de uno de los mejores jugadores de Europa.
Bases desde las que empezar a construir
Hay aspectos a destacar que son objetivamente positivos. Al final, un jugador de la talla de Niko sobre todo ofrece ventajas a su equipo. Una súper estrella de la Euroliga que debe asumir responsabilidades en un ataque posicional en el que los blaugranas están sufriendo más que otros años. Satoransky aún no ha terminado de despegar ofensivamente, Higgins sigue necesitando paciencia y Jokubaitis no ha logrado afianzarse como ese revulsivo que cambie partidos como sexto hombre.
En esta parcela, Laprovittola se ha consagrado como indiscutible líder de los catalanes. Hay quien ha hablado incluso de “Lapro-dependencia”. El argentino vive su mejor momento como profesional, pero es indiscutible que su verdadero rol debe ser el de ejecutor, delegando la responsabilidad de la pelota a otros jugadores y así destinar todas sus fuerzas a la anotación. Para esto, la figura de Mirotic se antoja vital, pues los tiradores pueden orbitar alrededor de su producción al poste bajo.
El ritmo ofensivo del Barcelona es bajo en este arranque de curso: 80’4 puntos por partido en Europa, por debajo de la mitad de tabla, y 83’7 en ACB, cuarto pero a bastante distancia del top 3. En ambas competiciones convierte nueve triples por encuentro y no llega al 75% de acierto en el tiro libre en competición doméstica. Cifras bajas para un candidato al título que sobrevive por un techo defensivo incalculable.
La presencia de Mirotic debe revocar esta situación y ofrecer una garantía a los de Saras que, además, sufren más si cabe en los últimos cuartos, donde apenas han ganado dos de los trece disputados (ante Maccabi y Baskonia). En esto tienen que ver los problemas de espaciado y autosuficiencia que ha podido sufrir el Barça en algunas ocasiones. La simultaneidad de Tobey y Sanli a veces es difícil de manejar, además de las lesiones de Abrines y Kuric. Los Kalinic, Vesely o Da Silva tampoco son grandes certezas en el lanzamiento exterior y la entrada en escena de la precisión e inteligencia de ‘Threekola’ solventa en gran medida las penurias en el lanzamiento y colocación en cancha.
No solo a nivel de acierto es clave el regreso del ala-pívot, sino también en la recolocación de dos jugadores que son claves en el esquema culé: Mike Tobey y Nikola Kalinic, que han asumido la gran mayoría de minutos en la posición de ‘4’ durante la adaptación del alemán Oscar Da Silva. Así, la rotación debe empezar a aclararse, pese a que ante ASVEL vimos la titularidad simultánea de Mirotic, Tobey y Sanli junto al backourt por excelencia (‘Sato’ y ‘Lapro’).
El liderazgo de Kalinic como alero es indudable. Presenciarlo en vivo muestra qué tan increíble es a la hora de leer el juego, ayudar, forzar faltas en ataque y todas esas virtudes que ahora tan de moda está llamar intangibles. El empaste del serbio con Mirotic, sobre el papel, es perfecto. A cargo de ellos corre la generación en el poste bajo, aun siendo perfiles distintos. También coinciden en el ansia que ambos tienen de ganar títulos, que es la última gran certeza que ofrece la vuelta de Nikola.
Tras un mal final de año, en el que se volvió a cuestionar el liderazgo del hispano-montenegrino, el último MVP de la competición debe desquitarse de las críticas en su cuarta temporada desde su regreso al viejo continente. Otra vez una carrera muy abierta para todos los candidatos, en la que el Barça debe hacer valer que este año no partía como el gran favorito para lograr resarcirse. Han fichado ganadores para rodear al jugador más hambriento que un club pueda tener como estrella hoy día y, como se suele decir, a la tercera va la vencida. Ya solo por casta y coraje este Barça terminará por funcionar en los momentos clave, pese a la necesaria mejoría en la fluidez ofensiva ya mencionada.
¿Qué provoca el escepticismo que se vislumbra en Can Barça?
Con todo lo que supone tener de vuelta a un jugador de la talla de Mirotic, hay ciertas cosas que pueden generar dudas, especialmente en el rendimiento azulgrana a corto plazo. Al fin y al cabo, el estatus y la calidad de un deportista así condicionan, normalmente para bien, la forma de jugar de un equipo.
El punto principal es el regreso a un ataque más lento y organizado, como cuando Calathes era el jefe de operaciones. El griego tenía al interior español como su principal aliado, ya fuera con pases al triple desde la esquina o cerca del aro por encima del defensor. Mirotic acapara todas las miradas del rival y esto fuerza a trabajar la pizarra para encontrarle posiciones de lanzamiento favorables.
El Barça de la temporada 22/23 había comenzado a jugar de forma más agitada que los dos cursos previos. Satoransky y Laprovittola se sienten cómodos en lo que coloquialmente se denomina correcalles. También Nnaji, que acostumbra a ser el pívot titular en la ACB. Y Tobey en Euroliga, como falso ‘4’, es experto en recibir como tráiler.
El volver a jugar con un cuatro puro no anula la posibilidad de contraatacar, pues Mirotic también es un gran tráiler y un perfecto tirador en transición, pero sí ralentiza un ataque posicional que, todo sea dicho, no era nada fluido. Laprovittola ha tenido que lanzar con el final de la posesión acechando innumerables veces. Quizá la nueva jerarquía acerque a los de Saras a un juego más natural sin privarlos de ese punto más de velocidad que han buscado durante el inicio.
Tomas Satoransky, el fichaje estrella del verano, no ha alcanzado aún su mejor versión, pero es evidente que es un jugador con menos necesidad de amasar balón que Calathes. Está por ver si eso favorece a nuestro protagonista o dificulta a los blaugranas el liberarlo.
La afición culé esperaba al base más vertical, pero ha llegado con un tobillo tocado y un periodo de adaptación que resulta ser más largo de lo previsto. De momento, la sensación de ser élite en defensa es indudable, pero sufre para dirigir al equipo y sacar sus propios tiros.
La facilidad con la que Mirotic genera puntos debe originar un efecto mariposa que ayude tanto al checo, como a ‘Lapro’ y Sanli a ajustar sus roles y tener lanzamientos más libres. Con la presión exenta de las manos de Satoransky, debe confirmarse también si en Can Barça hace falta el fichaje de un exterior para apuntalar la plantilla y el perfil que debería tener este en caso de firmarlo.
Las lesiones de Sergi Martínez y Kuric, las dudas con Jokubaitis como base puro y el forzoso regreso de Laprovittola a la dirección de juego, obligaron a tantear el mercado en Barcelona. La vuelta a las canchas del francotirador de Indiana paralizó la búsqueda de un nuevo refuerzo. La afición pedía un 1-2 autosuficiente, mientras que desde la directiva parecían apostar por un tres más grande.
Con toda la plantilla sana (salvo la baja de Abrines estas últimas semanas y la de larga duración de Sergi), Kalinic vuelve a figurar como alero puro y parece disipar los problemas que tuvieron los culés las primeras semanas. El próximo mes, con la reasignación de roles que debe hacer Jasikevicius, se antoja vital para esta decisión de incorporar una cara nueva. Si el FC Barcelona carbura, no será necesario fichar.
Otro aspecto que debe labrarse con paciencia es la defensa del bloqueo directo. En Berlín se vio a un Niko aún miedoso y lento al salir al flash. Es una de las cosas que quizá más tarde en volver a interiorizar el hispano-montenegrino, pues tras una lesión de larga duración, el jugador tiende a evitar un poco el contacto. Sanli nunca ha sido ni un velocista ni un gran intimidador, pero Saras suele conseguir protegerlo con grandes defensores como Kalinic o con la inmensa mejoría atrás de Tobey.
La combinación de Mirotic y el center turco en estos primeros encuentros tendrá un difícil encaje en defensa que los culés deben solventar con uno de los mejores defensores interiores de la competición como es Jan Vesely. La defensa siempre ha sido el pilar en el que se ha sostenido el conjunto blaugrana. El técnico lituano la temporada pasada construyó un auténtico muro, también cuando Mirotic y Sanli compartían pista. El paciente trabajo en ese aspecto se antoja vital para seguir elevando el techo del equipo.
Para terminar, algo de lo que ya hemos ido dejando algunas pinceladas; ¿Cómo va a quedar la rotación del Barcelona ahora que el grueso de la plantilla está disponible? La baja de Brandon Davies se ha suplido con un perfil muy distinto como es Vesely. Así, la segunda espada tras Mirotic en la producción al poste bajo ha pasado a ser Nikola Kalinic. A partir de ahí, la escuadra catalana está obligada a vencer y convencer.
Contaremos con que esta será la plantilla definitiva que manejará Jasikevicius hasta final de temporada. Con Satoransky como claro base titular y Jokubaitis como revulsivo, Laprovittola y Higgins compartirán el puesto de escolta y la responsabilidad como referencias ofensivas entre los exteriores. Kalinic, Abrines y Kuric serán los tres aleros, con el primero con capacidad de ayudar a los interiores y el último pudiendo ejercer como dos. Juan Carlos Navarro confeccionó una posición de tres muy potente.
En las posiciones interiores, el ansiado regreso del, para muchos, mejor jugador de Europa facilita mucho el trabajo al cuerpo técnico. Como indiscutible ala-pívot titular parte Don Nikola Mirotic, estrella y capitán del equipo blaugrana. La paciente adaptación de Oscar Da Silva como su suplente delega responsabilidades al readaptado Mike Tobey, que se ha confirmado como un fantástico cuatro grande, pues ha mejorado su movilidad defensiva y ha mantenido su inteligencia, su capacidad para jugar por encima del aro y su acierto exterior. Saras tiene en él un diamante oculto.
Sanli, hasta la fecha, sigue siendo el pívot titular. Pero con Mirotic sano, es más probable que la pareja que decida los duelos sea la que forme junto a Jan Vesely, quien debe adelantar al otomano en la rotación. “El otro checo” debe fortalecer la defensa y facilitar el reparto de juego a los bases con su inteligencia y potencia física, convirtiéndose así en un perfecto complemento para cerrar un poderoso quinteto y rotación corta, con la aportación de Paulí y Nnaji sobre todo en los encuentros de liga doméstica.
Así, queda analizado y definido el posible trabajo que tienen ante sí Jasikevicius y su Barça para adaptar a un Mirotic que ha vuelto muy acertado y parece que a un gran nivel físico. Si toda la teoría se cumple, los culés volverán a ser claros candidatos a hacerse con el máximo título europeo. La temporada es larga, pero también la plantilla y comienza aquí el tercer intento consecutivo para hacerse con el tercer trofeo de campeones de Europa de la historia del club catalán.
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