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Costa a costa

Pedro García Rosado: “No valoramos lo suficiente la calidad de entrenadores que tenemos en España”

Entrevistamos al entrenador malagueño, que actualmente se encuentra como asistente en las filas de los Eagles de la Universidad de Eastern Washington, en la NCAA I

Pese a sus 32 años, Pedro García Rosado (Torremolinos, 1990) ya posee una larga trayectoria como entrenador principal, asistente e incluso Director Deportivo en numerosos clubes nacionales e internacionales. Graduado en Gestión deportiva, ha entrenado desde su formativa Escuela de Baloncesto Guindos y Unicaja de Málaga de 2006 a 2012, pasando por Inglaterra (Leeds, Huddersfield y Reading), la Canarias Basketball Academy, Picken Claret de Valencia, Al-Qazeres en Primera Femenina e incluso un equipo de la Segunda Islandesa. Sin embargo, tras su paso por ese pequeño pueblo islandés, en la temporada 2021-22 se unió al staff de baloncesto masculino de la Eastern Washington University, situada en Cheney, Washington, como director de operaciones. Posteriormente fue nombrado entrenador asistente antes de la temporada 2022-23. Los Eagles compiten en la División I de la NCAA, concretamente en la Conferencia Big Sky, que no es una de las Power Five pero contiene un muy buen nivel universitario.

A través de videoconferencia, pues se encuentra en estas fechas señaladas en la fase de reclutamiento para la siguiente temporada, Pedro se muestra ilusionado por su puesto actual e importancia en el equipo. Repasamos su gran temporada, en la que han conseguidos hitos de su Conferencia a pesar de no haber podido alcanzar el March Madness debido a su derrota ante Northern Arizona en los clasificatorios. Fueron invitados posteriormente a uno de los torneos más prestigiosos del país, el National Invitation Tournament. Por otro lado, también nos cuenta su opinión de la reciente Copa del Rey conseguida por su club de la adolescencia, así como sus experiencias en todos esos países en los que ha trabajado y estudiado.

Pregunta: Lo primero de todo, felicitarte por esta temporada. Habéis ganado la liga regular de la Conferencia y conseguisteis una racha de récord histórico con el 16-0 en Big Sky.

Respuesta: Muchas gracias. Ha sido un año espectacular. En un momento dado llevábamos dieciocho victorias seguidas, la racha más larga de todo el país. Sobre todo, cada victoria hacía que trajéramos más gente al pabellón. Y al final, los últimos seis partidos en casa, aquello era una olla a presión. No nos escuchábamos ni entre nosotros. Así que la verdad que fue muy divertido.

P: Perdisteis contra Northern Arizona en el clasificatorio al March Madness (5-13 en la temporada) por un punto con un triple en el último segundo de diez metros. David Riley (el entrenador principal) dijo: «Para ser sincero, nunca había sentido algo así» ¿Cuáles fueron las sensaciones tras el partido? ¿Cómo lo llevasteis los jugadores y cuerpo técnico?

R: Fue de estas cosas que solamente pasan en marzo, en College. Nos pasó a nosotros. Nos derrumbó un poco mentalmente. Al final el objetivo era ir al March Madness. Y encima ocurrió de la peor manera posible, pues era nuestra responsabilidad. Íbamos seis arriba a falta de cuarenta segundos. La cagamos nosotros, no es culpa de nadie más.

A nivel de staff tenemos que hacerlo mejor, lógicamente: tenemos que poner a los jugadores en una mejor situación. Tenemos chicos muy competitivos, somos muy ganadores. Fastidió sobre todo a los jugadores senior que ya se van este año. La siguiente semana estábamos tocados. Toca mejorar, esa es la conclusión que sacamos.

P: Steele Venters MVP de Conferencia, Riley entrenador del año, Angelo Allegri quinteto, Ethan Price… ¿Cuáles crees que han sido las claves para esa racha y conseguir esa regularidad?

R: La historia de Venters es muy curiosa. Él se pagaba sus estudios en la Universidad y no jugó apenas los dos primeros años. Cuando se fue el antiguo entrenador a Portland y Riley ascendió de asistente a head coach, este le prometió que iba a tener un papel muy importante y que le iba a dar la beca. Desde entonces ha jugado con nosotros en condiciones con medias de dieciséis o diecisiete puntos por partido, siendo MVP este año. Por desgracia para nosotros, este año se transfiere a Gonzaga -a quince minutos de Cheney-.

Hay varias razones para que este año haya sido tan bueno. Por un lado, los entrenamientos tan competitivos, incluso de los jugadores que no jugaban, ya que al final juegan siete u ocho jugadores y son quince. El nivel de los entrenos era a veces más difícil, más duro, que los partidos de liga. Con una exigencia física y competitiva brutal. Además, el scouting era muy importante y preparábamos los partidos en función de los rivales. Todo el grupo estaba muy comprometido. El buen ambiente propiciado por Coach Riley ayudaba mucho en la dinámica y el buen rollo. Los jugadores tenían mucha libertad para que se sintieran cómodos durante el día a día. Por supuesto, necesitas el talento suficiente para competir contra tantos buenos equipos.

P: ¿Cómo combináis en el cuerpo técnico y los jugadores los estudios y sus entrenamientos? ¿Es duro para ellos que las exigencias sean altas en ambos apartados? He leído que la Universidad es una de las que tiene la nota media más alta de la NCAA I.

R: Aquí tenemos el GPA –Grade-Point Average-. La media sobre cuatro en Eastern Washington es de un 3,3 acumulado, que es algo muy alto. ¿Y eso cómo se consigue? Bueno, la Universidad nos da muchas facilidades en el aspecto de que tenemos muchos tutores disponibles para los jugadores, para cada momento en el que ellos lo necesiten. Los profesores en los viajes les dan tiempo extra si tienen que hacer un trabajo, por ejemplo. La verdad es que los entrenadores estamos también muy pendientes de los jugadores a nivel académico. Todos los lunes, los chicos tienen que acudir a los que somos sus responsables -tres o cuatro jugadores cada uno-. Vienen a nuestra oficina y nos deben enseñar sus notas y qué tienen esa semana por delante: muchos trabajos o muchos exámenes, etc. Estamos pendientes de todo eso.

Muchos jugadores no llegarán a ser profesionales, y los que lleguen no lo estarán toda la vida. David Riley insiste mucho en eso. Cuando comenzamos el reclutamiento de un jugador, realizamos un Power Point y lo primero que ponemos es la parte académica. Claro que intentamos que los jugadores Senior lleguen a Pros. Sin embargo, si llegan a jugar diez años a nivel, pongamos, LEB Plata o LEB Oro, no les da para nada, solo para disfrutar esos diez años y ya está. Luego llega la vida laboral y tienen que estar preparados para ello.

P: Ahora mismo os encontráis en fase de reclutamiento, ¿verdad?

R: Exacto. Piensa que han cambiado las cosas desde hace un par de años con la nueva situación del Transfer Portal. Los jugadores antiguamente se podían cambiar de Universidad, igual que ahora, pero se tenían que pasar un año sin jugar. A día de hoy los jugadores pueden cambiarse de Universidad y jugar directamente. ¿Qué ocurre ahora? Pues se ha creado un mercado en el que cada vez que un jugador rinde medio bien, se mete en el Portal para intentar ir a sitios más grandes.  Aparte, se suma otro factor que ha entrado ahora, que se llama NIL –Name, Image and Likeness-, es decir, que los jugadores pueden cobrar por sus derechos. Entonces claro, hay cantidades de dinero muy grandes a nivel de Universidades altas. Ocurre similar al nivel pro, si como jugador lo haces bien, para el año siguiente tienes ofertas mejores. Pues aquí es un poco lo mismo.

Lo que hacemos por lo general en esta fase es traer a los jugadores de visita. Por leyes de la NCAA solo pueden estar dos noches, por lo que estamos trayendo un par de jugadores cada semana para que nos vean y para que nos conozcamos. Siempre los ponemos también un poco a entrenar con los jugadores para que vean como entrenamos y como somos. Los dividimos por grupos de tres y por posiciones. Después compiten 2vs2, 3vs3, 4vs4. Así los analizamos y vemos, ya que por temas de NCAA hay muchas reglas que prohíben tomar medidas -de altura, peso, salto, etc-, por lo que los ponemos a competir y ahí decidimos. Casi siempre que traes a un chico de visita es porque quieres ficharlo, ya que ya hemos hecho el proceso de scouting y sabemos el tipo de jugador que es. Normalmente vienen de College Junior o NCAA II, de nivel inferior al nuestro. Otras veces los traes porque en el vídeo hay pequeños detalles que no quedan claros y así nos aseguramos. De esta manera “reponemos” el roster.

P: ¿En qué te fijas más a la hora de hacer scouting, en el físico o en el IQ?

R: Nosotros priorizamos mucho más el IQ que la parte atlética. Preferimos que un jugador sepa pasar mejor que la media. Que posea visión de juego, entender lo que pasa en el campo. Preferimos todo eso mucho más que el que peguen grandes mates y salten mucho. Está bien lo contrario, y hay otras universidades que son diferentes, juegan más a nivel de la parte física, de presionar más, de defender más agresivo con los demás. Pero nosotros estamos un poco en el otro lado, un poquito más de estilo europeo en ese aspecto. Es cierto que al final, hoy el físico lo puedes coger más adelante, pero la inteligencia es muy importante desarrollarla. Es en los entrenamientos donde sí que vemos cómo de rápido un jugador es capaz de coger la idea que le soltamos y aplicarla.

P: Al pertenecer a División I, ¿Eastern Washington tiene más o menos recursos económicos e infraestructurales que otros equipos universitarios?

R: Somos la Universidad de la Big Sky en los últimos 10 años que tiene más victorias. Hemos ido, en los últimos cinco años, dos veces al Madness. En los últimos 10 años, creo que tenemos siete MVPs. Entonces somos la Universidad más laureada en ese aspecto en Big Sky, pero a nivel de recursos que estamos en nivel medio de la liga, ya que en nuestra conferencia no hay grandes diferencias a nivel económico. Cuando ya te vas a lo que se llama aquí Power Five, que son las conferencias más grandes… ¿Qué diferencias hay con ellas? Viajan en aviones privados, tienen pabellón de baloncesto solamente para el masculino, luego otro solamente para femenino, gimnasio de pesas para ellos solos.

Nosotros tenemos nuestro pabellón, pero sí que lo compartimos con baloncesto femenino y voleibol, que no es tanto. Claramente, tenemos muchísimo acceso y siempre entrenamos y gestionándolo bien no tiene por qué haber problemas. Tenemos luego aparte dos pistas de entrenamiento extra por si acaso, que eso es una pasada si lo comparamos con Europa.

P: Has pasado por L´Alqueria del Basket en Valencia. Ahora mismo, se considera como una de las mejores instalaciones deportivas de nuestro país. Tú que has entrenado en infinidad de complejos deportivos en muchos países, ¿cómo son en comparación los de una Universidad de Division I como la que tenéis en Cheney?

R: L´Alqueria está en el top mundial. Por cómo lo tienen organizado, no tienen nada que envidiarle a nada comparable en el resto del mundo. En EEUU hay alguna cosa parecida, pero no es lo común. Eso sí, aquí estamos muy por encima de ACB y otras ligas europeas. Las salas de fisios y de pesas son enormes, máquinas de tiro de sobra, jacuzzi de agua fría y caliente, las saunas. Y solamente es para nosotros, para los del deporte universitario. Además, en el tema de los asistentes, tenemos mucho más personal en cuanto a staff y entrenadores. Seguro que en Euroliga hay equipos que estarán muy bien en estos aspectos, pero no hay punto de comparación.

P: Si te parece, vamos a echar un poco la vista atrás. Has entrenado y sido director deportivo de muchas canteras, como Unicaja, en Inglaterra, en la Canarias Basketball Academy, Picken Claret, Cáceres, Islandia… Ahora que te encuentras en un entorno muy profesionalizado, ¿qué echas de menos de esas canteras que eran más corazón que recursos?

R: Es algo muy bonito. Es una pasada lo que se hace en España, a nivel de sacrificio que hacen esas personas, porque hay mucha gente que lo hace casi de manera voluntaria y con recursos muy bajos, salarios muy bajos. Y hacen un trabajo brutal en España para desarrollar a esos chicos y chicas. Compiten cara a cara con Estados Unidos, siendo son dos mundos diferentes, el Primer Mundo y Tercer Mundo en cuanto a recursos económicos para el deporte e instalaciones. En ese aspecto, yo creo que no lo valoramos suficiente. Lo que tenemos en España, la calidad de los entrenadores que tenemos, la calidad de la formación de los entrenadores. Esto es algo que no se tiene casi en ningún lugar del mundo. Toda esa gente que curra por muy poca pasta por algo voluntario, tratando a veces esto como una afición muy guay, muy divertida. Algunos entrenan tres o cuatro equipos y vive de eso. Chapó por ellos. Debemos saber que podemos tener un impacto real en muchos chavales, en su educación, en sus vidas.

P: Jugaste y entrenaste en la cantera del Unicaja muchos años. También entrenaste a jugadores como Alberto Díaz. ¿Cómo viviste la Copa del Rey de Unicaja?

R: Fue muy guay. Yo era ayudante del Junior de Unicaja. Jugué una temporada además con el hermano de Alberto, Ernesto Díaz, que era un crack, que tenía un nivel tremendo, y llegó a jugar en LEB Oro. Y a Alberto lo quiero, claro, casi como a un hermano pequeño. Todos en Málaga lo queremos. Es nuestro capitán, nuestro líder.

Juanma Rodríguez, el director deportivo, está haciendo una gran labor, un curro tremendo. Con Ibón ahí a la cabeza fíjate lo que han conseguido, ahora renovando casi todo el equipo. Yo he disfrutado mucho. Mi madre también, porque es aficionada de Unicaja a muerte. Está claro que en Málaga se vive muy bien, y si encima ganan y les cuidan todos los aficionados, es una mezcla perfecta para conseguir que los jugadores se queden aquí.

P: ¿Qué te está pareciendo la labor de Ibón Navarro?

R: Tiene una enorme trayectoria y está muy consagrado. Es élite de España por cosas como lo que hizo en Andorra, por ejemplo. Se disfruta mucho viendo a los equipos de Navarro defender, y, en ataque, tienen estrategias muy sencillas que funcionan bien. Las cosas que tiene Unicaja es que conserva a personas que son gente de la casa, de toda la vida, y ese tipo de cosas también ayuda. Gente de club que conoce los cimientos de arriba abajo, haciendo un trabajo brutal durante todos estos últimos años. Así que me alegro mucho por ellos, son buenos amigos.

P: Has estudiado varios cursos relacionados con administración empresarial y deportiva. ¿El baloncesto siempre fue tu primera opción o fue algo que llegó con la inercia?

R: Un poco de todo. Sí que es cierto que me flipa el baloncesto, y cuando empecé a entrenar peques en la escuela de los Guindos con mi entrenador Tomás Rueda, que fue un poco el que me inició en esto, pues disfrutaba mucho y así empezó la cosa. Cada vez disfrutas un poquito más, un poquito más, ves que te salen oportunidades por ahí fuera y empiezas a mirar, a probar. Y como van saliendo las cosas bien, te das cuenta de que ya vas a muerte con ello.

P: Has sido (y eres) un trotamundos. ¿Cómo lo lleva tu familia?

R: Al principio no le gustaba, como el primer año cuando les dije me iba a Inglaterra. Me dijeron: “¿qué vas a hacer en Inglaterra? Tú te quedas, que aquí se está muy bien. Estudia aquí tu carrera”. Pero ahora ya les encanta la idea, les gusta viajar. Entonces donde yo vaya, ellos vienen de viaje. No les gusta que su hijo se vaya por ahí siempre, claro. Por ejemplo, tengo una sobrina pequeña que va a cumplir tres años y está lejos. Te cuesta muchísimo no estar cerca, pero bueno, no se puede tener todo en la vida, esa es la realidad. Yo he apostado por la parte del trabajo, que me gusta mucho, que disfruto mucho. Eso sí, siempre que puedo, vuelvo a visitar a mis seres queridos.

P: ¿Qué tal la experiencia de entrenar en la Segunda liga de Islandia?

R: Brutal. Estuve en el Sindri Hofn, en un pueblecito de 2000 habitantes, muy lejos de Reykjavík, en una esquina de la isla. El equipo nunca había hecho nada relevante, estaban abajo en la tabla. Islandia siempre me había apasionado, entonces cuando me lo propusieron por llamada, acepté, pues las condiciones también eran muy guays, muy buenas. Pudimos fichar jugadores muy interesantes tanto de España como a nivel europeo. Fue la primera vez que pusimos al club entre los cuatro primeros de la Liga, compitiendo muchísimo, así que fue una experiencia brutal. Pude viajar, conocer todo el país, y me quedé con muchas ganas de volver a Islandia de vacaciones en cuanto pueda.

De hecho, sigo en contacto con ellos. Después de irme yo, ficharon a otro entrenador español, Israel Martín, que lleva ya dos años ahí. Ha mantenido al equipo entre los cuatro primeros, también consiguió semifinales de la Liga este año con varios chicos españoles.

P: Tu compañero en Eastern Washington, Mark Darnall, ha sido contratado como entrenador jefe en la Universidad de Jessup. ¿Te verías dispuesto a aceptar el cargo de head coach de alguna Universidad en este punto de tu carrera?

R: Su sueño era ser primer entrenador. Demuestra que cuando lo haces bien, otras Universidades se fijan en tu talento y en el staff. Estamos muy contentos por él.

Por mi parte, ahora mismo no creo que aceptara el puesto. Estoy muy a gusto como ayudante, yo ya viví experiencias de primer entrenador. Estoy conforme con el rol que tengo, ayuda también mi gran relación con Riley, ya que somos amigos. Estaría encantado de seguir con este rol por mucho tiempo, y mi único objetivo a día de hoy es llegar al March Madness, porque la última vez que estuvieron fue el año anterior a mi llegada. Me cuentan anécdotas, me enseñan vídeos y se te ponen los vellos de punta, por lo que quiero vivir esa experiencia.

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