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Reflejos

Los insuficientes Celtics de Pitino

Nos centramos en Pitino y sus desastrosos Boston Celtics. ¿Por qué un genio del baloncesto universitario «fracasó» con los verdes?

Dice el refrán que “a grandes males grandes remedios”. Eso es lo que debieron pensar en la franquicia más histórica de la NBA, los Boston Celtics, cuando en la temporada 95/96 firmaron el peor registro de su laureada historia, ni más ni menos que una marca de 15 victorias y 67 derrotas. Como era de esperar, el entonces técnico durante las dos últimas temporadas, Michael Leon Carr fue cesado de manera fulminante. Los Celtics necesitaban un golpe de efecto, alguien que pudiese dar la vuelta a la situación y volver a los días de gloria que no hacía tanto disfrutaban en el Boston Garden.

En Lexington estaban acostumbrados a ganar, a competir con los mejores, pero desde que en 1978 Kentucky se hiciese con su quinto título nacional no habían vuelto a pisar una final del March Madness. No hasta que en 1993 lo hiciesen de la mano de un Rick Pitino que 4 años antes se había hecho con las riendas de los Wildcats y que en tan solo 8 temporadas como Head Coach conseguiría tres finales y el sexto título de la historia de la universidad, el logrado en la temporada 1995/96 con Antoine Walker, Ron Mercer o Tony Delk entre otros a sus órdenes. Pitino había logrado resucitar a un programa ganador por excelencia, devolverles sus días de vinos y rosas y eso era lo que precisamente buscaba un equipo profesional del estado de Massachussets.

El 18 de abril de 1997, tan solo un par de semanas después de perder la final de la NCAA ante la Arizona de Mike Bibby, Jason Terry o Miles Simon entre otros, Rick Pitino comparecería en un foro organizado por Bloomberg. “Volveré a mi hogar, Kentucky a intentar ganar otro Campeonato. No hay cantidad de dinero suficiente que me haga abandonar” declararía el técnico neoyorkino, pero se equivocaba, sí que había precio para su salida.

Apenas diez días después de esas declaraciones Rick Pitino firmaría con los Boston Celtics el contrato más alto para un entrenador hasta la fecha, 70 millones de dólares y una duración de 10 años.

En su presentación como entrenador y presidente de operaciones de los Boston Celtics, Rick Pitino dijo lo siguiente: “Se que no es un camino fácil, es uno difícil. Me podría haber quedado en Kentucky siendo muy feliz, pero hay un reto que quiero asumir. Es el aura de los Boston Celtics. Es mágico”; “Ahora, tengo una situación similar a nivel profesional a la que tuve hace ocho años en este nivel: algo lleno de gloria, lleno de tradición, lleno de maravilloso orgullo que me gustaría volver a ver alcanzar el campeonato”.

1997/98 – Suerte maldita

El draft de 1997 sería la antesala de lo que le esperaba a Rick Pitino en su etapa como entrenador de los Boston Celtics. Tras una desastrosa campaña, Boston y Vancouver, con una derrota más que los orgullosos verdes, partían como favoritos por conseguir la primera elección del draft, sin embargo, un caprichoso desenlace con el sorteo hizo que ese prestigioso lugar lo ocupasen los San Antonio Spurs y no los de Massachussets. Finalmente, los tejanos elegirían al pívot procedente de la universidad Wake Forest, Tim Duncan, mientras que los Celtics usarían sus dos elecciones de primera ronda para elegir en el tercer pick a Chauncey Billups de la universidad de Colorado y en el sexto a un viejo pupilo de Pitino en Kentucky, Ron Mercer. El equipo de la 97/98 comenzaba a tomar forma.

La primera temporada de Pitino al frente de los Celtics fue de todo menos tranquila, si a los movimientos realizados desde su despacho nos referimos. Pitino consiguió rodearse de hasta cuatro ex Wildcats, el recién drafteado Ron Mercer, Antoine Walker quien había sido elegido la temporada anterior vía draft, Walter McCarty quien llegaría vía traspaso procedente de los Knicks y Reggie Hanson quien coincidió con Pitino en sus primeros años en Kentucky y que, tras firmar un contrato de 10 días de duración en marzo del 98, firmaría otro para el resto de la temporada, disputando apenas 8 partidos enfundando la camiseta de los Celtics y como curiosidad, siendo el último jugador en llevar el dorsal 34 antes que un tal Paul Pierce.

Además de rodearse de gente de su confianza, Pitino realizaría una decena de cortes de jugadores, entre ellos Rick Fox, Dino Radja o Scott Brooks. Traspasaría a múltiples miembros de la plantilla como Eric Williams, Tony Massenburg o el flamante número 3 del draft Chauncey Billups. A cambio llegarían nombres como Kenny Anderson, Zan Tabak, Popeye Jones o Dontae’ Jones entre otros. Demasiado movimiento para acabar la temporada con una marca de 36 victorias y 46 derrotas, penúltimos en la división Atlántico y fuera de playoffs.

1998/99 – La llegada de Paul Pierce.

Se podría pensar que si la temporada anterior la suerte fue esquiva con los Celtics en el draft privándoles de ser el primer equipo en elegir, con casi toda probabilidad, a un jugador que sería dominador y generacional como Tim Duncan en la elección de novatos de 1998, la diosa Fortuna le habría dado la espalda a los de Boston dejándoles un décimo pick y viendo como delante suya salían nombres como los de Antawn Jamison, Vince Carter, Jason Williams, Mike Bibby y, sobre todo, Dirk Nowitzki.

Rick Pitino había viajado hasta Roma, Italia para realizar un entrenamiento privado con el jugador alemán, Pitino, impresionado por lo que había visto, le pidió a Dirk que no se presentase en el Draft Combine, que le elegirían con el décimo pick, Rick estaba seguro de que tenían a su jugador. Pero el destino, o más bien los Dallas Mavericks, tenían guardado un As bajo la manga, los Milwaukee Bucks seleccionarían con el noveno pick a Nowitzki quien sería traspasado de manera inmediata a los Mavs a cambio de Robert Traylor. De esta manera los Celtics, resignados realizaron la siguiente elección: “With the 10th pick in the 1998 NBA Draft, the Boston Celtics select Paul Pierce from the university of Kansas”.

La temporada no daría su pistoletazo de salida hasta el 5 de febrero de 1999 debido al cierre patronal de los jugadores de la NBA. Esto alteró el calendario de la competición reduciendo el número de partidos de 82 a 50.

Los movimientos realizados por Rick Pitino en la configuración de la plantilla fueron menores que en la temporada anterior, pero no por ello menos controvertidos. Antes de comenzar la regular season, los Celtics mandarían a los Angeles Lakers a Travis Knight a cambio de Tony Battie y ya en marzo harían lo propio con Andrew DeClercq y una elección en primera ronda del draft de 1999 a cambio del center de Cleveland Cavaliers, Vitaly Potapenko.

La (corta) temporada se saldaría de nuevo con un récord negativo para los Celtics de Pitino, 19 victorias y 31 derrotas, 5ºs en la división atlántica a 8 partidos de los New York Knicks, a quienes por cierto Coach Rick entrenó justo antes de unirse a los Wildcats de Kentucky. Los de la Gran Manzana acabarían octavos clasificados en el este y llegarían a las finales de la NBA donde serían derrotados ¿se acuerdan del draft de 1997? por los San Antonio Spurs de Tim Duncan.

1999/00 – El principio del fin.

El draft de 1999 apenas tendría repercusión para los Celtics ya que, recordemos que no disponían de ninguna elección en primera ronda puesto que la suya fue a parar a Cleveland en el traspaso de Vitaly Potapenko, elección con la que, por cierto, los Cavs eligieron en 8ª posición a Andre Miller. Los de Pitino tan solo disponían de una segunda ronda, la elección 55 en la cual seleccionarían a Kris Clack, un base de la universidad de Texas que nunca llegaría a firmar con los Boston Celtics y que nunca jugaría en la NBA.

Tras un draft con nula repercusión para el roster de los Celtics, a Pitino le tocaría trabajar duro en el verano del 99. Firmaría al undrafted Adrian Griffin, a Calbert Chaney y a Wayne Turner (sería cortado en noviembre) como agentes libres, y traspasaría a su segundo máximo anotador en la anterior campaña, Ron Mercer junto a Popeye Jones y Dwayne Schintzius a los Denver Nuggets a cambio de Eric Williams (a quien traspasó en su primera temporada), Eric Washington, Danny Fortson y una 1ª ronda para el draft de 2001.

Si en la anterior temporada los Celtics habían contado con hasta cinco jugadores promediando dobles dígitos en anotación, en la 99/00 tan solo Antoine Walker (20,5), Paul Pierce (19,5) y Kenny Anderson (14) repetirían tal hecho. Esto y el bajo rendimiento defensivo, un defensive rating de 105,6 puntos (18º de 29 equipos) propiciarían de nuevo una marca negativa de resultados, 35 victorias y 47 derrotas. Quintos clasificados en la división Atlántico y a siete partidos ganados del octavo clasificado.

La relación entre la afición céltica y el técnico neoyorkino se tensaba cada vez más, hasta el punto en el que Rick Pitino realizaría en marzo del 2000 declaraciones como esta: «Larry Bird no cruzará por esa puerta, fans. Kevin McHale no cruzará por esa puerta, y Robert Parish no cruzará por esa puerta. Y si esperáis que entren por esa puerta, van a hacerlo siendo viejos y con canas».

2000/01 – Abdicación.

Los Boston Celtics partían con la undécima elección del draft del 2000, y elegirían al pívot francés procedente de la universidad de UCLA, Jérôme Moïso, quien tan solo jugaría 24 partidos en su única temporada como jugador Celtic y con apenas relevancia en el equipo.

La presión pesaba cada vez más sobre los hombros de Rick Pitino, quien en su llegada a Boston había prometido a los fans de los Celtics disputar los playoffs en tan solo 3 temporadas, y de esta manera comenzaba su cuarta campaña, sin aún haber conseguido un récord positivo.

A Boston llegaron vía agencia libre Mark Blount, Randy Brown y Chris Carr. También formaron parte de un traspaso que implicaba a 4 equipos, desprendiéndose de Danny Fortson (Golden State Warriors) y Dana Barros (Dallas Mavericks) a cambio recibirían una primera ronda del draft de 2001 vía Jazz, a Hot Rod Williams y a Robert Pack, quien sería traspasado en noviembre junto a Calbert Chaney a los Nuggets a cambio de Chris Herren y Bryan Stith.

Todos los movimientos realizados bien en el draft, bien en la agencia libre o mediante traspasos no cambiarían el rumbo de las cosas. Un comienzo de temporada con una marca de 12 victorias y 22 derrotas provocarían que el 8 de enero de 2001, Rick Pitino dimitiese como entrenador y presidente de operaciones de los Boston Celtics, renunciando a los 6 años y medio y 27 millones de dólares restantes de su contrato. «A veces cambiar es bueno solo por cambiar cuando las cosas no van bien», declaró Pitino. «Es desgarrador para mí, lo que ha pasado aquí. Amo a los Boston Celtics y siempre seré un fan».

¿Por qué fracasó Rick Pitino en los Boston Celtics?

Años después, Antoine Walker daría algunas de las razones por las que la fórmula Pitino, tan exitosa a nivel universitario, no funcionó en los Boston Celtics: «El entrenador Pitino no fue paciente», dijo Walker a Michael D. McClellan de Celtic Nation. «Firmaba chicos y los cambiaba de inmediato. No dio tiempo a ciertos jugadores para desarrollarse. Reclutamos a Chauncey Billups y lo cambiamos después de media temporada». A lo que añadió: «El entrenador también quería jugadores que pudieran jugar su estilo, pero ese estilo no podía trasladar al nivel profesional «, explicó Walker. «No puedes presionar durante 48 minutos en la NBA. La temporada es demasiado larga».

Rick Pitino dejaría los Boston Celtics con un bagaje de 102 victorias y 146 derrotas (41,1% de partidos gandos), ninguna temporada con saldo positivo y con transacciones que devaluaron a la franquicia, si bien, en su debe, consiguió a la que sería una de las leyendas de la franquicia vía draft.

Tan solo siete años después, lo Boston Celtics volverían a ser campeones de la NBA de la mano de Doc Rivers y con Paul Pierce como líder del equipo (junto a los Kevin Garnett y Ryan Allen). Rick Pitino firmaría como entrenador de la universidad de Louisville tan solo un par de meses después de su dimisión en Boston Celtics y en 2013 conseguirían ganar el título nacional, el tercero en la historia de los Cardinals y el segundo para Pitino. Un claro ejemplo de que en la NBA no siempre uno más uno son dos.

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