Nunca es fácil sentenciar de esta forma. Sólo cinco puestos para un Mundial de 32 selecciones y 384 jugadores en el que ha habido sorpresas de dimensiones abrumadoras; la eliminación de Francia, el enésimo “sorpasso” italiano a Serbia, el espectacular juego báltico al que ya hay que sumar a Letonia como parte de esa zona que predica baloncesto o el gran aumento de nivel de los equipos africanos. Un Mundial con un claro aumento del nivel medio que ha dado lugar a una segunda fase durísima en la que se han despedido conjuntos buenísimos como España, Australia, Brasil, República Dominicana o Montenegro y nos deja unos cuartos de final que se vaticinan espectaculares. Por ello vamos a alabar a cinco jugadores que nos han permitido disfrutar más si cabe de este torneo por poner encima de la mesa cuando nadie lo esperaba.
Es necesario hacer algunas menciones honoríficas de jugadores que ya hemos visto hacerse un hueco en el baloncesto de primer nivel con su equipo y cederán su lugar a algunos con menor recorrido. Son los casos de Tremont Waters, Carlik Jones y Andrés Feliz como los máximos exponentes. Es probable que hayan sido tres de los mejores cinco guards del circuito hasta su eliminación. Los dos primeros llegaban con mucho hype y han cumplido las expectativas. Otros cuyo rendimiento parecía estancado han sacado a relucir sus mejores versiones como pudiera pasar con Jokubaitis o Klemen Prepelic y jugadores que son sencillamente buenísimos aunque no esperábamos que tuvieran un papel tan destacado como Mo Wagner o Xavier Cooks. No habrá ningún puertorriqueño por exceso de candidatos de gran predilección personal, pero hemos incluido cinco países distintos. Destacar al neozelandés Finn Delany por mentar a alguien de una selección que me ha sorprendido gratamente y a quien veremos en Euroliga este año con un valiente ALBA Berlín y, ahora sí, pasamos a incidir en los cinco protagonistas.
Josh Hawkinson
El número uno de una selección japonesa que crece a pasos agigantados, que jugará por primera vez unos Juegos Olímpicos sin condición de anfitriona en este siglo y que ha permitido elevar el tono físico de un grupo que siempre sufre por ello, más sin contar con Hachimura en sus filas. El pequeño base Yuki Kawamura también opositaba a ganarse un puesto, pero los guarismos de Hawkinson le han apartado de esta lista. 21 puntos, 10,8 rebotes (ostentando el récord de este Mundial hasta la fecha con 19 ante Finlandia, también empató el de tapones de Banchero con cuatro ante Cabo Verde) y 28,6 de eficiencia, llegando a 44 en el duelo ante los fineses.
En naturalizado japonés es el séptimo en promedio anotador y el segundo en el de capturas sólo por detrás de Tavares. Capaz de lanzar de tres, sus porcentajes reseñan su dominio en el torneo: 25/34 en T2, un 73,5%, 5/17 en T3, rozando el 30% y un tremendo 40/45 en TL, un 89%. De él sólo se puede apuntillar la regularidad, pues en tres partidos ha superado los 25 puntos (en uno de ellos los treinta) pero en los otros dos no ha alcanzado los diez, con unos porcentajes de acierto de 0% y 20% en tiros de campo en esos dos juegos. A sus 28 años y con 2,08 de estatura, Hawkinson por lo pronto seguirá jugando en los Shinshu Brave Warriors de la B League japonesa, pero ha conseguido que el baloncesto internacional le conozca, le tema y, seguro, le tenga en el radar para futuros ‘mercados de fichajes’.
Arturs Zagars
Es más conocido que el resto de la lista por su paso por la cantera de la Penya, en el cual las constantes lesiones no le permitieron ser más que esa eterna promesa. El segundo más valorado de su selección por detrás de un Andrejs Grazulis que también ha rozado la participación en este artículo como nombre propio, pero las sensaciones que ha transmitido el base han sido para dedicarle unas pocas líneas por delante del interior de Trento. En su primer partido, ante Líbano, dejó once pases de canasta y ha demostrado con holgura que tiene una visión sobrenatural para este deporte.
Sus 12,4 puntos con excelsos porcentajes de 58% en tiros de campo y 43% (!!) en el triple, sumados a sus 5,6 asistencias y un gran +43 acumulado en el más menos lo confirman como uno de los bases del torneo, y es que es el titular de la selección sorpresa y aún se mantiene con vida para los cuartos de final que están a punto de llegar. El Nevezis lituano seguirá disfrutando un año más del joven director de 23 años y 1,90 de altura que, insisto, ha dejado un sabor de boca tremendo, de auténtico mago, en lo que llevamos de campeonato y no hay duda de que sonará para equipos muy importantes pronto. Computa como jugador formado localmente en ACB, Joventut mantiene sus derechos.
Ehab Amin
El indiscutible líder de una Egipto que ha rozado la clasificación para los Juegos Olímpicos como mejor equipo africano, sólo superada por Sudán del Sur. Dominador de todos los apartados estadísticos menos en rebotes donde es tercero con 4,8 por encuentro: puntos (19,4), asistencias (5,6) y eficiencia (18,6). Menos en el primer partido ante Lituania en el que apenas logró diez puntos con un paupérrimo 23% en TC, el resto de días ha oscilado entre 19 y 26 puntos con porcentajes de tiro mucho mejores para terminar con un promedio de 42% y 31,6% en el triple.
El base de 1,85m ha sido una certeza para asegurar las dos victorias que ha logrado su selección este Mundial y competir por esa tercera que se escapó ante Nueva Zelanda. Su volumen de pérdidas (casi cuatro de promedio, una barbaridad), lo compensa de aquella manera con unas manos muy ágiles para robar balones (2,6 de promedio), pero esa manera de amasar balón es quizá la que le hace seguir jugando hasta la fecha en el Al Ahly Sporting Club egipcio al que llegó el curso pasado. Una máquina de hacer números. A sus 28 años, aún tiene baloncesto que ofrecer y margen de mejora para verlo en roles diferentes y equipos superiores.
Wael Arakji
Igual que Amin, el indiscutible líder de una selección que dejó unas primeras sensaciones horrorosas, pero que se repuso de tal forma que coqueteó con una plaza olímpica que se terminó llevando Japón. Con 19,3 de eficiencia, el base del Al-Rayidi libanés ha sido un jugador súper solvente, conocedor de sus limitaciones (en el triple sobre todo) y, pese a no jugar en el partido ante Costa de Marfil, su exhibición ante Francia con Líbano al borde de dar la sorpresa será recordada por los suyos mucho tiempo.
Base de 1,93m, tiene una gran capacidad para penetrar por su potencia de tren inferior y saca ventaja pese a que le suelan pasar los bloqueos por detrás, entiende muy bien cuando jugar un re bloqueo, por ejemplo. Sus 18 puntos de media con 71% de acierto en tiros de dos son números casi inalcanzables. Buen lanzador de tiros libres, decente reboteador y fantástico asistente; ha promediado seis por encuentro y roza el top 10 del torneo en dicha faceta. Atleta a la par de inteligente, está en su plenitud deportiva (29 años) y su Mundial, especialmente los partidos ante Francia e Irán, deben haber hecho que muchas direcciones deportivas subrayen su nombre en la libretita de cosas importantes.
Nuni Omot
Ha terminado siendo el referente interior de Sudán del Sur, quizá el equipo de todos en este Mundial por lo divertido y veloz que han practicado el baloncesto. Es una afirmación muy cogida con pinzas porque Wenyen Gabriel ha sido el verdadero cinco de un equipo que ha asiduado el formato de cuatro abiertos, siendo Omot el ala-pívot en discordia. Y hace muy bien en estar abierto porque en cinco partidos ha lanzado 3,4 triples por juego (17 totales) y ha anotado 1,8 (9 totales), lo que resulta un porcentaje de acierto 53%. Tampoco decepciona cerca del aro donde ha englobado un 12/19, es decir, un 63% con muy buenos cortes a canasta y lecturas del juego para favorecer las líneas de pase de Carlik Jones. Un jugador eficaz que ha terminado por aparecer en todos los artículos por la desafortunada acción ante Borisa Simanic, pero que en cuanto a baloncesto ha encandilado a los más puretas.
14,4 puntos por partido, nunca ha bajado de los diez, con 2,8 rebotes, 2 asistencias y 1,4 robos. Un gran defensor, cambia bien en los bloqueos, tiene una gran envergadura y esos 2,06 de altura que le hacen un wing perfecto para el baloncesto moderno. Un guerrero que se ha dejado ver por la liga de desarrollo este curso entre los filiales de Knicks y Magic, además de compartir equipo con Ehab Amin en el Al Ahly egipcio. Este año comenzará una nueva aventura en los Taichung Suns de Taiwan pero quizá haga las maletas con la sensación de poder haber logrado una plaza en algún equipo notable en Europa tras demostrar al mundo del basket de lo que es capaz. La muestra perfecta del proyecto y del sello sudanés que elaboran y mejoran poco a poco entre Royal Ivey y Luol Deng.
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