London Lions ¿La esperanza del baloncesto británico?

Barcelona, Madrid, Berlín, Milán, Lyon, Atenas o Belgrado son grandes ciudades europeas que poseen un equipo en la máxima competición europea, la Euroliga. Además, son lugares en los que la cultura baloncestística y el interés por el deporte de la canasta están muy presentes en sus calles. Todo lo contrario ocurre en Londres y, en general, en Inglaterra y Reino Unido.

Entender por qué el baloncesto no cala en Reino Unido es toda una incógnita. Pese a que la NBA suele visitar territorio británico o a que la selección nacional ha conseguido mejorar relativamente su nivel desde los Juegos Olímpicos de Londres (sin bajar del top 50 en el ranking FIBA), lo cierto es que el baloncesto es un deporte bastante residual en todo Reino Unido. En este contexto llama la atención la historia de los London Lions, el equipo más relevante de Inglaterra, el cual disputa la Eurocup desde la temporada 2022-2023.

El actual equipo de los London Lions tiene su origen en 1977, en la ciudad de Hemel Hempstead, bajo el nombre de Hemel Hempstead Lakers. No solo su denominación era una referencia al famoso equipo de Los Ángeles, también comenzaron vistiendo de púrpura y oro eso sí, en pabellones de la segunda división inglesa. En los años siguientes el equipo cambió en dos ocasiones de nombre por cuestiones de patrocinio, denominándose Ovaltine Hemel Hempstead y más tarde Hemel Royals. Como si se tratase de una franquicia NBA, el equipo se trasladó a Watford en 1997, un cambio que pareció no convencer, puesto que solo un año más tarde se produjo una nueva mudanza hacia Milton Keynes. Desde este momento, los bautizados como Milton Keynes Lions, comenzaron a tener cierta trascendencia en una liga poco competitiva, sin masa social (la mayoría de los pabellones no superan los 3.000 asientos) y en la que los Newcastle Eagles solían acaparar los títulos. La British Basketball League (BBL), en aquel momento, era una liga de un deporte considerado como “menor” y poco interesante en comparación con el fútbol o el rugby.

Fue en 2012, el mismo año en el que la selección de Reino Unido participaba en los Juegos Olímpicos de Londres, cuando los Lions se trasladaron al barrio londinense de Stratford. De hecho, en 2013, comenzaron a jugar en el Copper Box, dentro del Parque Olímpico. Esto pareció dar más visibilidad a un equipo cuyo gran cambio llegó en 2021, cuando 777 Partners adquirió la mayor parte de la propiedad. Este grupo inversor estadounidense es propietario de equipos de fútbol como el Genoa italiano o el Vasco da Gama brasileño, además de poseer acciones de otros como el Sevilla o el Standard Liège. Pero, más allá de esto, lo destacable es que 777 Partners posee un 45% de la propiedad de la BBL, la cual adquirió el mismo año que al equipo londinense. Desde entonces, la liga está siendo remodelada hasta asemejarse lo máximo posible a un sistema de franquicias similar al de la NBA. La realidad es que 777 Partners controla en gran medida la competición, a la vez que a los Lions, quienes conquistaron su primer título en la temporada 2022-2023.

Lo cierto es que desde que el fondo de inversión estadounidense compró los Lions, la Euroliga, ansiosa por expandirse al mercado británico, vio una oportunidad única. La máxima competición continental, que realmente es un grupo exclusivo y cerrado que funciona de forma totalmente independiente a las competiciones de FIBA Europa, lleva desde hace una década intentando que Londres y París sean dos ciudades relevantes en su estructura. Ambos casos eran similares, pese a que la liga doméstica francesa siempre ha tenido bastante más relevancia que la británica. El Paris Basketball, creado en 2018, recibió una invitación para jugar la Eurocup en la temporada 2021-2022. Una temporada después, los London Lions ingresaban en esta misma competición. Algo tremendamente curioso, pues si bien ningún otro equipo británico había tenido esta oportunidad, los London Lions habían demostrado en competiciones continentales menores como la FIBA Europe Cup que su nivel de juego no era cercano al que ofrecía la Eurocup. En cualquier caso, la Euroliga consiguió entrar en el mercado británico.

Esa misma temporada 2022-2023 los “leones” revolucionaron su plantilla, preparándose para dar el salto al continente. Llegaron Kostas Koufos y Sam Dekker, ambos con pasado NBA, pero sin haber demostrado ser regulares en Turquía, Grecia o Rusia. A ellos se sumaron jugadores británicos con pasado en Liga Endesa como Ovie Soko, Tarik Phillip, Kareem Queeley o un clásico de la LEB Oro como Morayo Soluade. A todos ellos hay que añadir a jugadores con experiencia continental como Aaron Best, Vojtech Hruban o Josh Sharma. Un proyecto, comandado por Ryan Schmidt (con experiencia en la G-League) que consiguió su primera BBL y que en la Eurocup demostró estar lejos de un nivel óptimo. Con un record de 8-10 consiguieron entrar en Top 16, donde resultaron eliminados por el Joventut Badalona. La realidad es que este resultado fue considerado como un éxito para un equipo cuya revolución acababa de comenzar.

En este contexto debemos de preguntarnos qué podemos esperar de los London Lions en un futuro cercano. La realidad es que a día de hoy deben de entenderse como un proyecto que intenta poner en el foco el baloncesto británico y, más concretamente, el potencial de la ciudad de Londres para ofrecer este deporte. La intención de sus propietarios por potenciar el baloncesto en Reino Unido controlando su propia liga se une al interés de la Euroliga, que busca expandirse en el mercado británico y que Londres entre a formar parte de su conglomerado de ciudades. A todo esto hay que sumar cómo la NBA también ha cuidado su expansión en este mercado, celebrando un total de 9 encuentros de temporada regular en Londres, favoreciendo en el país el interés por un deporte que poco a poco tiene una mayor masa social. En conjunto, podría decirse que los London Lions, gracias a un conjunto de factores ya mencionado, se ha convertido en un equipo que busca erigirse como el representante del baloncesto británico en todo el mundo.

La realidad es que el impacto de los London Lions aún no puede medirse. Bien es cierto que muchos inversores se han acercado al equipo recientemente, de hecho, el jugador de Toronto Raptors OG Anunoby (nacido en Londres) adquirió una participación minoritaria del club. Además, cabe señalar cómo la última final de la BBL, en la que vencieron los Lions ante los Leicester Riders, tuvo lugar en el O2 Arena y logró atraer a 16.500 personas. Pese a ello, al baloncesto británico y a los London Lions les queda todavía un importante camino por recorrer, principalmente porque el crecimiento de este equipo corre el riesgo de eclipsar al resto de su competición doméstica, impidiendo que deje de ser una liga menor dentro del baloncesto europeo. Podría decirse que el hecho de que 777 Partners controle la liga y a los London Lions plantea un claro peligro: que el baloncesto británico sea solo cosa de Londres.