Partizan: ¿Espejismo o realidad?

Han pasado ya algunos meses desde aquella emboscada que Zeljko Obradovic y su Partizan le tendieron a un Real Madrid que terminó con una remontada histórica y un nuevo título de campeones de Europa. Una de esas situaciones catalogadas de what if por las sanciones que tuvieron que cumplir ambos equipos, ¿qué hubiera pasado si el conjunto de Belgrado se hubiera colado en la Final Four?

Desgraciadamente, meses en el deporte, más aún si en ellos está la temporada estival y su consecuente mercado de fichajes, pueden parecer siglos. Ese equipo que creció cual secuoya en liga regular y rozó ser uno de los cuatro mejores equipos del continente ha arrancado con dudas. Su gran papel el curso pasado desembocó en un fuerte interés de las grandes potencias económicas de la Euroliga en sus jugadores.

Además del no fichaje de Kevin Punter por el FC Barcelona (el americano acabó renovando), los blanquinegros han perdido a Lessort, Madar, Exum y Papapetrou, tres rumbo a rivales directos con Exum cruzando el charco hacia la NBA. Han firmado otras cuatro caras nuevas y permanecen atentos al mercado para redondear una plantilla que cumpla la misión que ha quedado pendiente del año pasado. A continuación, una pequeña comparación estadística para calmar las aguas entre los aficionados del KK Partizan.

En estos cinco primeros partidos de la temporada 2023/2024, la escuadra serbia promedia casi 87 puntos por encuentro. Tras disputarse el primer clásico de Euroliga, marcado por el desacierto y la defensa, es el mejor equipo de la competición en esta faceta (previo a este se situaban terceros). En lo que a puntos encajados se refiere, los 75 que recibió Efes le permiten escalar una posición y dejan los de Zeljko penúltimos con los mismos 86,8 que promedia anotados. ASVEL es el único equipo que ha percibido más, con 93 puntos en contra por encuentro.  

Si diseccionamos un poco más el apartado estadístico, Partizan es un equipo que no lanza mucho desde la línea de tres puntos, dieciocho por encuentro, y tampoco tiene un gran porcentaje de acierto, donde roza el 35% (impulsado por el casi 50% que firmó ante Estrella Roja). Es un porcentaje menor de los sesenta lanzamientos totales por juego. Sabemos que Partizan es un equipo que se siente cómodo a ritmos rápidos, que busca a LeDay al poste e incluso al contraataque como manera de producir sencilla. Pero hasta la fecha no ha conseguido destacar especialmente en nada concreto. Y por eso muchos de sus puntos son “vacíos”, porque van acompañados de varias pérdidas seguidas y un mal uso de balón. Y en esos colapsos ofensivos que pueda sufrir, se evidencia la necesidad de mejorar atrás.

El resto de sus promedios, con el asterisco de los más de siete robos por encuentro, la Parni valjak (apisonadora en serbio) ostenta unos guarismos de 31 rebotes (nueve de ellos ofensivos), 16 asistencias, 3 tapones y unas preocupantes 13 pérdidas, algo abultadas por las 18 cometidas en el partido ante Olympiacos. Punter supera las tres por encuentro y Nunnally roza las dos. Ninguno de los dos exteriores referencia está resultando muy productivo en el dos contra dos. Si comparamos esas medias con las de Real Madrid o Barcelona, quizá los dos equipos más eficaces a día de hoy, son muy inferiores en todo.

Comparativa numérica entre KK Partizan y los equipos españoles. Datos de RealGM

La rotación de los blanquinegros aún sufre algunas mutaciones. Zeljko Obradovic tiene en Zach LeDay a su fiel confidente; es el que más juega, más anota, más rebotea y segundo en asistencias. Algo similar sucede con Nunnally, pues es segundo en minutos, puntos y rebotes y líder en asistencias. En ellos dos se cimientan de momento las victorias de un Partizan que espera paciente a su líder, Kevin Punter. Por todos es sabido que el de New York rinde mejor bajo presión y permanece agazapado para cazar al pez gordo. Los tres superan los 25 minutos por juego y LeDay incluso los treinta.

Con la lesión de Ponitka y el proceso de adaptación al que se están sometiendo Kaminsky y PJ Dozier, Avramovic y Andjusic han aumentado su minutaje respecto al curso pasado. Smailagic mantiene los baremos con los que cerró los playoff y Jaramaz empieza a asomar la cabeza luego del gran partido que firmó ante Estrella Roja. El papel secundario de Trifunovic y Koprivica da por finalizada la plantilla del equipo a expensas de que la dirección deportiva pueda mover alguna ficha. Suficiente para cotejar estos nombres con los del año pasado.

Si nos vamos a la temporada pasada, lo numérico no dista tanto de lo visto hasta la fecha. Recordemos que el club de Belgrado fue in crescendo hasta llegar a abril e hizo de su feudo un fortín; 12-5 de record como local en el Stark Arena y 8-9 como visitante. Este curso ha jugado dos partidos en casa, la derrota ante un Barça muy entonado en la parcela ofensiva y esta última remontada en el derbi. Sus salidas no han sido sencillas; victoria en Lyon y derrotas en Tel-Aviv y El Pireo, esta última tras prórroga.

Anotó 85,2 puntos por duelo y encajó 82,7. Sólo Real Madrid y Baskonia acabaron con un mejor promedio anotador y apenas cinco equipos (Baskonia, Valencia, Virtus, ALBA y empate con Panathinaikos) contaron con un registro peor en el defensivo. Intentaba los mismos tiros de campo, pero cuatro triples más que este curso con un 9% más de acierto. Ahí se echa en falta a un espaciador de élite como Papapetrou y se necesita una mejora en las prestaciones de Dozier y Kaminsky. Capturaban un rebote más, daban un pase de canasta más, robaban un balón menos y perdían un balón y medio menos por partido. Insistimos, si nos ceñimos a los datos, este Partizan tiene muchos dejes del año pasado, cuando tardamos varios meses en ver su versión definitiva. Esa que probaba defensas en zona, demolía en el dos contra dos y tenía mucho trabajo táctico detrás. Un trabajo que, seguro, está en progreso y veremos sus frutos en algunas jornadas. Hemos visto fallos de entendimiento en jugadas para tiradores con los dos exteriores yendo a recibir al mismo sitio y el equipo se habrá dado cuenta.  

Han saltado muchas alarmas con un equipo que hace pocos meses tenía en sus filas a un Mathias Lessort que jugaba más de treinta minutos y aportaba doce puntos y siete rebotes en cada jornada. Un martillo pilón en la continuación; un desbloqueo veloz y un finalizador muy expeditivo y certero. Esa figura de pívot físico no existe ahora y Zoc tiene ante sí un dilema importante a la hora de configurar cuál será el rol de un Kaminsky que hasta la fecha apenas lanza cuatro tiros por partido y qué debe aportar a un equipo cuya referencia interior era antónima a las características del ex de los Hornets. Quizá este cambio de socio ha afectado a la intención de juego de un Punter que ha bajado en cuatro puntos e incrementado en una pérdida sus valores aunque, como decimos, él nunca es de quemar rápido el motor. Por si fuera poco, tanto él como Smailagic han sufrido problemas de faltas en estos primeros compases de la temporada. En menos de veinte minutos jugados, ambos fueron descalificados ante Olympiacos (también Dozier).

El cambio estructural al que se sometió el roster en verano va más allá. Es vital que un guard tan explosivo como PJ Dozier pueda cubrir algunas de las lagunas que deja Exum con su marcha. Con puntos fuertes distintos, el australiano ya llevaba casi un año en el baloncesto europeo y mejorado mucho su tiro. En casi tres lanzamientos por partido, Exum anotaba un 40% de ellos, mientras que el ex de los Celtics en más de dos tiros ronda el 22%. Esto unido a la pérdida de Papapetrou por un Ponitka que se siente mucho más cómodo como amasador, y que va a estar varios partidos alejado de las canchas, pone en jaque la amenaza exterior del cuadro balcánico. El rol de revulsivo de Jaramaz debe cubrir la intensidad y perspicacia que ofrecía el joven Yam Madar, también notable arquero como el serbio.

Por tanto, no queda otra que confiar en un equipo que nos hizo disfrutar de un fantástico baloncesto y un ambiente insuperable en su pabellón. Quizá incluso aún aparezca algún invitado inesperado a la fiesta. Ya hemos visto pequeñas pinceladas de por dónde deben ir los tiros. Reducir el tiempo como manejadores a tiempo completo de Punter y Nunnally en favor de Jaramaz que aporta algo más de coherencia y libera a los dos anotadores para hacer lo que mejor saben. Calcar cuanto más posible el primer cuarto de Kaminsky ante Estrella Roja, capaz de recibir de espaldas y distribuir en continuaciones cortas, pero a su vez esconder su escasa lateralidad defensiva que el eterno rival castigó con la visión de Teodosic y las piernas de Bolomboy.

Para ello es capital LeDay, que en su extensa participación en los partidos tiene mil y una tareas para dar sentido a los quintetos, así como el puntito extra de agresividad que ofrece Smailagic. La intensidad de Dozier y Avramovic, ambos capaces de tener su momentum en ataque. El paso adelante del serbio y de su compatriota Andjusic para añadir variantes ha comenzado El ex de Estudiantes es puro nervio, viene de un mundial espectacular y ha garantizado su reconversión al puesto de base puro. La rotación se asienta y los fallos se corrigen con el objetivo de olvidar el partido en La Mano de Elías. Este repaso al momento del KK Partizan tiene todo para afirmar tajantemente a sus rivales que se armen para la guerra, porque la Parni valjak quiere dar sentido a dicho apodo.