Ser vecino de los Lakers siempre ha sido un mal negocio para los Clippers. Una franquicia que cuenta con 53 años de historia y que sin embargo solo ha pisado playoffs 17 veces y en tan solo una ocasión, hubo que esperar a la temporada 2020-21, unas finales de conferencia. Pero hubo un tiempo en el que mientras los de oro y púrpura, liderados por Shaquille O’Neal y Kobe Bryant, dominaban a la NBA, los Clippers divertían y sorprendían al mundo entero con un equipo lleno de juventud y repleto de energía y descaro que cambió la cultura del baloncesto. Hablamos de Los Angeles Clippers de Lamar Odom, Elton Brand, Darius Miles, Quentin Richardson o Corey Maggette entre otros, hablamos de los Clippers 2000-02, hablamos de los “Knuckleheads”.
Si naciste en los ochenta y te aficionaste a la NBA en los noventa, lo normal era hacerse fan de los Bulls de Jordan, de los Knicks (época Riley o Van Gundy), de los Rockets de Olajuwon, los Sonics de Kemp y Payton, los Orlando Magic de Shaq y Penny, y así de hasta prácticamente media NBA. Todos los equipos poseían un gran atractivo por el que aficionarse a ellos, jugadores super estrellas, entrenadores que acabarían siendo leyendas e incluso logotipos y uniformes de culto, pero si hubo un equipo que apenas tuvo algo de todo esto, esos son Los Ángeles Clippers.
Tras fundarse en Buffalo y previo paso por San Diego, los Clippers se afincaron en Los Angeles en la temporada 84/85 y no sería hasta su octava temporada en la ciudad californiana cuando conseguirían colarse en playoffs, eso sí, para caer en 1ª ronda por 2-3 ante los Utah Jazz. En la temporada siguiente repetirían hito, esta vez entrenados por Larry Brown y con un equipo liderado por los Danny Manning, Ron Harper o Mark Jackson, y de nuevo caerían en la 1ª ronda 2-3, esta vez, ante unos Houston Rockets que acabarían siendo campeones de la NBA. Los Clippers no volverían a jugar partidos de eliminatorias hasta cuatro temporadas después, un equipo totalmente diferente al de comienzos de los 90, esta vez entrenado por Bill Fitch y con jugadores cómo Loy Vaught, Malik Sealy o Rodney Rogers entre otros ¿su resultado en playoffs? Pues sí, de nuevo fuera en primera ronda y esta vez barridos ante los Utah Jazz de Malone y Stockton. Pero estos atisbos de equipo de playoffs fueron tan solo un espejismo.
El rendimiento de los Clippers caería en barrena desde la 97/98 hasta la 99/00. Cosecharían 17, 9 (año de lockout) y 15 victorias cada temporada y un 20,7, 18 y 18,3 si hablamos en porcentaje de partidos ganados, en resumen, esas temporadas los Angeles Clippers tuvieron la 3ª, 2ª y 1ª peor marca de la NBA respectivamente. Pero no todo fue negativo, y es que estas nefastas temporadas tuvieron sus frutos en forma de elecciones de draft. Como en el año 2000, cuando Clippers consiguieron vía draft a dos jugadores que eran sensación en el baloncesto de instituto del área de Chicago. Con el 3er pick, los angelinos elegirían a Darius LaVar Miles directamente desde East St. Louis HS y con el 18º pick, procedente de la Universidad de DePaul, a Quentin Richardson. Además de las incorporaciones vía draft, los Clippers conseguirían vía traspaso a otro jugador procedente del estado de Illinois, desde los Orlando Magic, donde disputó su temporada rookie, llegaría Corey Maggette junto al recién drafteado (pick 10) Keyon Dooling. Todos estos jugadores se encontrarían con un Lamar Odom elegido en la 3ª elección del draft del 99 y un Michael Olowokandi número 1 del draft del 98. Un equipo repleto de juventud y talento y cuyas riendas habían dado a Alvin Gentry.
La del 2000/01 era una plantilla insultantemente joven e inexperta con hasta 11 jugadores con menos de 3 temporadas de experiencia en la liga y tan solo Cherokee Parks (5), Eric Piatkowski (6), Sean Rooks (8) y Derek Strong (9) como jugadores veteranos. Con todo este cóctel, Alvin Gentry consiguió, no era muy difícil, mejorar el registro ganador de los Clippers, pasando de 15 a 31 partidos ganados, un 37,8% de victorias, la mejor marca de la franquicia en 5 temporadas. Si bien el rendimiento de Olowokandi decepcionó quedándose en unos escuetos 8,5 puntos y 6,4 rebotes por partido, lo mejor de este equipo era sin duda su estilo, el descaro en su juego, la conexión entre jugadores jóvenes que sorprendería a toda la NBA. Jugadas propias de las míticas MixTapes de And1, estética digna de Streetball, headbands en la cabeza y los puños chocando en la frente tras cualquier jugada espectacular que se diese. Revolucionaron el mundo del highlight, alleyhoops con Darius Miles, mates de Maggette, triples de Quentin Richardson, la clase de Odom, ver a los Clippers se convirtió en todo un atractivo para el aficionado a la NBA, independientemente de sus resultados.
La temporada 01/02 sería la cúspide del proyecto liderado por Alvin Gentry. Los Clippers elegirían con el segundo pick del draft de 2001 a Tyson Chandler (justo por delante de un tal Pau Gasol) quien sería inmediatamente traspasado junto a Bryan Skinner a cambio del nº1 del draft de 1999 y hasta entonces jugador de los Chicago Bulls, Elton Brand. Al jugador formado en la universidad de Duke le sentó bastante bien el cambio de aires, en su primera temporada en el equipo angelino, Brand promedió 18,2 puntos y 11,6 rebotes por partido, siendo máximo productor en ambas facetas y dotando al equipo de un liderazgo que en la campaña anterior echó en falta. Los Clippers se fueron a las 39 victorias y se quedaron a tan solo 5 de los puestos de playoffs. Además de Brand los Odom, Richardson, McInnis, e incluso Olowokandi dieron un paso adelante, lo que se tradujo en una mejora del rendimiento del equipo. Quien no consiguió dar ese comentado paso fue Darius Miles, y aquí comenzaría el principio del fin de este equipo. Tras un segundo año en el que no cumpliría las expectativas puestas en él, Darius Miles formó parte de un traspaso con Cleveland del que llegó a Los Ángeles el base Andre Miller.
Tras acumular un balance de 19-39 en la 2002/03, Alvin Gentry sería cesado del banquillo de los Clippers. No consiguió devolver al equipo a jugar playoffs, si bien consiguió una mejora de resultados, pero el verdadero legado que dejó este equipo fue el del desafío de la juventud ante el orden establecido en la NBA, el de un baloncesto más propio de playground que de pabellones con capacidad para 20.000 personas, inundaron los videoclips de hiphop de camisetas de los Clippers y pusieron a los vecinos pobres de Los Angeles en el mapa. Por fin, los Clippers estaban de moda.
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