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Retrospectivas ACB

Andy Toolson: “Llegué a España muy motivado porque no pensaba que fuera a tener más oportunidades”

Andy Toolson fue uno de los aleros más reconocidos de la liga ACB durante los noventa. Un americano todo profesionalidad y talento que dejó huella en todas y cada una de las aficiones que lo acogió.

Andy Toolson (Chicago, 1966) fue uno de los primeros grandes tiradores de la ACB. Llegó a España de la mano del Festina Andorra en 1993 y fue parte de grandes equipos en la década de los ’90, incluido el Joventut que ganó la Copa del Rey en 1997 con Alfred Julbe de entrenador, de quien guarda un gran recuerdo.

También pasó por los Utah Jazz de Stockton y Malone y otras ligas como Grecia e Italia. Hoy, con una vida mucho más tranquila y ligada a la familia, concede a Skyhook esta cercana charla en la que repasamos la trayectoria de un fantástico triplista y anotador que dejó huella en nuestra liga.

Pregunta: ¿Cómo es su vida una vez se retiró del mundo del baloncesto como jugador? ¿En qué ha cambiado su vida?

Respuesta: Bueno, yo tengo seis hijos y siete nietos y todos viven cerca de aquí (Utah). Estamos juntos mucho tiempo. Mi hijo tiene 21 años y está jugando en la universidad de Utah Valley, a veinte minutos de aquí. Vemos sus partidos muy a menudo, anoche ganaron contra Webber State. También estoy involucrado en un negocio pequeño en Salt Lake City.

P: ¿En qué ha influido su figura para que su hijo juegue ahora al baloncesto?

R: Yo tengo una niña y cinco niños y todos han jugado a diferentes niveles. Otro de ellos tiene diecisiete años y está jugando en High School. Es algo que hemos hecho desde que eran pequeños, los he llevado al gimnasio y hemos tirado mucho. Es algo que les ha gustado, nunca he presionado o empujado mucho, pero yo quería apoyarles si les gustaba.

P: Vamos a repasar un poco su carrera, ¿Cómo se sintió después de hacer un buen año en la NCAA y no ser seleccionado en el Draft?

R: Bueno, yo he tenido suerte de estar en buenos equipos en general en toda mi carrera. Yo creo que un jugador nunca siente que ha logrado todo lo que quería. A menos que ganes absolutamente todo, siempre piensas que podías haber hecho más y te sientes un poco frustrado. En general yo creo que he tenido buena fortuna y me siento muy contento por las relaciones que he hecho, los amigos que me llevo, los equipos en que he podido jugar… Disfruté mucho mi tiempo en España, en la liga ACB, he jugado en buenos equipos como Andorra, Zaragoza, Joventut, Girona, Estudiantes… Me siento muy afortunado por la carrera de básquet que he podido tener.

P: ¿Cómo recuerda su etapa (en este caso dos diferentes) en la NBA? Estuvo en Utah en dos ocasiones, que era un equipo candidato al título, una con más y otra con menos protagonismo, ¿Cómo lo vivió?

R: Muy bien, me gustó mucho. Yo no fui drafteado, así que me invitaron al training-camp. No sabía si iba a poder seguir en el equipo, pensaba todos los días si iba a ser hoy el día en que me cortaran. En los partidos de pretemporada jugué poco, cinco-siete minutos por partido, pero en ese tiempo hice las cosas bien y tuve suerte para poder estar en el equipo. Luego con algunas lesiones que hubo en la plantilla pude jugar más, salí de titular en quince partidos y el equipo iba bastante bien en estos partidos. Además, haber jugado en la NBA me ayudó a tener oportunidades en Europa y fue muy divertido.

Es otro mundo la NBA. En mi primer año cuando jugábamos fuera siempre íbamos en vuelos comerciales y cuando volví unos años después habían empezado con los chárter o vuelos particulares que era una grandísima diferencia y facilita mucho a la hora de jugar.

P: ¿Y cómo surge esa primera oportunidad de jugar en España con Andorra en 1994?

R: Para mí fue otra oportunidad. Yo incluso había pensado en dejar el baloncesto porque creía que no iba a tener más oportunidades. Afortunadamente, un amigo de los Utah Jazz que entonces estaba en Europa me dio el número de un agente, Regino Olivares. Hablé con él, le mandé un vídeo y dos semanas después estaba en Andorra.

Estaba muy motivado, teníamos buen equipo con los hermanos Llorente, Dan Godfread, Howard Wright, Villalobos, Francesc Solana que está ahora de director en Andorra… Estuvimos en los playoff al final y tuve suerte de estar muy motivado en un gran equipo con buen ambiente.

P: En esa su primera temporada tuvo un gran impacto en la liga, cuarto máximo anotador. En una época en la que se lanzaban menos triples, usted era uno de los grandes tiradores, en Zaragoza por ejemplo lanza 290. ¿Cómo recuerda esa adaptación a la liga, fue difícil el cambio? ¿Su estilo sorprendía a sus compañeros, aficionados…?

R: Bueno, fue más por cómo quería hacerlo el entrenador Alfred Julbe. Con Andre Turner y Ken Bannister nos dijo: “Mirad, quiero meter más puntos que el otro equipo. Espero que el resultado sea 120-115, me da igual si tiramos en cinco segundos pero yo quiero correr, tirar muchos triples y jugar así”. Y fue divertido, fue un poco diferente en esta época. Ahora todos juegan más en este estilo pero hace 25 años no era normal. Yo estaba contento por poder tirar tanto y correr mucho con Andre Turner que fue un compañero excelente para este tipo de juego.

P: Ese año en Zaragoza con los hermanos Arcega, Romay… Estuvieron muy cerca de eliminar al Real Madrid de Sabonis, Kurtinaitis o Arlauckas entrenado por Zeljko Obradovic. Ahora lo repasamos y es un equipo con nombres temibles, ¿Cómo lo vivió?

R: Fue muy competitivo, les ganamos en Zaragoza y estuvimos cerca en Madrid en esos playoffs. Recuerdo que Sabonis era muy grande y buenísimo, era muy difícil entrar a la pintura con él. Tenían mucho talento. Por ejemplo Isma Santos no me gustaba cuando me defendía, “me pegaba mucho”. Me gustó mucho, son recuerdos muy gratos.

P: ¿Qué recuerdos guarda de un entrenador tan especial y de tanto carácter como Alfred Julbe?

R: Para mí fue un amigo. Una persona que confiaba en mí, estuve tres años con él, dos en Badalona y ese de Zaragoza. Era un hombre tranquilo, no gritaba mucho, era muy inteligente. A mí me gustaba tener jugadores así, que nos decían las cosas como las veían. Las temporadas son muy largas para tener “mucha emoción”, hay subidas y bajadas por el tipo de negocio en que estamos. En el baloncesto profesional es difícil mantener un nivel emocional plano y a mí me gustó no tener un entrenador que gritara mucho. He tenido algunos así pero a mí me gustaban los entrenadores tranquilos, que nos decían las cosas e intentábamos hacerlo.

Yo tenía mucho respeto para él porque me llevó con él a Zaragoza y luego a Badalona. Quería mostrarle el agradecimiento que tenía para él por las oportunidades que me había dado. He tenido mucha suerte de poder estar en tan buenos equipos con grandes compañeros y entrenadores.

P: Con el Joventut terminan ganando una Copa del Rey, tuvo que ser una alegría tremenda

R: Sí, lo recuerdo en León contra el Cáceres. Éramos dos equipos que la gente no esperaba ver ahí en la final. Después de ganar, creo que era final de enero y Alfred me decía: “aunque no ganemos ningún partido más en la temporada todo está bien”. Me parecía muy raro tener ese torneo durante la temporada. Ahora la NBA lo está haciendo, está copiando a Europa en eso. Fue muy bonito llegar a Badalona y tener a diez mil personas esperándonos, hablar con la gente a las once de la noche, el bus rodeado de policía… Fue muy divertido.

P: Después en Estudiantes coincidió con Pepu Hernández de entrenador, Felipe Reyes o Carlos Jiménez que después ganan el Mundial 2006 ¿Veía posible por aquel entonces que pudieran hacerlo?

R: Claro, yo creía que el talento en España era muy alto. Los equipos en los que yo jugaba eran muy profesionales, trabajaban mucho, el concepto de equipo y de jugar juntos era muy importante y esa también era la única filosofía con la que yo podía triunfar. Yo no tenía el talento o atletismo para destacar por encima del resto, podía lanzar cuando estaba sólo pero dependía del equipo. Me sentía muy cómodo por la manera en la que hacían las cosas los equipos en los que yo he jugado, disfrutaba mucho.

P: ¿Cómo recuerda su paso por Grecia e Italia, muy diferente a la ACB?

R: Sí, eran ligas diferentes. A mí me gustaba la ACB mucho más. Era más profesional en cómo hacían las cosas. En Grecia jugábamos en pabellones muy pequeños de 200-300 personas y luego otros como el Estadio Olímpico con el AEK que cabían 15.000 personas. A veces llegabas a un pabellón y las canastas estaban a diferente altura. La liga española para mí fue muy profesional y hacían las cosas muy bien. Nunca me sentí tan cómodo en los otros países. Creo que tiene mucho que ver con el club en el que estás, pero me quedo mucho antes con España.

P: A raíz de eso, ¿De qué equipo guarda un recuerdo más especial o algún momento concreto al que le tenga cariño?

R: No sé, yo me siento muy afortunado de haber podido jugar. Me habían cortado de Italia y había jugado en ligas menores dos temporadas (Tri-City Chinook en la CBA), tenía dos niños y creía que mi carrera profesional se iba a acabar. Para mí poder jugar en la ACB fue una oportunidad que no esperaba y estaba súper motivado.

Para mí la ACB es la mejor liga fuera de la NBA por cómo se hacen las cosas. Quizá no económicamente, obviamente los equipos más grandes en cada país destacan más pero en cuanto a organización es la mejor.

P: ¿Sigue estando al día de la ACB ahora mismo?

R: No mucho, estoy muy ocupado aquí. Cuando jugaba Ryan Toolson, el hijo de mi primo, la veía más. Hablé con Francesc Solana el año pasado y le dije que me gustaría volver y visitarlo. No he vuelto a España desde que dejé de jugar allí, es demasiado tiempo. Quiero volver, ver algunos partidos y abrazar a todos los amigos que guardo de allí.

P: Después de instalarse en España con esas dos temporadas en Andorra y Zaragoza, ¿Le sorprendió recibir esa llamada para volver a la NBA?

R: Sí. Había firmado un contrato de dos años con Zaragoza y al acabar el primero los Jazz hablaron con mi agente. Estaban interesados porque la línea de triple estaba empezando a ser muy importante en la NBA y creían que podía ayudarles. Firmé el contrato pero no triunfé, no funcionó. El equipo fichó a otro jugador que ganaba diez veces lo que yo ganaba y sabía que iba a ser difícil jugar mucho. En enero me despidieron y terminé volviendo a Europa otra vez con el AEK. En el mundo del deporte profesional nunca se sabe, hay que estar agradecido cada día. Yo me siento muy agradecido por toda mi trayectoria y lo que pude conseguir dentro y fuera de la pista.

P: Para finalizar, ¿Qué jugador de su etapa en España recuerda como más difícil de enfrentar?

R: Uf, difícil esto. Recuerdo lo que había dicho antes, Isma Santos como defensor durísimo, muy físico. Tampoco me gustaban los jugadores muy largos como Pau Gasol, tipos que eran igual de rápidos que yo, aunque yo no era muy rápido, pero mucho más largos. Yo quería tirar y cuando tenía gente de 2,10m muy encima y eran grandes defensores me daban muchos problemas.

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