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Objetivo Europa

Un renacer en La Fonteta

La sensación de vivir un momento especial sobrevoló esta semana de Euroliga en La Fonteta. Ricky Rubio había vuelto.

Ricky Rubio debut Euroliga
Valencia Basket/ Miguel Ángel Polo

La Fonteta siempre transmite alegría. Esa charanga al costado del banquillo visitante y una ciudad que ya olía a Fallas este jueves siete de marzo. A las 20:30h arrancaría un partido vital para los ‘taronja’. Un servidor incluso regresa como acreditado al choque, porque la ocasión lo merece. Valencia Basket necesita la victoria para no perder el tren del play-in. El FC Barcelona no quiere ver como AS Mónaco y Panathinaikos se suben a sus barbas.

Es un partido especial, como casi todos los que dispute el Barça en otras canchas de España hasta acabar la temporada, porque el foco casi  podríamos decir que se aleja del juego. Ricky Rubio volvería a jugar desde aquel parón en verano que entristeció a todo el deporte. La primera parada en un pabellón nacional como visitante es el Pavelló Font de Sant Lluís. Más de veinte minutos antes del arranque del encuentro una chica ya ondeaba una cartulina con un «Ricky, ¿me das tu camiseta?». Y esa sensación de vivir un acontecimiento precioso perduraría todo el encuentro, por mucho que la victoria sea dogma para ambos equipos y el listón defensivo sea difícil de superar.

Ricky Rubio recibe un incontestable aplauso en su presentación, con un graderío aún por completar, pero que se hacía oír y transmitía su alegría por volver a ver jugar al base de El Masnou. Éste incluso se alargaría por contar con Kalinic detrás en el orden de dorsales. Pero el partido arranca y los 24 jugadores deben ponerse el mono de trabajo. Grimau sorprende con un Jokubaitis titular junto a Satoransky. El técnico catalán desahoga así la producción en el ataque posicional blaugrana que se presuponía complicado con la incansable defensa de Justin Anderson al base checo.

Valencia Basket/ Miguel Ángel Polo

El Barça asedia desde la media distancia (16 seguidos, diez de un maestro en eso como Jan Vesely, uno de ellos dentro de la zona, eso sí) y no acusa la técnica a Kalinic en los primeros minutos de partido en un calentón del alero. Damien Inglis sostiene a los locales hasta bien entrado el primer cuarto. 2 ’40 para el final, entra Ricky y se repite el patrón. La Fonteta aplaude al unísono a un referente del baloncesto nacional. No hay colores aquí, sólo la inmensa felicidad de volver a ver al base en una cancha de baloncesto y los amantes de este deporte en el país se frotan las manos por volver a imaginarlo con la selección.

Sube la bola con Ojeleye, y sus músculos que resaltan incluso desde última fila, para defender a toda cancha. Amarga la posesión a Pangos en su primera defensa al balón, pero un Valencia Basket al alza resuelve con el corte por fondo de otro ex culé como Víctor Claver. Después alimenta la puerta atrás de Parra que falla cerca del aro. El primer cuarto termina empate con un Rubio correcto en las cosas básicas que mejoran a su equipo, pero con una falta de rodaje aún evidente.

Las ayudas de Pradilla marcan diferencias para los locales. Valencia Basket aprieta a los bases culés y provoca una pérdida y una falta del dorsal ‘9’ para el dos más uno de Ojeleye. Rubio divide la zona y, ahora sí, Parra aprovecha para anotar de tres, primera asistencia para su estadística. De igual modo, se vuelve a parar por un momento el fervor que se siente en un partido durísimo en lo físico para despedir al base, que regresa al banquillo. Esta vez el ruido es todavía mayor por coincidir con la salida del campo del inconmensurable Jaime Pradilla. Llega el descanso con ventaja para un Valencia Basket que hace de anotar una quimera.

Vuelta de los vestuarios. Jabari Parker y Jan Vesely (con 100% en tiros de campo) se adueñan del ataque azulgrana y Chris Jones, con un gran apoyo en Damien Inglis, del ‘taronja’. Ricky vuelve al campo cuando el tercer cuarto roza su fin. Ya no se paran todas las rotativas con su ingreso a la pista. Es normal, el partido está en dos puntos y estamos en la Euroliga. Se acabó el tiempo de las celebraciones. Rubio comete un par de pérdidas, aunque muestra un gran nivel defensivo antes de llegar a la batalla final.

La Fonteta apaga sus luces y el brillo lo proporcionan los móviles de los aficionados. Menos de un minuto de juego transcurrido y por fin ocurre. Ricky Rubio anota su primera canasta del partido. Dos más uno patentado. Choca con el defensor y se equilibra en el aire al mismo tiempo que cae hacia su lado izquierdo y la coloca perfecta contra la esquina del tablero. También el tiro libre.

La siguiente jugada cuelga un alley-oop inmaculado para un Willy Hernangómez que apunta a ser un peligroso socio. El mago de El Masnou se gusta y el Barça saca una ligera ventaja que no tenía desde el primer cuarto. Se alimenta otra vez Willy de los pases del catalán. Después es Laprovittola desde más allá del arco. Dos jugadas después roba una pelota. Sale del campo magullado a falta de cuatro minutos para el final. La Euroliga es durísima y Valencia Basket más. Una roca en la defensa de uno contra uno y cerca del aro. El FC Barcelona ganó el partido con unos minutos fantásticos comandados por Rubio en los primeros compases del cuarto periodo. Valencia Basket no lo puso nada fácil, pero se vio mermado por su segunda parte a nivel ofensivo. Marcador final de 78-88, los visitantes sacaron quince puntos de renta en los últimos veinte minutos.

Roger Grimau es preguntado en rueda de prensa por el papel de su nuevo base. Admite que la primera vez en cancha no ha tenido buenas sensaciones. La paciencia con Ricky debe ser infinita y la presión mínima. Su inteligencia le permite mejorar durante el partido a partir de las cosas simples. “En su segunda rotación nos ha dado mucha tranquilidad, mucho control de balón, mucha paz» explicaba Grimau sobre el papel del guard. El entrenador blaugrana zanjó la rueda de prensa: “Nos ha dado situaciones ideales. Creo que al final se ha sentido él, se ha sentido Ricky

Nos quedamos con eso, nosotros y todo el mundo del baloncesto. No queremos hacer un escrutinio de cada partido de Ricky Rubio, pero queríamos hablar de su impacto en un equipo feliz por contar con él en sus filas, aunque menos que su afición. Y sobre todo de cómo su regreso al baloncesto, y en concreto al panorama nacional, ha hecho feliz a miles y miles de personas. Con eso esperamos que también lo sea él. El acontecimiento de ayer merecía una pieza que ojalá esté a la altura de lo sucedido. Catorce minutos del español jugando al baloncesto cambian el ánimo a cualquiera. Todavía queda tiempo para volver a ver al mejor Ricky Rubio. Ese que te ponía una sonrisa en la boca conforme empezaba el partido y no te la quitaba hasta que hubieran pasado los cuarenta minutos de juego. Pero esto es un gran primer paso, porque toda España está con él. También se ha visto en Valencia y lo veremos allá donde vaya.

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