El formato Play-In en Euroliga… ¿Balance positivo?

En la temporada 2020-21, la NBA innovó la competición con el formato Play-in, que se disputó una vez finalizada la temporada regular, jugando una especie de eliminatoria entre los cuatro equipos desde el séptimo al décimo de cada conferencia. Al principio, antes de jugarse, había bastante desconcierto e intriga. Las caras más visibles de la mejor liga del mundo como LeBron James, fueron tajantes mostrando su enfado ante esta nueva idea de Adam Silver, comisionado de la NBA. Respecto a los aficionados de la liga, la primera reacción fue pensar que era un plus económico para un negocio millonario, sin ningún atractivo deportivo ni competitivo, aunque la NBA lo presentase de una manera totalmente opuesta. Cabe decir que también hubo un sector, los más propensos a apoyar nuevos cambios en la liga, (como lo ha podido ser el In-Season Tournament de esta temporada) que creían que el Play-In era necesario, en una competición que, hasta los Playoffs a veces parecía un poco desalmada.

El argumento más sólido para pensar que era una implementación que iba a mejorar la liga era el siguiente: En una liga regular de 82 partidos, lo normal es que muchos de los equipos se vayan asentando y afianzando en una posición, por muy buena o mala que sea. Es por esto que, entrando en el tramo final de temporada, varias franquicias no tenían mucho en juego y, en consecuencia, varios partidos carecían de emoción. Hay que reconocer que esto ha cambiado por completo. Las últimas temporadas, en la era del Play-in, las semanas previas a los Playoffs han sido muy emocionantes, y esta temporada sigue en la misma línea. Sobre todo en la conferencia oeste, que con seguridad tendremos unas eliminatorias de Play-in con grandes franquicias en la que se jugarán su pase a la postemporada en un único partido. Para todos los proyectos, aparte de hacer las cosas bien, se necesita una pizca de fortuna. Seguro que Adam Silver, ni en el mejor de sus sueños habría imaginado un estreno del Play-In tan gratificante para el público. El Lakers-Warriors de 2021 fue uno de los mejores partidos de la temporada, con un estelar LeBron James, que pesé a no ser afín al nuevo formato, lució su mejor versión para acceder a los Playoffs. Aunque es posible que cada vez le vaya gustando más, ya que si no fuese por ello, no habría disputado playoffs ni aquel año ni la temporada pasada. Además, está temporada volverán a tener que disputarlo para entrar en Playoffs.

El baloncesto europeo ha tenido un ojo puesto en esta nueva idea. En la máxima competición europea, la Euroliga, se estrenará esta temporada, y el Baskonia será el representante y primer equipo español que juegue en este formato. En la liga nacional todavía no se ha implantado, pero no sería descabellado pensar que en un futuro cercano el Play-In llegará a la Liga Endesa. Parece que, tras cuatro temporadas, este nuevo formato ha sido todo un éxito. Aún así, el debate de que si se exprime mucho al deportista sigue sin desaparecer. Desde la perspectiva del aficionado al baloncesto, ver partidos de un gran nivel, importancia y emoción es un lujo. Pero el deportista sufre en un negocio como el deporte, que cada vez se explota más el producto. Es muy sencillo, cuantos más partidos, más dinero. A decir verdad, los jugadores de la NBA han demostrado estar físicamente y mentalmente preparados para esta carga de
partidos en una temporada. Hay franquicias que si llegan a las rondas avanzadas en los playoffs, juegan alrededor de 100 partidos desde octubre hasta junio, viajando por el país sin parar. ¿Debería la NBA cuidar más a los jugadores? ¿Se tendría que anteponer priorizar la salud de los jugadores a ofrecer más partidos a los aficionados? Cualquier toma de decisión tendría sus pros y contras. Cada franquicia lo valorará en función a sus intereses. Como bien he explicado anteriormente, miembros de la liga que en un principio se mostraban reacios a este formato, han resultado beneficiados gracias a él (y a sus méritos dentro de la pista ganando los partidos, obviamente). En pocos días veremos el efecto que tiene este nuevo formato en el baloncesto europeo, con el Play-In de la Euroliga.

Al contrario que en la NBA, en ningún momento de la temporada ha habido quejas u objeciones al respecto. Es más, jugadores y entrenadores han hablado bien del Play-In, destacando y reafirmando el aire fresco que recibe la siempre competida e igualada Euroliga. Competición que será cada vez más difícil conquistar. En definitiva, una vez finalizada la temporada, veremos las consecuencias de este formato en Europa. Aunque parece que, aunque los jugadores no acaben del todo conformes por el cansancio que supondrá, si el público responde bien ante el Play-In, todo indica a que no solo sea un fijo en la Euroliga, sino que se expanda y se implante en las competiciones nacionales.