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Joaquín Rodríguez, el jugón charrúa que triunfa en Sevilla

Joaquín Rodríguez, el destacado base uruguayo, dejando huella en su primera campaña profesional en España.

Joaquín Rodríguez con el Real Betis
Foto: Real Betis Baloncesto

No es fácil destacar en un país en el que el baloncesto no tiene un gran protagonismo. Se podría aplicar a muchos países, pero en este caso nos referimos a Uruguay, la casa de nuestro protagonista y uno de los países que esconde una gran joya. Que el fútbol sea el deporte rey en su país no es una novedad. Pero, lo que sí es una novedad es que el baloncesto a nivel internacional no termine de arrancar a pesar de contar con algunos nombres interesantes. El gran referente del baloncesto uruguayo, si hablamos de trayectoria, ha sido Esteban Batista, interior que se convirtió en el primer jugador charrúa en pisar la NBA tras jugar durante dos temporadas para los Atlanta Hawks.

Sin embargo, la gran factoría de jugadores uruguayos se encasilla en una misma posición; la de base. Bruno Fitipaldo y Jayson Granger, ambos conocidos por las aficiones de la ACB, son los principales exponentes en la actualidad del baloncesto uruguayo. Con 32 y 34 años, respectivamente, estos deben empezar a dar paso a las nuevas generaciones, y ahí es dónde nos encontramos con dos jóvenes que tienen un gran futuro por delante. Se trata de Agustín Ubal, jugador del Barça y cedido en el Zunder Palencia, y Joaquín Rodríguez, jugador del Betis y sobre quien gira el presente artículo.

Y el polluelo rompió el cascarón

El baloncesto se lleva en la sangre, y de eso nuestro protagonista sabe mucho. Joaquín Rodríguez vivió rodeado de baloncesto: su padre, jugador; su abuelo, un apasionado de la pelota; y su madre, empleada de un club. ¿Qué puede salir mal? Pues la verdad es que nada. Nacido en Mercedes el 14 de junio de 1999, Joaquín dio sus primeros pasos en el equipo de su departamento, el Remeros Mercedes. Criado en las categorías inferiores del club mercedario, el hijo de Nazar fue un adelantado a su tiempo, llegando a jugar con “los mayores” a los 16 años. Lo hizo en la Liga Regional de Básquetbol de Soriano, competición fundada en 1938 y que acoge a los equipos de Soriano y Río Negro.

En 2017, Joaquín Rodríguez salía de casa, de la conformidad. Tras diez años defendiendo los colores locales, el exterior uruguayo puso rumbo al Club Atlético de Aguada, de la 1ª división nacional (LUB). El inicio de temporada fue difícil, teniendo muy poco protagonismo en el primer equipo. No podía quedar estancado durante toda una temporada, por lo que, ante la ocasión de salir cedido, Joaquín lo aceptó y puso rumbo a la Institución Atlética Larre Borges, de la segunda división uruguaya, también conocida como El Metro. Sus 11.2 puntos, 4.1 rebotes y 3.3 asistencias en 18 partidos le valieron para volver a Aguada, dónde se esperaba un mayor protagonismo teniendo en cuenta su participación en Larre Borges. Pero nuevamente Joaquín Rodríguez se vio relegado al fondo del banquillo, jugando únicamente ocho minutos de media por encuentro. Los números no siempre muestran la realidad del juego, y a pesar de haber estado poco sobre la pista, Joaquín llamó la atención de otros equipos.

Fue la temporada 2019-20 en la que se produjo un punto de inflexión en la carrera de nuestro protagonista. El exterior charrúa cambió por primera vez de país, dejando atrás su casa por descubrir el baloncesto argentino, haciéndolo de la mano de Estudiantes Concordia. En su temporada como debutante en la LNB, Joaquín no pasó desapercibido para la liga, mostrando su gran desparpajo y el talento innato que posee como director de juego y como anotador.

Era su gran temporada como profesional, pero esta se vio frustrada por una de las mayores crisis sanitarias a nivel mundial; la pandemia del COVID-19. Con el parón de las competiciones se acababa la campaña para el mercedario, promediando 7.8 puntos, 2.6 rebotes, 2.8 asistencias y 0.7 robos en la LNB. A priori no parecían unos números escandalosos, pero teniendo en cuenta su juego y todo lo que podía desarrollar, Joaquín no se desprendía del cartel de “joya preciosa”.

Un tachero para siempre

Las joyas preciosas tienen un alto valor en el mercado, y en el Obras Basket lo sabían. Fue el conjunto aurinegro el que se llevó el gato al agua en octubre de 2020, firmando a nuestro protagonista un contrato de larga duración. Tras su paso por el Estudiantes Concordia, Joaquín Rodríguez asumió minutos importantes desde el primer día, en parte gracias a la confianza depositada por Bernardo Murphy.  En su primera temporada como tachero, Joaquín compartiría equipo con Fernando Zurbriggen, quien acabaría nombrado como MVP en la LNB y lo llevaría a la ACB de la mano del Monbus Obradoiro. Pero bueno, volvemos a nuestro protagonista. 10.5 puntos, 3.1 rebotes y 3.1 asistencias serían suficientes para demostrar que Joaquín estaba preparado para ser uno de los líderes del equipo porteño.

Las temporadas venideras serían la verdadera confirmación de que en Uruguay habían criado una joya y en Argentina la habían terminado de pulir. Con el paso de las jornadas, el nombre de Joaquín Rodríguez empezaba a ser más internacional, lo que también lo llevó a lucir la casaca celeste de la selección uruguaya, algo que ya había hecho con las categorías inferiores y que ahora tenía la oportunidad de plasmarlo con la absoluta. Pero Joaquín Rodríguez no sólo se había afianzado por jugar en la LNB, con uno de los mejores clubes del país, y por haber jugado con la selección absoluta, sino también por pasear su nombre y el de Mercedes por la BCL Américas. Las palabras sirven de mucho y las estadísticas no siempre describen la realidad. Sin embargo, en este caso, los números tienen mucho que ver. Vamos allá con un breve apartado estadístico. En la temporada 2021-22, promedió 13.3 puntos, 3.5 rebotes, 3.2 asistencias y 1.8 robos en la LNB y 15.3 puntos, 4.5 rebotes, 4.1 asistencias y 1.6 robos en la BCL Américas, mientras que sus estadísticas en la campaña 2022-23 fueron de 13.9 puntos, 4.2 rebotes, 2.3 asistencias y 1.8 robos en la LNB y de 14.1 puntos, 2.1 rebotes, 2.5 asistencias y 1 robo en la BCL Américas.

Estrella en LEB Oro… y lo que se avecina

La evolución en su juego por tierras argentinas le permitió realizar un movimiento arriesgado, pero que debía hacer más tarde o más temprano. Joaquín Rodríguez tenía que saltar el charco, y vaya que si lo hizo. El 28 de septiembre de 2023 el Real Betis Baloncesto hacía oficial el fichaje del base-escolta uruguayo por dos temporadas. La apuesta del club andaluz era clara, a la vez que arriesgada.

Sus primeros pasos en la LEB Oro fueron duros. Se dice a menudo, pero es una realidad cada vez más contrastada; la LEB Oro es otro mundo. No hay rival sencillo ni encuentro cómodo. Y Joaquín, nombre mítico en la entidad bética si hablamos de fútbol, empezó a sudar, a ganarse los minutos en un Betis Baloncesto que estaba afrontando problemas extradeportivos.

El mes de noviembre sería el de aclimatación, tanto para él como para el club, que acabaría el primer mes de competición con cinco derrotas y una única victoria. Se avecinaban semanas de dudas e incertidumbres sobre el equipo, pero ahí iba a estar nuestro protagonista. Desde el último encuentro de noviembre hasta la actualidad (9 de abril, cuando se finaliza este artículo), el Betis Baloncesto disputó 19 encuentros, de los que ganó 11. Si nos fijamos en el impacto de Joaquín Rodríguez, el charrúa tuvo mucho que ver con la buena imagen del equipo. De esos once encuentros, en ocho de ellos sumó más de 10 puntos, además de sumar su primer doble-doble (ante Rioverde Clavijo con 19 puntos, 4 rebotes y 10 asistencias) en el que sería su mejor encuentro hasta el día de hoy.

Sus actuaciones en la LEB Oro, dónde promedia 12.5 puntos, 4.1 rebotes, 3.4 asistencias y 1.2 robos, le han servido para estar en el radar de los equipos de la Liga Endesa. Su pasaporte español puede abrirle muchas puertas de cara a un posible ascenso a la máxima categoría nacional o a otra primera división europea. Lo que sí hay que dejar claro, en el caso de la ACB, es que no se trataría de un cupo formativo (JFL), sino que jugaría con licencia EUR. Tras un proceso muy laborioso, a la par que, sacrificado, Joaquín Rodríguez llegó al baloncesto europeo para quedarse. Tiene mucho trabajo por hacer, mucha tierra por labrar. Pero lo que ya es una realidad no se puede esconder. Joaquín Nazar Rodríguez Olivera está para todo lo que se le presente. Lo primero debe ser llevar al conjunto andaluz a los playoffs de ascenso a la élite, y luego, ya veremos cómo se presenta el verano. Será su verano. No hay dudas.

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