¿The last dance?

No,  no os voy a hablar del manoseado documental The Last Dance de Michel Jordan y sus Bulls. Me niego en rotundo. Este artículo va en otra dirección. Con la nueva temporada a la vuelta de la esquina, os quería presentar una serie de jugadores para los que la 2021/22 será, posiblemente, el último baile en sus dilatadas carreras.

Luego puede pasar cualquier cosa, y puede que tras seis o siete meses de competición tal o cual jugador mantenga buenas sensaciones, continúe en óptima forma o haya logrado un rol interesante en sus equipos y se decida a alargar un año más su etapa NBA, pero a priori, estos cinco jugadores comienzan a acicalarse para el que será su último año en escena.

Entre ellos suman la nada despreciable cantidad de 185 años y una media de 16.4 temporadas NBA. Rostros más que reconocibles y trayectorias magníficas pero cinco jugadores que transitan hacia el cementerio de elefantes.

El primero de ellos es el único que no jugará la próxima temporada por el salario mínimo. Tras salir de LA Clippers mediada la pasada campaña, Lou Williams estuvo en un tris de retirarse. La decepción de, a su edad, verse moneda de cambio y abandonar la que durante los últimos tres años y medio fue su casa sumió a Sweet Lou en un mar de dudas.
Pero llegar a Atlanta, una de sus ciudades fetiche, y comprobar que McMillan contaba con él le hizo replantearse su futuro a corto plazo y decidió finalizar la temporada como halcón. Unos buenos Playoffs (8 puntos y 15 minutos) y la ascendencia para con los jóvenes del plantel animó a la franquicia a ofrecerle un año más y 5 millones por sus servicios en la 2021/22.

Tras pasar por 76ers, Hawks, Raptors, Lakers, Rockets y Clippers, todo hace indicar que el tres veces mejor sexto hombre de la temporada apurará sus últimos días en Georgia tutelando a los Young, Cooper & cía y dejando gotas de su calidad innata cara al aro en Regular Season para llegados los Playoffs exprimirse al máximo en su última oportunidad, si acaso, de catar unas Finales NBA.

Dice el sabio que al lugar donde has sido feliz no debías tratar de volver. Andre Iguodala ha hecho oídos sordos al consejo y tras dos años lejos de su particular tierra prometida, vuelve a San Francisco para reforzar a unos Warriors que intentarán, tras dos oscuras temporadas, volver a ser un equipo competitivo y que de qué hablar.
Desde luego, Iggy ya no es mismo que dejó la Bahía en 2019. El tiempo no perdona ni tan siquiera a físicos tan espectaculares como el suyo ni a profesionales intachables como es su caso. Sus dos temporadas en Miami han estado salpicadas de varios (bastantes) momentos y acciones de meritorios intangibles pero poco lúcidos estadísticamente hablando (4.4 puntos y 38.3%FG el pasado curso). Pero Kerr y su staff lo conocen a la perfección, les es útil y desde los Warriors han querido subsanar una fea salida de quien fuera MVP en las finales de 2015 ofreciéndole un último baile a precio de saldo (2.641.691$) que el jugador ha aceptado para dejarlo ante los suyos y tras haber pertenecido a 76ers, Nuggets, Warriors y Heat. Se lo ha ganado con creces.

A sus 37 años, el mediático y pomposo Carmelo Anthony apura sus opciones de colarse en una Final NBA tras 18 años de carrera y poder olisquear un Larry O’Brien de cerca. Para ello se ha unido a la causa púrpura y oro junto a una colección de viejos soldados del Vietnam con todavía alguna bala en la recámara que pueda ser de utilidad a Vogel cuando las cosas se pongan feas y el tiempo de PlayOff apriete. Tras verse fuera del circo tras diez infames partidos en Houston (2018), Anthony supo aprovechar la mano que le tendieron los Blazers y con un papel menos importante al habitual se mostró en Portland como todavía un jugador capaz y aprovechable que contra pronóstico, va a finalizar su carrera más que decentemente pase lo que pase este año. A la vera de su “bro”, Melo está ante su última oportunidad después de toda una vida (Denver, NYC, OKC, Houston y Portland) aunque sea con un contrato mínimo de 1 año para un veterano de su experiencia (el mismo que Iguodala).

Udonis Haslem es a Miami lo que la paella a Valencia. Un clásico. Sin ser drafteado se ganó un puesto en el roster de los Heat de Stan Van Gundy en 2003 y hasta hoy. Por sus ojos han pasado Van Gundy, Riley, Spoelstra, Wade, O’Neal, LeBron, Bosh… y ahí se mantiene él, impertérrito ante el paso del tiempo y con una ficha en el roster por mucho que la cancha la pise para la rueda de calentamiento y poco (o nada) más. Pat Riley le convenció para rebajarse el sueldo y poder hacer hueco para el BigThree allá por 2010 con la promesa de recuperar esa diferencia salarial con el paso de los años, y Udonis está estirando el chicle sin disimulo enlazando sueldos de veterano uno tras otro.
Con 41 años iniciará su 18ª temporada en activo (todas con el 40 de los Heat), aunque a modo de anécdota apuntar que en la pasada campaña pisó parqué 3 minutos (LOL) y en los últimos cinco años tan solo ha participado en 45 encuentros. Lo que se conoce como un entrenador en cancha, o más bien en su caso, vestido de chándal. Se supone que ésta será su temporada de despido, pero con Udonis vaya usted a saber…

El último caso, el de Marc Gasol, es el más confuso de todos. Con 36 años, el mediano de la saga aún no tiene claro que vaya a continuar un año más por mucho que esté bajo contrato. Tras firmar con los Lakers en 2020 por dos temporadas, su desastroso curso pasado hizo que prensa, aficionados y el propio Marc navegaran en un mar dudas respecto a su futuro como laker e incluso se especuló con una posible retirada, algo que no ha cesado tras la imagen dejada en los JJ.OO. Con un anillo en sus dedos y la carrera ya hecha, a nadie le extrañaría que tomara las de Villadiego y decidiera optar por el retiro o despedirse en España. Lo que parece cristalino es que de apurar su contrato en LA (2.693.000$), la 2021/22 será la última con un Gasol en la NBA.

A menos de dos meses para que se alce el telón de una nueva temporada, dediquemos parte de nuestra atención a estas cinco leyendas NBA que nos regalarán (muy posiblemente) su último baile.